Bajo un sol abrasador y escoltado por una multitud, los cuerpos de don Efraín Martínez Calderín y su hijo, Efraín Alexis Martínez Figueroa, llegaron a eso del mediodía de hoy al Cementerio Municipal de ese pueblo donde recibieron cientos de muestras de cariño por parte de amigos y familiares que hicieron un alto en sus rutinas para darles el último adiós.

En un gesto poco común, el centro urbano de Gurabo casi se paralizó por un par de horas mientras la comitiva fúnebre trasladaba los dos ataúdes en la grúa tipo flat bed que perteneció a Efraín Alexis a lo largo de un tramo de la carretera PR-189, mientras que más y más gente se unía a la caravana para rendir el último tributo a dos de los más queridos hijos de la llamada Ciudad de las Escaleras.

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"Este va a ser uno de los funerales más grandes de Gurabo. Hacía años que no veía tanta gente junta", comentó don Héctor Goytía, nacido y criado en el pueblo y amigo de muchos años de la familia.

Otros aseguraban que "estas Navidades no van a ser las mismas sin la chispa de Maraca", mientras que algunos decían que "aquí no hay una familia, aquí hay un pueblo".

Y en efecto, más de 200 personas se congregaron en el cementerio para despedir a quienes describieron como personas humildes, trabajadoras, de buen corazón y dedicadas a ayudar al prójimo.

Babi Berríos Martínez, nieta de don Efraín, dijo sentirse conmovida ante las muestras de afecto que los presentes daban a la familia, pero enfatizó en que no es momento de venganza ni recriminaciones.

"Lo más importante es que queremos enviar un mensaje de paz, de no violencia, porque nada de lo que hagamos ahora va a devolvernos a mi abuelo o a mi tío. Mi abuelo crió a sus hijos y a sus nietos como niños de paz y ese es el mensaje que queremos llevarle a las personas", indicó la joven visiblemente afectada por la pérdida.

"El sentido de justicia ahora no es lo más importante. Lo primordial es sanar y que la familia esté más unida que nunca. Asegurarnos que esa generación que viene en camino se críe en paz y armonía, así como nos crió mi abuelo", añadió.

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Mientras, el bullicio de las bocinas de varias grúas que acompañaban la caravana, eran la fanfarría de despedida para padre e hijo. Detrás del sonido de estas, la voz de Danny Rivera entonaba la melancólica melodía de "Mi Viejo" que resonaba desde los altavoces en cada rincón del camposanto como un recordatorio del profundo amor que sentía "Maraca" por sus hijos, a tal punto que aseguraba que el día que uno de ellos faltara, él lo acompañaría a su última morada. Y así lo hizo.

"Les agradezco a todos por tantas muestras de cariño y sé que papi y mi hermano también estarían agradecidos", aseguró Efraín "Ito" Martínez Rivera, también hijo de don Efraín, mientras se dirigía a los presentes montado en la parte trasera de la grúa que transportó los ataúdes.


"En cuanto a las personas que hicieron esto, se los dejamos en las manos al Señor. No vinimos a pagar una desgracia con otra. Debemos recordarlos como eran, siempre ayudando a los demás con una sonrisa", añadió durante su alocución de despedida.

Por su parte, Mixia Martínez Rivera, hija de don Efraín y hermana mayor de Efraín Alexis, con voz entrecortada se dirigió a los presentes en agradecimiento.

"Ahora sabemos cuánto querían a mi papá y a mi hermano. Estoy muy agradecida de todas esas muestras de amor. Seguiremos practicando lo que nos enseñó papi y me siento muy afortunada por haber tenido la oportunidad de haber tenido un papá y un hermano como ellos", indicó mientras era abrazada por familiares.

"Decir 'gracias' se queda cortito para agradecer estas muestras de cariño. Aunque sabemos que duele -porque duele en el alma- nos toca a nosotros seguir adelante y apoyarnos mutuamente. Como decía papi 'Maraca no se acaba, Maraca continúa'", añadió por su parte Ixia Martínez Rivera.

Luego de concluido el sepelio, la caravana continuó su ruta hasta el pueblo de Aguas Buenas donde se le dio cristiana sepultura a Omar Ramírez Pérez, el joven que acompañaba a Efraín Alexis al momento del mortal ataque que segó la vida de ambos.