Previo a conocer este lunes la condena que debe cumplir a nivel federal por mentir a agentes sobre un alegado "carjacking" que no ocurrió, Pablo Casellas Toro se puso con dificultad unos espejuelos -las esposas en sus muñecas le impedían mover sus manos libremente- y procedió a leer en sala un escrito en inglés en el que insistió en su inocencia.

"Su señoría, con todo respeto, no recibí un juicio justo e imparcial en la corte federal ni en la corte estatal. Hubo un bombardeo constante de evidencia distorcionada. Lo único que he pedido es un jurado justo e imparcial que pueda evaluar mi caso", dijo Casellas poco antes de que el juez federal Joseph R. Goodwin, de Virginia Occidental, le sentenciara a un año y nueve meses de prisión, condena que deberá cumplir concurrentemente con los 109 años impuestos a nivel estatal por el asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón.

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"Yo no mentí, yo le dije la verdad al agente Díaz, le dije lo mismo que le dije a mi familia. Yo no maté a mi esposa. La amo y la extraño todos los días. No puedo mostrar arrepentimiento por algo que no hice. Lo único que me mantiene a flote es que mi padre, mi hermano y mis hijas creen en mi inocencia y están al lado mío todos los días. Saben que nunca hubiese cometido esos crímenes. No tenía razón para mentir, voy con la cabeza en alto", expresó lloroso Casellas Toro, quien además pidió se ajusticie a los verdaderos asesinos de su esposa.

Goodwin no le impuso la pena máxima estatutaria de cinco años por mentir a agentes federales en relación al supuesto "carjacking" ocurrido el 17 de junio de 2012, pero tampoco se dejó llevar por las guías de sentencia, que recomendaban una pena de entre un mes y siete meses de prisión.

"Esta sentencia es razonable y apropiada por su historial personal, que requiere ir por encima de las guías. Tiene un extenso historial de comportamiento criminal relacionado con armas de fuego. Las guías no eran apropiadas en este caso. Reportó falsamente un "carjacking", lo que provocó que se usaran herramientas para una investigación innecesaria", manifestó Goodwin al sentenciarlo, refiriéndose a por lo menos tres incidentes en los que Casellas Toro mostró o apuntó armas de fuego a vecinos.

El abogado del convicto, Francisco Rebollo Casalduc, adelantó que apelarán la convicción y la sentencia.

"Desde un principio indicamos que no se podía escoger un jurado justo e imparcial para atender el caso. La mejor prueba de que eso es así es que un jurado lo encontró culpable de todos los cargos más allá de duda razonable, y el juez los corrigió al desestimar dos de los tres cargos por ausencia total de prueba. A Pablo lo acusan en Puerto Rico de lo que sea, con o sin prueba, y lo van a encontrar culpable. Por eso no se podía ver aquí. Vamos a pedir que se revoque y se ordene un juicio justo e imparcial fuera de Puerto Rico", insistió Rebollo Casalduc.

El fiscal Andy Camacho, del distrito sur de Florida, indicó durante la lectura de sentencia que abogaba por la pena máxima de cinco años dado a que la información falsa que proveyó sobre el supuesto "carjacking" del que fue víctima era parte de la planificación del asesinato de su esposa, que ocurrió poco después.

"Él fabricó el "carjacking", todo para planificar el asesinato de su esposa", señaló Camacho.

El juez aclaró que el asesinato no era relevante a la hora de imponer la sentencia federal, ya que fue convicto a nivel estatal por dicho crimen.

Rebollo dijo que, independientemente del caso del "carjacking", "el asesinato hubiese ocurrido de todas maneras porque la mentira no afectaba que ocurriese", y aclaró que su representado se sostiene en que no mató a su esposa, basado en la convicción en su contra por este crimen a nivel estatal.

La sentencia incluye una multa de $5,000 y un término de libertad supervisada de tres años. Casellas Toro pasaría del Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo, -donde está ingresado desde que fue sentenciado a nivel estatal en febrero, luego de la lectura de acusación a nivel federal- a la cárcel estatal.