Tyrone Rohena Vélez perdió hoy el privilegio de restricción domiciliaria durante una vista final de revocación de probatoria luego de que testificara su técnico sociopenal, Manuela Carrión, en la sala 1101 del Centro Judicial de San Juan, y tendrá que pasar los próximos tres años en la cárcel.

El hombre compareció hoy ante la jueza Gisela Alfonso Fernández, quien presidió su caso por haberle causado la muerte a la cantautora Ivania Zayas tras arrollarla en la madrugada del 8 de febrero del 2015 y determinó la sentencia de tres años y siete meses en restricción domiciliaria tras éste haber hecho alegación de culpabilidad por homicidio negligente en modalidad menos grave, dos infracciones a la Ley de Tránsito por abandonar la escena del choque y conducir con la licencia vencida.  

Vistiendo un uniforme de presidiario azul oscuro y encadenado de pies y manos, Rohena saludó a sus padres, quienes se encontraban en sala. Ningún familiar de Ivania estuvo presente.

El convicto llevaba un mes sumariado en la Cárcel 705 de Bayamón luego que se determinara que había violado las condiciones de la restricción domiciliaria que le había concedido Alfonso Fernández. Según el testimonio de Carrión, quien lleva 23 años como técnico sociopenal y a quien se le asignó el caso de Rohena en septiembre, éste tenía que cumplir con siete condiciones para permanecer libre con grillete: estar empleado, tener un plan de pago de las multas que tenía acumuladas, hacer gestiones para sacar la licencia de conducir, estar al día con la pensión alimentaria, no consumir alcohol o drogas, no estar en lugares de dudosa reputación y no conducir un vehículo de motor durante el término estipulado. 

“Violó, al menos, cinco de las condiciones”, dijo Carrión durante el interrogatorio de la fiscal María Teresa Carro.

La mujer narró que cuando le llegó en diciembre el caso de Rohena repasó con él sus condiciones de probatoria y “dijo entenderlo todo”. Agregó que el hombre supuestamente debía trabajar como reparador de techos de lunes a sábado “y no tuvo problemas con el horario, pero luego el jefe me confirmó que no tenían trabajo los sábados y él estaba saliendo como si trabajara… salía por las mañanas y volvía por las tardes. Nos dimos cuenta por el grillete”, aseguró Carrión.

El equipo electrónico, que es un rastreador, reveló que Rohena frecuentaba la barra Blue Liquor Store en la Avenida Campo Rico, en Carolina, violando otra de la condiciones de su probatoria. Pudieron contabilizar varias visitas entre marzo y mayo.

“El 13 de mayo, en víspera del Día de las Madres”, continuó la técnico sociopenal, “estuvo en Piñones desde la 1:00 p.m. hasta las 5:43 p.m.”.

Varios agentes llegaron a su residencia y le preguntaron si había tomado, según le narraron a Carrión. “Dijo que estaba con amigos… le hicieron la prueba de drogas y alcohol y en la primera salió negativa, pero en la segunda salió con .30% de alcohol en la sangre”, aseguró.

Luego de ese incidente, se le instruyó a Rohena permanecer en el hogar hasta que fuera contactado por la sociopenal, “pero se fue a trabajar. Le indiqué si sabía que estaba violando las condiciones y dijo que sí; le dije que si sabía que estaba en riesgo de que le revocaran la libertad suspendida, y dijo que sí”, indicó en corte.

Otro asunto es el de la pensión alimenticia. Según Carrión, desde que fue sentenciado hasta que se presentó la querella por la cual fue detenido en mayo, Rohena había duplicado la deuda que tenía con Asume. “También se le orientó varias veces sobre le plan de pago de las multas y dijo que no pudo hacerlo porque no tenía el dinero”.

“El caballero lleva año y medio en esto. Entiendo que es meritoria la revocación”, concluyó la técnico sociopenal.

Duro contrainterrogatorio

El abogado Luis Rodríguez trató de minar el testimonio de Carrión cuestionando sus labores de supervisión, entre otros asuntos, llevando a múltiples objeciones de la fiscalía. En un punto, la jueza le advirtió que “tuviera cuidado” con la forma en la que formulaba las preguntas.

“Tyrone dijo que tenía $2,000 para la pensión de la nena. ¿Eso se lo dijo?”, le cuestionó a la técnico.

“Lo dejé de supervisar desde que fue ingresado”, comentó la mujer.

“Usted dijo que él bebía todos los sábados… ¿Buscó ayuda para él?”, insistió Rodríguez.

“Él nunca admitió que estaba bebiendo”, aseguró Carrión.

Así continuó la línea de preguntas. Se le cuestionó si sabía si la ex de Rohena se había quejado de no estar recibiendo la pensión o si los padres del convicto se habían quejado de su conducta, pero la técnico sociopenal indicó que no tenía forma de saber porque “fui tres veces a la casa y no había nadie”.

“Se le han dado varias oportunidades”, insistió Carrión, a lo que Rodríguez la interrogó sobre la prueba de alcohol realizada el 13 de mayo: si había sido por aliento, sangre o saliva y la mujer indicó que no estuvo presente en ese momento, sino que recogió lo que le dijo el supervisor de los agentes que realizaron el examen.

“O sea, que no habló con usted”, insistió Rodríguez, a lo que Carro volvió a reclamar sobre “la insistencia sobre algo que ya la testigo declaró que no sabía”.

“Estamos hablando de dinero”, argumentó el abogado. “Como no está al día con la pensión y está usando el horario de trabajo indebidamente, ¿todavía insiste en que debe ir preso?”.

“Llevamos año y medio regañándolo”, insistió la técnico sociopenal.

La jueza excusó a Carrión y emitió su sentencia.

“La probatoria es un privilegio y no ha hecho los esfuerzos para cumplir con la misma”, declaró. “Queda revocada la probatoria y los tres años y siete meses serán cumplidos en cárcel”, determinó.

Rodríguez pidió, sin éxito, un tiempo para que Rohena se pudiera poner al día con los pagos, o que se le contabilizara el año y medio que estuvo en restricción domiciliaria como parte de la sentencia. Alfonso Fernández denegó ambos pedidos.

Satisfecho el ministerio público

La fiscal Carro señaló en el pasillo del tribunal que “lo cierto es que la oportunidad la jueza se la dio cuando lo sentenció a restricción domiciliaria, que durante la sentencia le dijo que le estaba dando una oportunidad. Luego de eso viene un proceso de supervisión y hay unas condiciones que se le impusieron y dentro de la condiciones se indicaba que cualquier violación podría llevar a la revocación de ese privilegio. Independientemente de lo que el licenciado argumentó y solicitud, la jueza, obviamente al ver la totalidad de la prueba y cómo había sido la supervisión hasta este momento, determinó revocar”.

A su salida de sala, Rodríguez se excusó y siguió de largo, sin emitir declaraciones. 

Carrión, por su parte, indicó que “entiendo que es mi responsabilidad acudir al tribunal y lamentablemente eso es parte del diario de nosotros; hay unos que cumplen y nos sentimos muy contentos, pero hay otros que fallan y lamentablemente ellos son los que tienen que defender su libertad”.

Quien salió destrozada de sala fue la madre de Rohena, quien poco antes de subir al ascensor aseguró que “esto es un lamentable accidente que él no provocó, porque ella cruzó en un lugar donde no tenía que cruzar, con la luz verde a favor de él, borracha y con ropa negra. Así que se debe juzgar también a las personas que cruzan negligentemente una avenida y le destrozan la vida a una familia”, reclamó llorando.