Perjudical para las víctimas de violencia de género la reapertura del caso de Pablo Casellas
Feministas advierten que las perjudicadas se cuestionan si vale la pena denunciar a su agresor.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El nuevo proceso de juicio que enfrenta Pablo Casellas por el asesinato de su esposa Carmen Paredes debido a que su veredicto de culpabilidad no fue unánime representa una revictimización para todas las mujeres que atraviesan situaciones violencia de género, agresión sexual y otros crímenes violentos, coincidieron este jueves varias feministas.
Pero no solo las víctimas se afectan negativamente. “Para las familias es reabrir un capítulo de dolor, angustia, incertidumbre que probablemente llevan años tratando de sobrepasar”, afirmó Amárilis Pagán, director de la organización Proyecto Matria.
La activista enfatizó que es diferente que una persona halla logrado encontrar prueba exculpatoria que lo lleve ahora a intentar reivindicarse, a que por una nueva regla de unanimidad en los veredictos les permita a muchos de los victimarios lograr nuevos juicios y hasta salir en libertad bajo fianza, como se espera que ocurra con Casellas.
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“Imagínate, en un caso violencia de género bastaría que una persona machista se sienta en el jurado para que cualquier agresor salga libre”, sentenció.
También expresó que en estos casos que llevan años, como en el caso Pablo Casellas, cuya esposa Carmen Paredes fue asesinada en el 2012, es bien difícil que el Departamento de Justicia consiga a testigos disponibles que recuerden los hechos.
“La reapertura de estos casos pueden provocar un fracaso de la justicia, por las probabilidades que se tengan de acceso a todos los testigos, que los testigos tengan memoria fresca del incidente, tener prueba adicional. Puede provocar que la Fiscalía no esté tan preparada como en el momento de los hechos, y difícil es conseguir un jurado libre de prejuicio y al final lo que podríamos conseguir con eso es un fracaso de la justicia”, puntualizó Pagán.
La feminista también enfatizó que en este caso de Casellas sobresalen aspectos que demarcan la riqueza versus la pobreza.
“Pablo Casellas siempre ha tenido a su favor toda la maquinaria del estado. No estamos hablando de Pablo Pérez, de la barriada morales de Caguas, estamos hablando de un hijo del privilegio”, indicó, al hacer alusión que el padre de Casellas, el exjuez federal, Salvador Casellas, supuestamente intervino en el caso.
Por su parte, la directora de la Coordinadora Paz para las Mujeres, Vilma González, señaló que le preocupa de sobremanera el mensaje que se les envía a las víctimas en este proceso que ha comenzado contra Casellas.
“Nos cuestionamos dónde está la justicia aquí para las víctimas, para la familia de Carmen Paredes que nuevamente tiene que pasar por este sistema… Tenemos un sistema de justicia que trabaja ya con muy pocos recursos y hemos visto que la justicia para las víctimas es mínima. ¿De dónde va a salir el dinero para el peritaje en las cortes? Ya han pasado tantos años. Todo esto va en detrimento. Además, esto es un asunto de clases. ¿Quién tiene dinero para tener una defensa como la que tiene él? Esos son algunas de las preocupaciones que me surgen, pero más que nada cómo el sistema protege los derechos de los acusados, pero no de igual forma de los derechos de las víctimas de crímenes violentos, sobre todo de violencia de género”, recalcó.
La activista de los derechos de las mujeres enfatizó que sobre todo le preocupa que con lo que ocurre en las cortes del país con el caso de Casellas se les está llevando un mensaje negativo a las perjudicada y sus familias de que son los que verdaderamente tienen que demostrar que son víctimas.
“Es un sistema de las revictimiza”, lamentó.
Asimismo, la directora del Hogar Ruth, Lisdell Flores, enfatizó que este caso de Casellas “genera una sensación, no debo decir de frustración, pero lo que es la revictimización y la poca credibilidad para ella (la perjudicada) del sistema de justicia”.
Indicó que ha discutido con las mujeres que se albergan en el hogar sobre este caso y “lo que tu percibes de las sobrevivientes de violencia de género, de violencia sexual, es que esto dispara toda la ansiedad, revivir nuevamente todo lo que las víctimas lograron superar”.
“Esto levanta una ola de emociones increíble, de frustración. Es remontarte a ese momento X de tu vida. Por el mero hecho (de que el agresor) está pagando, eso da tranquilidad. Pero, al tu reabrir esas heridas, es bien fuerte para nuestras sobrevivientes y dispara los síntomas del trauma a unas dimensiones inimaginables”, agregó.
Flores destacó que toda esta situación ha llevado a las víctimas a pensar si verdaderamente vale la pena denunciar a su víctima.
“Nosotros lo vamos a ver prospectivamente, cuando las víctimas no quieran acudir a los sistemas de justicia”, advirtió.
Por último, señaló que la reapertura del caso judicial del asesinato de Carmen Paredes ha afectado emocionalmente a muchas víctimas.
“El aspecto emocional es el más nefasto”, reiteró.
La procuradora interina de las mujeres Madeline Bermúdez, no estuvo disponible para Primera Hora para reaccionar a este proceso de Casellas.