Pueden ser coincidencias, pero lo cierto es que el perfil de José J. Meléndez Morales, quien esta semana fue imputado de agredir hasta casi matar a un hombre debido a alegado discrimen por su orientación sexual, guarda mucha similitud con el recordado “Ángel de los Solteros”, un asesino en serie que en la década de los 80 sembró el terror en la Isla al torturar y asesinar a varios homosexuales.

Aunque al momento las autoridades solo vinculan a Meléndez Morales con el atentado de un hombre al que conoció en un club nocturno en Condado, lo cierto es que el sujeto –quien permanece prófugo de la justicia y cuya profesión es ser bailarín exótico– fue investigado por la muerte de otro hombre, identificado como Jaime Luis Reyes Rivera, cuyo cuerpo fue encontrado con varios golpes y en estado de descomposición en Vega Alta. La última vez que vieron a Reyes Rivera se disponía a llegar a la discoteca Circo, en Santurce, un lugar concurrido por homosexuales.

En el caso del Ángel de los Solteros, cuyo nombre real es Ángel Colón Maldonado y que actualmente está cumpliendo cadena perpetua en la cárcel Las Cucharas, en Ponce, se sabe que también contactaba a sus víctimas en centros nocturnos frecuentados por gays, precisamente en el área de Santurce y Condado.

Colón Maldonado –quien irónicamente también se desempeñaba como stripper– fue sentenciado a 234 años por asesinar a tres hombres, entre ellos un dentista y un pianista y compositor. En cambio, en medio de su juicio, el hombre –para aquel entonces tenía 19 años– le confesó a través de una carta a una jueza del Tribunal de Carolina que había matado a por lo menos siete sujetos. Con el tiempo, al Ángel de los Solteros se le atribuyeron más de 20 asesinatos.

Entre las semejanzas de ambos criminales se destaca el hecho de que se les acusa de torturar a golpes a sus víctimas. Posteriormente, les roban sus pertenencias y hasta huyen en sus vehículos.

En el caso de Meléndez Morales, no se descarta que haya salido del país hacia Estados Unidos. En los tiempos de su búsqueda, el Ángel de los Solteros huyó a Nueva York, donde fue arrestado en un lugar conocido como Show Palace Theater.

Los temperamentos violentos de ambos sujetos también guardan mucho parecido. De hecho, Meléndez Morales estuvo involucrado en un caso de violencia doméstica por golpear a una novia y presunta madre de su hijo. En el caso de Colón Maldonado, salió a relucir en su juicio que solía golpear físicamente a una compañera consensual. De hecho, en una ocasión le rompió la nariz.

Los investigadores de ambos casos describen a los sujetos como peligrosos.

En el caso de Meléndez Morales, la fiscal Lorna Colón –quien no quiso abundar sobre alguna posible asociación del prófugo con algún otro caso criminal– lo describió como una “persona violenta, fría, calculadora y sumamente peligrosa para la comunidad homosexual”. De hecho, destacó que el ingenio criminal del sujeto pudiera haber provocado que esté ocultando su verdadera identidad.

“Ahora mismo no sabemos si realmente su nombre es José J. Meléndez Morales porque sabemos que ha utilizado otros nombres como el de Anthony Rodríguez Fernández... lo que sí sabemos es que ha utilizado fraudulentamente información de otras personas y que utiliza apodos como ‘Bebo’ y ‘el Gordo’”, dijo Colón, al exhortar a la ciudadanía a cooperar para localizar y capturar al sujeto, contra quien pesa una orden de arresto que data de 2011 por un caso de apropiación ilegal.

Opina un psiquiatra

Si de algo está seguro el psiquiatra forense Víctor Lladó es que los crímenes contra algún sujeto o grupo de personas por motivo de discrimen no son excusables. Y más que un desorden psicológico, los agresores arrastran problemas de identidad o de índole sexual que canalizan a través de la violencia.

“No existe un perfil psicológico como tal con estas personas como el Ángel de los Solteros o posiblemente este acusado (Meléndez Morales), más bien hay ciertas tendencias que provocan conductas morbosas y antisociales de su parte. Usualmente, buscan presas fáciles, que no se puedan defender”, dijo.

En el caso específico de crímenes contra homosexuales, los catalogó como el resultado del estigma social que se ha creado durante años.

“La sociedad lleva tiempo rechazando, marginando y denigrando a estas personas y eso tiene un efecto en algunas personas susceptibles y con problemas. En ese sentido, y es lamentable, la sociedad es responsable por las actitudes de discrimen que muchas veces vemos contra los homosexuales”, destacó Lladó.