¿Polígrafo para combatir la corrupción en la Policía?
Algunos consideran que si se buscan las mismas soluciones para los mismos problemas, se van a obtener los mismos resultados.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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La utilización del polígrafo como una herramienta para combatir la corrupción dentro de las filas de la Policía genera escepticismo por parte de algunos que consideran que el negocio de la droga es tan beneficioso que sus tentáculos van a persistir y los mensajitos a los oficiales van a continuar.
“La realidad es que los planes de reestructuración que siguen modelando soluciones dentro de una estrategia punitiva, para continuar la guerra contra las drogas, van en su momento final a tener el resultado que han tenido hasta ahora”, expresó el senador popular Miguel Pereira.
“Si la Policía se siente bien dando el polígrafo a los policías de la División de Drogas pues bien, dale el polígrafo. Pero esto va a necesitar no sé cuánto tiempo. Una prueba de polígrafo bien dado toma un día, si hay mil agentes tomará mil días. Nos va a tomar 30 años llegar a esto”, agregó.
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Pereira indicó que no es que las medidas “sean tan malas, sino cuán efectivas van a ser”.
“El polígrafo no es un talismán”, apuntó.
“La droga genera tanto beneficio económico para los que trabajan en esa industria que van a seguir enviando mensajitos. Van a seguir saludando gente y hasta que logren su objetivo”, apuntó el también ex superintendente de la Policía.
¿Por qué caen los policías?
La seducción del narcotráfico ataca todos los niveles de la sociedad. Ataca a los políticos, legisladores, a todo el mundo. No hay una particularidad con el policía ni a qué nivel.
“Si tienes que tener una División de Drogas, tienes que tener una serie de rotaciones internas y determinar cuánto tiempo debe estar un agente asignado a Drogas. Yo preferiría desarrollar un programa que me ayude más a integrar al policía. Que se sienta parte de un esfuerzo”, expuso Pereira.
El problema es la prohibición
Para el criminólogo Gary Gutiérrez, la prohibición de la droga es lo que crea la corrupción. Por lo tanto, habría que eliminar la prohibición.
“El superintendente (de la Policía) nos ha dicho que vamos seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Lo mismo que se ha hecho siempre, esperando resultados diferentes”, dijo el también profesor de justicia criminal.
“Va a sacar unos agentes. Va a traer otros que van a hacer los mismos comportamientos porque la corrupción es un resultado endémico o esperado de prohibiciones innecesarias”, puntualizó.
Toda prohibición innecesaria, como la del narcotráfico, va a generar un mercado negro y la historia de la prohibición del licor corrobora ese dato, comentó.
“Ese mercado negro, por su naturaleza social, termina generando excesos de violencia y corrupción para protegerse. Cuando tú prohíbes cigarrillos en las cárceles, disparas el precio del cigarrillo. Se convierte en un mercado lucrativo. La gente lo va a comprar y si alguien lo va a comprar, alguien lo va a vender y si alguien lo va a vender, otro lo va a proteger”, describió.
Gutiérrez expuso que el estudioso del fenómeno de la droga, Antonio Escohotado, señala que cuando la prohibición del alcohol el 40% de los agentes de alcohol fue investigado e intervenido por corrupción y el 11% fue encontrado convicto.
“Yo me atrevería a asegurar que esos son los por cientos que se producen a través de las fuerzas policíacas”, dijo Gutiérrez.
Recordó también a un viceministro de una república cercana que le dijo “que no es posible que exista el narcotráfico sin la corrupción”.
“Es un simplismo del superintendente decir que la corrupción del narcotráfico se limita solo a la División de Drogas. Me parece a mí que estos 10 agentes (arrestados el martes), culpables o no, son meros chivos expiatorios para justificar que estamos haciendo algo”, acotó.
“Son 40 años de prohibición y casi mil millardos de dólares, lo que es un trillón de dólares, y no tienen un solo logro que no sea arrestos, confiscaciones y control social”, sentenció Gutiérrez.