El aparatoso accidente de tránsito que cobró la vida de dos jóvenes la madrugada del domingo en la intersección de las carreteras PR-453 y PR-493, en Hatillo, ha llevado a que su familia haga un llamado a que la juventud a sea más precavida al conducir y eviten excederse de velocidad.

Y es que Lorenzo Padua Correa, de 25 años, estaba de pasajero con un conductor, quien aún no ha sido identificado por el Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) y quien presuntamente perdió el control de la guagua Jeep Cherokee por manejar a una velocidad excesiva.

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Fue así que impactó un poste de aluminio, choque que pilló a ambos jóvenes y provocó el incendio de la guagua, provocando sus muertes en el acto.

“Para los jóvenes que nos están viendo: la velocidad no lleva a nada. La velocidad trae tragedia. Ha sido una cosa terrible para nosotros”, exhortó su abuelo, Miguel A. Correa Olmo ante las cámaras de Telemundo PR.

El dolor de perder a Padua Correa ha sido mayúsculo para su progenitor, Alfonso Padua, pues lamentó no haberse despedido de él.

“Solo Dios tiene una explicación. Cuando Él me la dé a mí, yo se la daré al mundo. No me he despedido todavía, pero nos vamos a encontrar, porque no va a haber una despedida. Va a haber un reencuentro”, dijo al noticiario.

En medio de su luto, Padua recuerda a su hijo como una persona de bien, quien se había “comprometido con la novia, estudiando, trabaja”.

“Todavía estamos pasando por algo que uno nunca espera en la vida, ni enterrar a un nieto o un hijo”, comentó, por su parte, Correa Olmo