No se arrepiente Alexis Candelario Santana al ser condenado
Candelario Santana fue juzgado y encontrado culpable por las muertes ocurridas el 17 de octubre de 2009 en el negocio La Tómbola.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Durante cerca de dos horas, familiares de las víctimas de la masacre de La Tómbola esperaron llorosos para escuchar la sentencia contra el autor de la matanza, Alexis Candelario Santana, y quizás presenciar alguna señal de arrepentimiento de su parte.
Sin embargo, cuando el juez federal José A. Fusté le preguntó al convicto si tenía algo que decir previo a ser sentenciado, respondió: “No tengo nada que decir, vuestro honor”.
Fusté le impuso el equivalente a tres cadenas perpetuas, dos de ellas concurrentes entre sí, por los más de 30 cargos de violaciones a la Ley de Crimen Organizado (RICO Act) por los que un jurado lo encontró culpable el 8 de marzo pasado. Además, recomendó al Negociado Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés) que Candelario Santana cumpla la pena en la prisión ADMAX en Florencia, Colorado, la cual es de máxima seguridad y conocida como el "Alcatraz de los Rockies", pues tiene unidades bajo tierra.
Previo al anuncio de la sentencia, Janet Martínez Santana, prima del convicto y madre de una de las víctimas que además era ahijado de Candelario Santana, se levantó de su banco en la sala y pidió permiso para hablar.
"Me voy a dirigir a Alexis. Yo crecí con él. Lo amé. Tomé la decisión de que fuera el padrino de mi primer hijo, que fuera como su padre porque no tenía padre a su lado. No soy quién para juzgarlo, pero a él es el que acusan ser el autor del asesinato de mi hijo, que por él haya muerto. Reitero, no sé si lo hizo o no, pero a él fue el que acusaron. Hablo por mí y mi familia y por todos los que están pasando por lo mismo. Destruyeron mi vida, me dejaron dos nietas sin papá. Lo único que le quiero decir a Alexis es que la sentencia no me hace feliz porque no voy a poder ver a mi hijo, pero jamás lo podré perdonar y solo espero que nuestros corazones puedan sanar aunque sea un poquito", expresó Martínez Santana, mientras Candelario Santana permanecía sentado serio y tranquilo al lado de su abogado Francisco Rebollo.
"Señora, yo entiendo exactamente bien cómo usted se siente. Pero siempre en la vida hay que dejar una puertecita para perdonar. No necesariamente aceptar, pero el perdón del punto de vista religioso y humano es importante. Cuando uno siente rencor y ese sentimiento, uno no se rehabilita", le respondió Fusté en español.
“En esas estoy”, replicó Martínez Santana, en referencia a su esfuerzo por perdonar al autor de la muerte de su hijo John Henry García Santana, de 20 años.
Fusté invitó a Martínez Santana a convertirse en una "predicadora" en su comunidad de Sabana Seca, en Toa Baja, para que lleve el mensaje de que "las cosas en la vida hay que hacerlas bien" y que "hay que vivir a base de unas reglas" para que no ocurran más desgracias.
Candelario Santana fue juzgado y encontrado culpable por las muertes de García Santana, José Hernández Martínez, Juan Class Guzmán, Pedro Semprit Santana, Elizabeth Ocasio, Samuel Ruiz Martínez, Rafael Ramos Rivera, la cantante Tina Marys Rodríguez Otero y la bebé de ocho meses de gestación Aneyska Ríos García ocurridas el 17 de octubre de 2009 en el negocio La Tómbola, que inauguraba esa noche. Otras 20 personas resultaron heridas esa noche. En la escena se incautaron más de 500 casquillos de bala. El 23 de marzo pasado, un jurado informó que no logró ponerse de acuerdo en cuanto a imponer la pena de muerte.
La fiscal federal María Domínguez, quien llevó el caso junto con Marcela Mateo y Bruce Hegyi, describió a Candelario Santana como "pura maldad". Recordó que el hoy convicto, de 41 años, no ha mostrado remordimiento ni arrepentimiento.
"Se convirtió en un asesino a sangre fría que mata a todo el mundo, familiares, extraños, sin razón y sin remordimiento", dijo Domínguez.
Fusté detalló que Candelario Santana tiene un historial criminal tan extenso a nivel estatal que "nunca había visto algo así". Recalcó que previo a los hechos de La Tómbola, enfrentó cargos por asesinatos, tentativa de asesinatos, robo y violaciones a la Ley de Armas desde el 1991, cuando tenía 19 años.
"El tratamiento que tuvo a través de los años, fue increíble", dijo el juez, refiriéndose a que le reclasificaron varios asesinatos en primer grado por segundo grado sin explicación.
El último caso en su contra a nivel estatal fue por 12 asesinatos, por los que lo sentenciaron a 12 años de prisión, de los que solo cumplió seis. Salió de la cárcel en abril de 2009 y seis meses después asesinó a nueve personas.
Contraste entre hermanos
Esta mañana, Fusté también sentenció al hermano de Alexis, Wilfredo Candelario Santana, a ocho años de cárcel por conspirar para violar la Ley de Crimen Organizado junto a su hermano en casos que no estuvieron relacionados con la masacre. Según la investigación, Wilfredo, quien estaba preso en Michigan cuando ocurrió la matanza en La Tómbola, colaboraba con su hermano en el tráfico de drogas a Estados Unidos.
“Se me rompió el corazón”, respondió Wilfredo cuando el juez Fusté le preguntó qué pasó por su mente cuando se enteró de la matanza.
Wilfredo hizo alegación de culpabilidad tras su abogado Rafael Anglada llegar a un acuerdo con la Fiscalía Federal.
"Mis respetos. Primero que nada, quiero darle gracias a Dios por permitirme estar vivo", dijo Wilfredo. Fusté lo interrumpió para recalcarle que podría haber sido asesinado.
"Tomo responsabilidad por mis acciones. Quiero pedirle perdón a mi familia y a todo el que haya lastimado de una u otra forma, por favor, perdónenme. Sinceramente, me arrepiento de mis acciones", manifestó Wilfredo, quien dijo que quería estudiar artes culinarias y tener su propio restaurante algún día. Wilfredo será trasladado a una prisión en Florida o en Winsconsin, según recomendó el juez. Una vez salga, deberá cumplir cinco años de libertad supervisada.
Pesadilla tras la tragedia
Fuera de sala, Martínez Santana lamentó que su nieta, que ahora está en primer grado, todavía le pregunte por qué tuvieron que matar a su papá, "sin yo poder contestarle".
"Pide escaleras para poder llegar al cielo para llevarle paletas a su papá. Perdí mi trabajo, mi matrimonio. Perdí la razón de vivir. Vivo por mi hija de 16 años y mis nietas. Me pregunto si hubiese una pega que me pudiera sellar mi corazón. Ya van tres años y 10 meses y parece que fue ayer. A mi hijo lo espero todos los días a que entre por el portón. Alexis me destruyó mi vida, yo que confié en él como hermano, como amigo, como papá en un momento de mi hijo. No puedo pensar todavía que él fue quien le quitó la vida a mi hijo", expresó Martínez Santana.