El llamado repunte en la destilación del ron clandestino, bautizado como pitorro, no se refleja en las estadísticas de la Policía a pesar de que su elaboración y venta es una actividad prohibida por ley.

Esa cantidad representa la mitad de los operativos realizados en el 2014. El resultado de estas intervenciones, realizadas en Caguas, Aibonito, Aguadilla y Carolina, fue la ocupación de 160 litros de pitorro y 20 galones de esa bebida.

“No voy a decir que hay una merma”, señaló el comandante García Díaz sobre la producción del ron clandestino. “Han llegado menos querellas”, dijo antes de aclarar que “el tomárselo no es delito. Delito es prepararlo y distribuirlo”.

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El Código de Rentas Internas, de enero de 2011, establece que “ninguna persona podrá dedicarse en Puerto Rico al negocio de destilar, rectificar, manufacturar, envasar o almacenar espíritus destilados, espíritus rectificados, o bebidas alcohólicas, a menos que tal persona haya recibido un permiso del Secretario (de Hacienda) para dedicarse a dichas actividades. Para cada modalidad de estas actividades se requiere un permiso expedido por el secretario”.

La más reciente de esas intervenciones ocurrió el pasado mes en el sector Los Contreras en el barrio Florida, San Lorenzo. El proceso judicial contra dos integrantes de una familia, no ha culminado, informó el oficial de la Policía.

La elaboración del pitorro es un delito menos grave, señaló el comandante, quien indicó que la penalidad a los violadores del estatuto podría ser cárcel, pero es común el juez se limite a multarlo. 

Repunte del pitorro 

Por su parte, el académico José Manuel González Cruz, quien realizó la tesis “¡Sacando caña! Resistencia y ron clandestino en la Isla de Puerto Rico”, aseguró que “la destilación clandestina en Puerto Rico vive un segundo momento de popularidad”.

Explicó que por tratarse de una actividad prohibida por ley le resultó difícil conseguir que los destiladores le permitieran acceso a sus alambiques. Indicó que en algunos casos tuvo que hablar hasta con tres personas y evidenciarle que no era policía para llegar hasta el alambique.

“Hay miedo, yo diría terror, por parte del destilador, de ser atrapados por la Policía”, destacó antes de criticar el destaque que los medios les dan a los arrestos de destiladores.