Lajas. El arresto de Edwin Bernard Astacio Espino le dio un soplo de alivio a la vida de la periodista Miriam Ramírez, pero no es suficiente hasta que se haga justicia completa por el asesinato de su esposo, Jesús Fernando Quiñones Santiago.

Y esa justicia incluye que, si es encontrado culpable fuera de toda duda razonable, lo sentencien a pena de muerte por haberle arrebatado la vida a su compañero, al padre de su pequeña Fabiola Fernanda, de sólo cuatro añitos.

“Ese sinvergüenza me quitó la mitad de mí, pero tengo que ser fuerte para seguir adelante’’, dijo Miriam a Primera Hora en una entrevista en la que la emoción la arropó.

Astacio Espino fue arrestado el pasado 28 de agosto y acusado como la persona que disparó con una potente arma de fuego el helicóptero en el que iba de copiloto Fernando mientras se realizaba un patrullaje desde el aire. Las balas lo alcanzaron y lo mataron. Fue el 4 de mayo, un día que Miriam no olvidará jamás.

Tanto ha sido el daño a su vida, que no titubea al decir que dormirá tranquila y feliz si Astacio Espino es sentenciado a la pena capital por su crimen.

“Si la justicia federal decide (que es culpable) y el ay bendito no llega al jurado, no me molesta que sea el primer caso (de pena de muerte en la Isla). Si fuera de toda duda razonable se prueba que él (Astacio Espino) fue el delincuente que hundió el gatillo, que fue el autor de eso, claro que sí dormiría tranquila, feliz’’, insistió.

Astacio Espino asegura que es inocente de haber matado a Fernando. Al ser confrontada con esto, Miriam respiró profundo. “No dudo que hay muchas personas inocentes en las cárceles, porque yo he cubierto casos como periodista. Pero, este señor se nota que es un manipulador. Yo se lo dejo a los tribunales, al jurado y a la fiscalía; aunque no puedo hablar de la evidencia contra él, sé que es contundente’’, respondió, visiblemente afectada.

Según Miriam, hay testigos directos de lo que hizo Astacio Espino. “Y si no fue él, que busquen al culpable. Pero todo indica que fue él. Ahora que no sea tan cobarde’’, sentenció.

Miriam recibió a Primera Hora en su finca Los Sueños Farm, donde sigue al pie del cañón sacando adelante la empresa que abrió junto a Fernando.

En ocasiones lloró.

Pero será fuerte para estar presente en el juicio contra Astacio Espino. “Confío que sea encontrado culpable. Quiero ir para verle la cara nuevamente; y como cada cual es responsable de sus actos, bueno, ahora te toca a ti pagar’’, recalcó.

“Si fue tan valiente, no sólo para disparar a mi marido, sino que había cuatro seres humanos allá (en el helicóptero), pues que pague. En ese parque donde aterrizaron había un sinnúmero de niños jugando pelota y si esa nave le hubiese caído encima a esos niños, hubiese sido una cosa más desastrosa todavía’’, insistió tras resaltar que no lo perdona.

La vida sin Fernando

“Superar esto no será fácil. Fernando y yo éramos un equipo, todo lo hacíamos juntos y dejó una niña sin padre, que es la que yo tengo ahora que criar. Era quien traía el sustento aquí. Yo dejé mi carrera por estar con mi hija’’, dijo Miriam, ex reportera de Univisión.

Contó que la pequeña Fabiola Fernanda sabe que su papá está en el cielo y “no quiere que nadie más se vaya al cielo... sabe que está con Papá Dios’’. Miriam confía en que la nena pueda superarlo con el tiempo.

“A ella le consta que papá no está aquí, por eso no pregunta mucho por él. Pero, cuando ve las fotos, dice: ‘Mira, mi papá’. Le tengo fotos en el bulto de la escuela o si le preguntan los nenes, en su inocencia, ella les dice: ‘Yo tuve papá, está aquí, lo que pasa es que está con Papá Dios’’’, dijo Miriam con lágrimas en sus ojos.

Contó que cuando besa a Fabiola Fernanda antes de dormir, la nena le da un ramillete de besos en la mejilla izquierda, que son para papá, y en la derecha, que son de mamá. “Pide los besos todas las noches’’, sostuvo.

El día de Miriam comienza a las 6:00 de la mañana, cuando se levanta para llevar a la niña a la escuela. Luego, se va a su finca a hacer de todo: administradora, empleada, bregar con las roturas, ver que los mecánicos lleguen a reparar la maquinaria que se dañe. Después regresa a las labores del hogar y a hacer las asignaciones con su hija.

“Hay que ensuciarse las manos, como cualquier otro empleado’’, dijo tras resaltar que tiene dos empleados a tiempo completo en la finca y otros tantos que hay para algunas labores cuando son necesarios.

La finca fue adquirida por el matrimonio en 2003. Tiene 140 cuerdas y allí se cosechan limones agrios y heno.

“Mientras tenga salud, yo espero seguir esto para Fernando... La gente se cree que quedé millonaria por la forma en que murió, pero para nada cualifico. El Municipio de San Juan no contesta, es una cosa bien difícil, pero voy a echar para adelante y yo voy a mí”, dijo Miriam, irradiando mucha fortaleza de espíritu.

Su reto en estos momentos es trabajar de sol a sol en esa finca para poderla pagar, “porque todo lo que ella produce es para el banco y el pago de empleados’’. A la larga, es el fruto de su trabajo el que le quiere dejar a su pequeña.

“Yo no nací en cuna de oro, soy de una familia humilde, hija de un camionero y agricultor’’, expresó Miriam, quien se monta y sabe operar cada una de las máquinas de su finca, así como darles el mantenimiento que requieren.