Restos óseos hallados en la búsqueda de mujer desaparecida no son humanos
El Instituto de Ciencias Forenses remitirá el informe de la antropóloga a la fiscalía.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Cerca de cumplirse los 33 años de la desaparición de Elena Rodríguez Rentas, de 24 años, quien fue vista por última vez el 19 de octubre de 1990, un grupo especial de trabajo integrado por agentes del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Ponce, la fiscal Limari Cobián Lugo, la patóloga Paola Luna y la antropóloga forense Meisshialette Ortiz, encontraron ayer restos óseos que, tras su análisis, se determinó que no eran de humanos.
El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) en declaraciones escritas, reveló que la antropóloga determinó que los restos óseos hallados durante la búsqueda “no son humanos”. El informe oficial será remitido a la fiscalía de Ponce.
El director del CIC de Ponce, inspector Daniel Justiniano, reveló que en un intento por esclarecer este caso que data de más de tres décadas acudieron ayer, lunes, a una finca localizada en la carretera PR-512 del sector El Palmar cerca de El Salto de Collores, en Juana Díaz, donde recuperaron restos de osamenta en un antiguo pozo séptico, tras obtener un consentimiento de su propietario.
Se revisó también debajo de un vehículo marca Jeep abandonado por años, ante la teoría de que su cuerpo pudo haber sido desmembrado, pero no se encontró otra evidencia.
“El caso sigue abierto, se organizó un grupo de trabajo y llevamos trabajando varios meses volviendo a retomar estrategias para tratar de esclarecerlo. Se entrevistaron a varias personas y bajaron confidencias y estamos empezando a corroborar las mismas. Se hizo una excavación y recuperamos huesos y fragmentos que van a ser analizados para establecer si son de humanos o de animales”, comentó Justiniano, antes de darse a conocer los hallazgos del ICF.
La pesquisa inicial apuntaba a que tres hombres interceptaron a la joven en la intersección de las carreteras PR-14 y PR-512 que conduce hacia los barrios Cayabo a Collores, frente a un agrocentro, cuando regresaba de trabajar de una pizzería localizada en el barrio Pámpanos, en Ponce, donde se cree la secuestraron y asesinaron.
Al momento de su desaparición vestía una blusa blanca, pantalón negro y zapatos negros cerrados. Su estatura es de 5′1″, el peso de 105 libras y cabello negro.
Las búsquedas por el sector no han cesado a través de los años ya que sus familiares sospechan que sus raptores eran vecinos del lugar.
“Sabemos que hay personas que saben lo que le pasó a Elena”, exclamó Justiniano, quien exhortó a la ciudadanía a llamar a la línea confidencial del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) al (787) 343-2020 o al (787) 284-4040.