El piloto de la línea aérea de la compañía American Airlines que fue asesinado durante la madrugada de ayer, domingo, mientras fumaba un cigarrillo frente al negocio District Gentelman’s Club, localizado en la calle Manuel Corchado, en Santurce, es una víctima fortuita de una balacera de la que estaba ajeno.

Mathew E. Stapula, de 48 años, residente en Carolina del Norte, resultó ser una víctima inocente al quedar atrapado en el fuego cruzado que se suscitó entre el personal de seguridad del club nocturno y un cliente por una disputa por el pago de una cuenta.

Se suponía que Stapula piloteara un avión con destino a Filadelfia durante mañana de hoy, pero su crimen retrasó la salida del vuelo del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín en Isla Verde ya fue necesario reunir a un nuevo equipo para que el avión pudiese despegar a las 2:00 p.m. de hoy, lunes, según fue confirmado por Damarisse Martínez, portavoz de la empresa Aerostar, quien agregó que “hubo un retraso considerable”.

Los hechos se reportaron a eso de las 4:00 a.m. cuando Rubén Alemán Hernández, de 38 años, recibió una cuenta de un mesero unos $800.00, como no tenía esa cantidad en efectivo le indicó que acudiría a su vehículo Hyundai Elantra, del 2018, a buscar una tarjeta de crédito.

Alemán Hernández, estacionó su vehículo en contra del tránsito y le entregó la tarjeta de crédito al empleado para que le cobrara, pero supuestamente se resistió a firmarla. En ese momento el personal de seguridad lo observó mientras desenfundaba un arma de fuego y uno de ellos intentó desarmarlo.

En medio del forcejeo se teoriza que resultó herido mortalmente Stapula, quien se encontraba en el exterior del negocio.

Se espera por los resultados de la autopsia en caso de que se pueda recuperar algún proyectil de su cuerpo para compararlo con las pistolas ocupadas al personal del establecimiento y la que se alega poseía Alemán Hernández.

En esta etapa de la pesquisa las autoridades consideran que la muerte de Alemán Hernández fue una justificada de acuerdo con las versiones ofrecidas a los investigadores por los empleados del negocio, quienes alegaron que le dispararon en defensa propia.

Al presente, no se ha localizado una mujer que supuestamente lo acompañaba y que fue dejada como garantía en el bar mientras buscaba el dinero en su automóvil.

El occiso tenía en su poder $400 en efectivo y en el baúl de su auto unos $5,000.

En el negocio operan cámaras de seguridad, pero las mismas no graban para proteger la privacidad de la clientela, así que los testimonios y la evidencia pericial son determinantes en este caso.