Prometida de militar asesinado en Ponce narra entre lágrimas el momento en que lo balearon frente a ella
Indicó en vista preliminar que varias personas presenciaron el acto violento, pero rehusaron ayudarla “porque no querían meterse en problemas”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Jineyshka Cruz Bonilla reveló que nunca olvidará el rostro del asesino de su prometido, Jancarlo Rivera Lugo, a quien balearon cuando bajaba de su residencia en el sector Nueva Vida del barrio El Tuque, en Ponce, para comprar los adornos navideños en una tienda cercana. Conducía un auto Toyota Yaris, color azul.
Sin embargo, el joven militar de 23 años decidió pasar por una calle, que utilizaba regularmente, para acortar la salida del lugar a donde vivía con Cruz Bonilla por espacio de un año.
Todo parecía transcurrir normalmente hasta que, de momento, vieron a tres individuos armados en la parte superior de la vía de rodaje, al tiempo en que una mujer apareció de manera imprevista, detiene el vehículo que manejaba Jancarlo y le expresó que iban en contra del tránsito. No obstante, Rivera Lugo expuso que “no había letrero”.
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Fue entonces, que la fémina “mete la mano por el cristal, que estaba abajo y, a puño cerrado, le mete un puño en la cara (a Jancarlos). Lo mandó a bajar (del carro); él apagó el vehículo porque el llavero tenía ‘pepper spray’ y se lo roseó en la cara y, llamó al 9-1-1 para notificar que había problemas en la calle 8″.
Así comenzó el relato de Jineyshka, quien figuró como segunda testigo del ministerio público, en la vista preliminar contra Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo, Jeromy Pietri Napoleoni, imputados por el crimen de Rivera Lugo el 14 de noviembre de 2022, iniciada esta mañana en el Tribunal de Primera Instancia de Ponce.
A preguntas de la fiscal Annette Estévez Serrano, la joven señaló a Napoleoni Medina, que estaba presente en la sala 403, y la identificó como “la señora que causó el problema”.
“Él se metió el teléfono en el bolsillo de atrás y dejó la línea abierta. La señora presente hace una llamada y dice ‘sal un momento que me hicieron algo’. La persona sale agresivamente con un arma. El arma era larga, arriba en madera y tenía una pieza negra”, resaltó al describir la escena.
“¿El cabrón este fue?”, dijo (Jeromy), refiriéndose a mi prometido Jancarlo. (Jeromy) me agrede con la mano derecha en la cara y tenía el arma en la mano izquierda. Jancarlo estaba detrás mío. Luego de eso, me apunta con el arma y Jancarlo aguanta el arma para que no me dispare a mí”, confesó sollozando.
En el proceso judicial ante la jueza Lizandra Avilés, se encontraba también Ana Inés, ataviada de una bata blanca que revestía el uniforme de la cárcel de Bayamón, donde permanece sumariada.
“Me dispararon”, fueron las últimas palabras que escuchó Jineyshka, por parte del amor de su vida a quien le unía una hermosa relación de cuatro años, según manifestó.
Armada de valor, la muchacha continuó su relato, que en varias ocasiones fue interrumpido por los abogados de los imputados, Carlos Torres Nolasco y Luis Quiñones.
“Se me fue de lado y se cayó al piso. Frente a mí estaba Jeromy. Yo supliqué por la vida de Jancarlo para que no le disparara más. Rápido lo arrastré como pude y lo monté en el carro”, sostuvo al mencionar que pidió ayuda a varias personas que presenciaron el acto violento, pero rehusaron ayudarla “porque no querían meterse en problemas”.
“La señora (Ana) se paró en frente de la casa de ella. Ella se estaba riendo. Estaba ella, Jeromy, yo, Jancarlo y otra persona grabando al lado de Ana. Yo estaba arrastrando a Jancarlo hacia el carro para llevarlo al hospital. Ella me arrebató el teléfono Sentí que me estaban dando en la espalda. Era Jeromy, pero no vi con qué porque estaba desesperada, triste, pidiendo ayuda”, agregó.
Señaló que, cuando logró montarse en el vehículo para llevar a su prometido herido al hospital, regresó Napoleoni Medina para arrebatarle el teléfono de Jancarlo, el cual tenía en el ‘dash’, del carro, mientras dialogaba con el Sistema de Emergencias 9-1-1″.
“Cuando al fin me voy a ir, ella se mete, coge agresivamente el teléfono del ‘dash’, se me pega a la cara y me dijo: ‘Si tú dices algo, te voy a mandar a matar a ti también’. Entonces, yo estaba asustada de que me hicieran algo como a Jancarlo. Desesperada, ansiosa, honestamente me comí la calle para llegar al hospital”, recordó.
“Ana y Jeromy, el que grabó, se estaban montando en un carro negro por la calle 12, en dirección opuesta a nosotros. Al llegar al hospital, toqué bocina y grité hasta que dos personas se bajaron de la ambulancia a cogerlo. Me descontrolé, intenté mantener la calma, hasta que me dijeron que mi prometido, Jancarlo, había fallecido”, acotó mientras nuevamente irrumpía en llanto.
Su relato conmovió a los presentes en sala, incluyendo a cerca de una decena de testigos que regresarán esta tarde para la continuación de la vista preliminar. Esta vez, con el contrainterrogatorio de la defensa.