El alcalde de Aibonito, William Alicea Pérez, reaccionó sorprendido e indignado al saber que el abogado del suspendido sacerdote católico acusado de abusar sexualmente de un menor, Israel Berríos Berríos, lo mencionó en una vista como un potencial testigo de reputación.

En la vista de fianza llevada a cabo ayer, jueves, ante el magistrado federal Marcos E. López, el abogado del religioso y jefe de la Oficina del Defensor Público federal, Héctor Guzmán Silva, presentó un listado de 13 potenciales testigos dispuestos a testificar a favor de su representado para asegurar que no es un peligro a la comunidad ni riesgo de fuga.

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El sexto en la lista fue el alcalde, a quien identificó como Willie Alicea. Guzmán Silva alegó que el mandatario le dijo que conoce a Berríos Berríos desde hace cinco o seis años, que no sabe nada negativo de él. Que de sentarse a testificar, diría que tiene "tremendo apoyo" en Aibonito, aún tras saber del arresto y los cargos que enfrenta. Agregó que no cree que sea un peligro para la comunidad ni que huya.

"El alcalde le envió un mensaje a mi cliente, que le dijera hola y que Dios lo bendiga", manifestó el abogado durante la vista de fianza del jueves en el Tribunal Federal de Hato Rey.

"Nunca me planteó que fuese testigo, ni mucho menos le dije que iría a testificar a su favor", señaló molesto y sorprendido el alcalde de Aibonito tras leer la noticia ayer, jueves.

Alicea Pérez relató que ayer mismo por la mañana, "un licenciado Guzmán" lo llamó y se identificó como representante legal de Berríos Berríos. Narró que el abogado le preguntó si conocía al sacerdote, y le dijo que sí, que lo conocía desde hacía cinco o seis años, desde poco antes de ser alcalde, ya que fue el párroco del pueblo.

"Le dije que los feligreses lo apoyaban, que no soy quién para juzgar. Y que si tenía contacto con él, que le dijera que al igual que él oró por mi previo a la contienda electoral, que yo estaba orando por él para que Dios le dé fortaleza en este proceso. Pero eso fue todo", indicó Alicea Pérez, quien reiteró que jamás se le pidió que fuera testigo para la vista.

Al finalizar la vista ayer, el magistrado federal se reservó su fallo y dijo que lo emitirá por escrito en los próximos días.

En la vista salieron a relucir las admisiones que hizo el 18 de enero de 2013 el acusado por tráfico sexual de menores y transportar a un menor con fines de sostener actos de índole sexual ilícitos ante las autoridades eclesiásticas, Los hechos por los que se le acusa ocurrieron entre 2007 y 2008 con un menor que era monaguillo de la iglesia y su ahijado de confirmación que tenía entonces 14 años de edad. Hoy día tiene 21 años.

El abogado planteó que si su representado hubiese querido huir, pudo haberlo hecho desde entonces, cuando sabía que lo estaban investigando. Pero, el fiscal federal Marshal D. Morgan destacó que las admisiones las hizo bajo el contexto de la investigación de la iglesia y no por una pesquisa criminal, además de que las autoridades eclesiásticas no proveyeron la información a las autoridades de ley y orden hasta que se emitió un subpoena en marzo de 2014.

Morgan recordó que el religioso católico conoció al entonces menor cuando tenía entre seis y siete años, cuando lo ayudó durante una crisis por el abandono de su padre. Estuvo preparándolo hasta que a los 14 años, lo llevó a su casa en Naranjito y le pidió que le pusiera crema en la espalda, desnudo. Eventualmente, lo convenció a que se desnudara también y sostuvieron actos de masturbación mutua en el carro de la iglesia y en su casa.

Los cargos también se basan en un viaje que hicieron juntos el 21 de julio de 2008 a Miami para tomar el crucero Majesty of the Seas cuatro días por las Bahamas y se quedaron en la misma cabina, donde ocurrieron más actos sexuales ilícitos.

El fiscal presentó la admisión de Berríos Berríos que hizo en 2013, en la que acepta que hubo "caricias y besos" y que se tocaron sus genitales, pero que no recordaba si hubo sexo oral. Sí confesó que "no recuerdo porque son cosas que quiero borrar de mi mente, pero definitivamente fue más de una vez (que ocurrieron los actos)". Catalogó las acciones como "indiscreciones" y como "un error que marcó mi vida, pero pasó y no puedo negarlo".

Guzmán Silva opinó que si se le permite salir bajo fianza y se le impone la condición de encarcelamiento domiciliario, "todos los argumentos se esfuman", pero entiende que no se presentó prueba de que represente un peligro a la comunidad ni al presunto perjudicado, ya que este es mayor de edad y no hay vínculos entre ellos.

Berríos Berríos, quien enfrenta cargos por actos lascivos a nivel estatal, permanece detenido en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo.