Ceiba.- Inescrupulosos se han aprovechado de la devastación ocurrida en varios comercios del área este a causa del huracán María para cometer saqueos y robar mercancía de los negocios afectados.

Al menos en Luquillo, Fajardo, Ceiba y Humacao se suscitaron varios incidentes de esta índole, provocando que las agencias de seguridad intervinieran, incluso, con algunos de las personas que cometieron las fechorías.

En Luquillo, por ejemplo, algunos sujetos aprovecharon el caos ocurrido en los kioscos de Luquillo -donde las marejadas ciclónicas dejaron los negocios bajo agua y a otros sin techo- para robar botellas de bebidas alcohólicas, según informó a este diario el alcalde del municipio Jesús “Jerry” Márquez.

“Espero que con el toque de queda, este tipo de situación se reduzca”, dijo.

Mientras, en Fajardo establecimientos de comida como Wendy’s fueron invadidos por desconocidos que empezaron a sacar alimentos y utensilios. “Pero gracias a Dios pudieron arrestarlos”, informó una persona del municipio que trabaja en el área de Manejo de Emergencias.

Mientras, en el centro comercial Plaza Fajardo, desconocidos se llevaron ropa de la tienda de mujer 5-7-9. Incluso, este diario pudo ver lo que parecían rastros de sangre en una de las ventanas rotas del negocio.

El Alcalde de Ceiba, Angelo Cruz, también informó de situaciones similares en su municipio.

“Aquí cogieron un negocito de venta de cosas de celulares y se llevaron todo. No entiendo cómo la gente se atreve a hacer cosas así. Sin tener conciencia de que estamos pasando una emergencia”,  dijo el Ejecutivo Municipal al agregar que se desconoce quién o quiénes fueron los que hurtaron la mercancía.

De otra parte, en el centro comercial Palma Real, en Humacao, - donde al menos seis tiendas quedaron destrozadas por el ciclón- tuvieron que cerrar las entradas principales y custodiarlas con guardias de seguridad privada luego que el miércoles se suscitaran varios eventos con saqueadores.

“En Walmart hicieron fiesta”, dijo uno los miembros de seguridad que prefirió no identificarse. Mientras, una situación parecida se experimentó en la tienda Capri, la cual quedó prácticamente en el piso, según pudo constatar este diario.