Prohíben besos y abrazos en la Cárcel Guerrero de Aguadilla
Detectan que a través de estas muestras de cariño se están pasando drogas y celulares.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Aguadilla. Se acabaron los besos de boca, los abrazos y el saludo de manos en la Cárcel Guerrero de Aguadilla.
No es una campaña contra la pasión o la familiaridad, es que en este penal es donde se ha detectado más contrabando de drogas y celulares durante los registros que se han realizado.
La información trascendió luego que familiares de confinados denunciaron una serie de supuestas violaciones, incluyendo atropellos durante el proceso de visitas, en el que se les somete a registros que, según aseguraron, atentan contra su dignidad.
Pero el nuevo superintendente de ese penal, José Ferrer, adelantó que la seguridad no será negociable. Es por ello que los gestos de afecto quedaron prohibidos.
Ferrer, quien desde el pasado lunes es superintendente de Guerrero, dijo que la Administración de Corrección es una de las agencias más reglamentadas del nivel gubernamental y de seguridad para evitar la entrada de drogas y celulares a los penales.
“Esta institución ha reflejado un alza en la incautación de contrabando y el fruto se ha estado viendo, por lo que entiendo que hay un cierto grado de molestia por el trabajo realizado”, dijo Ferrer, quien negó que con ello se violen los derechos civiles y constitucionales de confinados y familiares.
El funcionario se mostró abierto al diálogo con los líderes de los familiares de los confinados, pero adelantó que no cederá en cuanto al nuevo protocolo de registro.
“La seguridad va por encima de todos y en esto tenemos que ser bien estrictos”, afirmó.
De hecho, el secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Jesús González, dijo que la situación es tan difícil en Guerrero que ayer, en cuestión de horas, se confiscaron 20 objetos punzantes, “y créeme que no eran para mondar chinas, los fabrican para hacer daño a los otros presos”.
Para reforzar el argumento, la portavoz de prensa del DCR, Damarisse Martínez, dijo por separado que durante el año fiscal 2011-2012 se incautaron 4,729 unidades de sustancias controladas en el Complejo de Aguadilla, más cantidad que en cualquier otra cárcel del país. También hubo en ese periodo 648 ocupaciones de objetos no permitidos, de los cuales 327 fueron celulares.
“Familiares han pasado algún tipo de contrabando a través de su beso, un abrazo o un saludo de mano”, aseguró Ferrer, quien lleva 18 años en el sistema de Corrección del país.
Pero esa no es la única manera: también hay contrabando que se lanza por las verjas que quedan colindantes con la urbanización Jardines de Guerrero y por algunos empleados de Corrección que son corruptos y lo hacen a cambio de pagos.
Zenaida Padua, portavoz del Comité de Familiares del Nuevo Grupo 25 de enero de 1981, dijo que la situación de alegados atropellos y abusos comenzó hace varias semanas, cuando Néstor Velázquez fue enviado como superintendente de la institución.
“Estamos hablando de abuso de autoridad tanto a familiares como a confinados, la mezcla de grupos, castigos colectivos, sanciones e incluso amenazas de que, si llamamos a la prensa, continuarán con su patrón de violación a los derechos civiles y constitucionales”, alegó Padua.
Explicó que, como parte de las represalias contra los confinados, se les elimina la visita, la correspondencia, televisor, microondas, recreación pasiva y la bonificación extraordinaria. Se quejó además de que la comida que les sirven no es la mejor; hay falta de acondicionadores de aire y las duchas solo tienen agua fría.
“Ahora han implementado que, si el perro marca a una persona, la someten a un registro y, si no le encuentran nada, con todo y eso no puede ver a su familiar, además de que le han alterado los derechos a los menores”, añadió la líder del grupo de familiares, que residen en las regiones de Mayagüez, Aguadilla y Arecibo.
El secretario de Corrección negó que se prohíban las visitas en los penales porque a esos efectos hay una directriz suya desde diciembre de 2011.
La única excepción es cuando el preso está en solitario por medidas de seguridad, pero aun así se hacen ajustes.
La reportera Istra Pacheco colaboró con esta historia.