Sacerdote era padrino y guía espiritual del niño que supuestamente abusó
Es el primer religioso católico arrestado por las autoridades federales en Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Sereno y tranquilo, el sacerdote suspendido, Israel Berríos Berríos, escuchó detenidamente cuando el magistrado federal Marcos E. López le indicó que permanecerá bajo detención temporera y pasará los próximos días en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo.
Esposado, el religioso católico que fue arrestado esta mañana por cargos estatales y federales por cometer actos sexuales ilícitos contra un menor de edad, fue orientado por el magistrado en la vista inicial, en la que se le asignó un abogado de la Oficina del Defensor Público federal, ya que informó que no tiene los medios para pagar un abogado.
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En cuanto a su detención, el fiscal federal Marshal D. Morgan solicitó que permaneciera detenido temporeramente porque "abusó de su posición y de la confianza, además del peso de la evidencia" que presentará en la vista de fianza, pautada para el lunes, 19 de mayo, al igual que la lectura de acusación.
"Señor Berríos Berríos, el fiscal ha solicitado su detención temporera tomando en cuenta los cargos que enfrenta, que son serios, de gravedad, y bajo la presunción rebatible de riesgo de fuga y peligro a la comunidad. Usted permanecerá detenido en lo que se ve la lectura de acusación y la vista de fianza", dijo López al sacerdote.
Se supo que al ser arrestado esta mañana por agentes de la Oficina de Seguridad Interna del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE-HSI) y del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), el acusado estaba en su residencia en Naranjito, donde pernoctaba un "ahijado" suyo, de 24 años. Allí también había un vehículo que Berríos Berríos usaba, que estaba registrado a la Casa Manresa.
El joven que fue víctima de presunto abuso sexual por parte del sacerdote Israel, como le decían, tenía apenas entre siete y ocho años cuando el religioso se convirtió en su guía espiritual y en una especie de figura paterna para él.
El director del ICE-HSI, Ángel Meléndez, relató que la víctima en este caso iba a la Iglesia San José, en Aibonito, y comenzó a ser monaguillo y atender seminarios porque tenía vocación al sacerdocio.
El cura de dicha parroquia comenzó "preparándolo", según Meléndez, ofreciéndole regalos como consolas de videojuegos, una cámara, dinero, una computadora, viajes, y hasta un carro.
De hecho, John Doe, como se identifica a la víctima para proteger su identidad, no tenía relación con su padre biológico, por lo que Berríos Berríos se convirtió en su padrino de confirmación y se ganó la confianza de la madre del entonces menor. A tal punto llegó el asunto, que la madre dejó a su hijo de entonces 15 años irse de crucero con el sacerdote.
Los actos sexuales contra el alegado perjudicado continuaron hasta hace apenas tres años. El joven tiene ahora 21 años. De ser encontrado culpable a nivel federal, Berríos Berríos se expone a una pena de 10 años en prisión hasta cadena perpetua.
"Este menor pasó un martirio. El padre Berríos ya era considerado como un miembro del núcleo familiar. Berríos es un ejemplo de lo que es un depredador por excelencia. Un depredador es una persona que empieza a ganar confianza de la familia y del menor, hasta que se convirtió en un lobo con sotana", expresó Meléndez.
Esta mañana Berríos Berríos se convirtió en el primer sacerdote católico arrestado a nivel federal por transportación y tráfico sexual de menores. Con este arresto, Meléndez confía en que "hoy es un día importante para las víctimas".
"El arresto fue como resultado de la valentía de un gran joven que quiso contar su historia, que dijo que era hora de hablar, era hora de hacer justicia. Hoy es un día importante para las víctimas. Si dan el paso adelante, no vamos a escatimar para traerlos ante la justicia. Para la víctima, esperamos que sea un proceso de sanación", agregó.
Meléndez hizo las expresiones en una conferencia de prensa en conjunto con la jefa de fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, y con el secretario de Justicia estatal, César Miranda en la sede del Departamento de Justicia, en Miramar.
Más temprano en el día, el sacerdote compareció a una sala del Tribunal de Aibonito donde el juez Isaac Llantín encontró causa para su arresto por los delitos de actos lascivos bajo incisos que estipulan que el victimario se pudo haber aprovechado de su posición de líder religioso para cometer los delitos y por los hechos haber sido cometidos contra un adolescente que para cuando ocurren los hechos era menor de 16 años.
“Nosotros esperamos una conducta ejemplar de un sacerdote. Por eso (este caso) lo hace distinto a los demás”, sostuvo la fiscal de distrito de Aibonito, Inés Carrau, quien presentó el caso contra el acusado.
Tras la determinación judicial emitida por el juez municipal, el sacerdote salió del Tribunal de Aibonito escoltado por agentes del ICE-HSI y del FBI.
Una decena de feligreses acudieron a la instalación gubernamental para expresar su apoyo al religioso, que fue suspendido por la Iglesia Católica en el 2012.
“Sinceramente, le tengo que dar el beneficio de la duda”, sostuvo el pensionado Jesús Agosto, de 69 años de edad, quien lucía afectado por el arresto.
A nivel federal, el 8 de mayo, un Gran Jurado emitió un pliego acusatorio en su contra por cuatro cargos por tráfico sexual y por transportar a un menor con la intención de involucrarlo en un acto sexual ilícito. Se alega que los hechos ocurrieron entre 2007 y 2008, cuando el joven tenía entre 14 y 15 años.
Según la acusación, el sacerdote transportó en un vehículo de la parroquia al entonces menor de edad desde su casa en Aibonito hasta su residencia en Naranjito para cometer los actos sexuales ilegales. Y entre el 21 y el 30 de julio de 2008, cuando el adolescente tenía 15 años, se fueron en el crucero Majesty of the Seas por varias islas del Caribe, donde lo abusó sexualmente.
Rodríguez catalogó el caso como uno "triste" y aclaró que el simple hecho de transportar a un menor de un pueblo a otro dentro de la Isla, ya constituye un delito federal de transportación de menores con el fin de cometer actos sexualmente ilícitos.
Dijo que el hoy acusado se lo llevó de crucero a un viaje "de placer, de más de una forma", y aseguró que seguirán investigando este tipo de caso para velar por los menores. Aclaró que, hasta el momento, solamente se ha identificado una víctima de Berríos Berríos.
El fiscal a cargo del caso, Marshal D. Morgan, quien está a cargo de los casos de delitos contra menores y trata humana, adelantó que solicitarán el ingreso de Berríos Berríos a prisión sin fianza. Añadió que los casos ocurridos después de julio de 2006, no prescriben.
Por su parte, Miranda dijo que este caso era uno "particular" y aclaró que no es en contra de la Iglesia Católica, pero recomendó que se rijan por los protocolos y que no ocurra este tipo de caso.
"Imagínese que le encarga su niño a un sacerdote para ser su guía espiritual y esa figura paterna se convirtió en la figura maltratante sexualmente de ese niño", manifestó Miranda, quien estuvo acompañado por el fiscal general, José Capó, y Carrau.
Obispos en la mira
Tanto Rodríguez como Miranda no descartaron que otros obispos sean investigados por posible encubrimiento de casos.
Ambos aclararon que el obispo de Caguas, Rubén González, colaboró en la investigación. Se supo que tuvo conocimiento del caso en enero de 2013, cuando tomó la declaración del joven bajo un acuerdo de confidencialidad, pero que al salir a la luz los casos de varios sacerdotes pedófilos, el propio obispo se comunicó con el joven para que le permitiese entregar el expediente del caso a las autoridades.
No obstante, Miranda aseguró que "se investigará si obispos violaron la ley por encubrimiento al no dar la información de los casos".
Rodríguez dijo que los delitos por encubrimiento a nivel federal son de naturaleza grave.
"Nuestra posición es que, haya acuerdo de confidencialidad o no, cuando se trata de menores, hay una obligación de dar la información", señaló Capó.
El reportero Francisco Rodríguez Burns colaboró con esta historia.