Policía municipal lucha por su vida
El agente, con 28 años en la fuerza, recibió cinco tiros, uno de éstos en la cabeza, que lo mantiene en condición crítica en el Centro Médico. (Vídeo)

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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En un improvisado círculo de oración a las afueras del Centro Médico, en Río Piedras, los familiares del sargento de la Policía Municipal de Cayey Alberto Ríos elevaron una plegaria al cielo por la salud del querendón de la familia. Confían en un milagro.
Ríos permanece recluido en la mencionada institución hospitalaria en condición crítica desde el viernes tras ser atacado a tiros esa noche mientras patrullaba en el área de la plaza pública de Cayey.
“Somos cristianos y creíamos que la maldad no nos tocaría, pero con la violencia que estamos viviendo, ninguno de nosotros estamos exentos de pasar una situación como ésta, lamentablemente. Lo que nos queda es pedirle al Señor que nos cuide”, indicó Andrés Ríos, uno de los ocho hermanos de Alberto, quien es el menor.
Ayer, el veterano policía se mantenía luchando por la vida y, aunque su situación es crítica, pues uno de los cinco disparos lo recibió en la cabeza, la familia está esperanzada en que ocurra un milagro en su vida. Los médicos, sin embargo, le han presentado el cuadro clínico como es, el cual incluye fractura de huesos y la lesión de tejido cerebral.
“Sigue en una condición crítica de mucho cuidado porque esa bala le afectó gran parte de su cerebro, pero lo hemos mantenido ahí. Los familiares estan conscientes de todo y esperando, porque hay que estar vigilantes hora a hora a ver cómo va a ser su evolución”, indicó el doctor Ernesto Torres, director ejecutivo de la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico (ASEM).
Ríos permanece en un coma inducido debido a que tiene la bala alojada en su cabeza. La probabilidad de ser intervenido quirúrgicamente en estos momentos no existe. Lo positivo, dentro del cuadro clínico, es que sigue presentando reflejos.
“Mientras siga manteniendo reflejo, seguimos batallando con el paciente. En el momento que no tenga reflejo, entonces habría que tomar otras medidas, pero confiamos que eso no sea necesario”, abundó el doctor.
En medio del dolor, los familiares y amigos no podían evitar hablar de las cualidades de Ríos, así como tampoco del lamentable rumbo que ha tomado nuestra sociedad puertorriqueña.
Andrés describió a su hermano como un hombre cariñoso, amable y un policía por vocación. Contó que siempre acostumbran a saludarse y despedirse con un beso y un abrazo, sin importar dónde estén o con quién. “La idea de proteger la vida y propiedad, eso lo llevaba siempre en la sangre y lo llevará mientras viva”, dijo el sargento retirado de la Policía sobre su hermano, quien llevaba como agente 28 años.
“Es un papá excepcional, como padre, como hermano, como hijo ha sido excelente. Bien amoroso con sus hijos”, añadió Andrés sobre su hermano, quien tiene cuatro hijos biológicos de un matrimonio anterior. Con su actual esposa, Dennisse Coto, no procreó, pero ésta tiene otros cuatro vástagos.
El dolor por el que atraviesa la esposa del policía municipal es evidente. La mujer no podía prácticamente pronunciar palabra mientras era consolada por sus seres queridos.
Ninguno quiso especular sobre el móvil del atentado. Confían en que la Policía investigará y esclarecerá lo ocurrido. “Ellos tienen la información que pueda surgir y ellos la analizarán”, comentó Andrés.
Mientras, el superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, declinó abundar sobre los ángulos que se investigan. Sin embargo, en una actividad en Ponce no descartó ni confirmó que la agresión haya sido como resultado de una venganza o acecho.
Ayer, se especuló que podría ser por venganza, ya que Ríos tiene un hijo en la cárcel. “Ya tenemos información muy buena y creemos que muy pronto vamos a dar con la persona que, creemos, es sospechoso de este acto”, sentenció el Superintendente sobre Ríos, quien también sirvió en la fuerza estatal.