Menos boricuas por culpa de la crisis
Las familias están reduciendo su número de hijos, pero que nazcan menos boricuas parece un remedio peor que la enfermedad.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Son muchas las ideas que surgen cuando de dar soluciones a la crisis fiscal se trata. Cada cual da su receta y hay hasta quien recomienda “controlar” la tasa de natalidad para evitar que el Gobierno incurra en más gastos. Pero, si nacen menos boricuas, ¿mejoraría la economía?
Para el economista Antonio Fernós Sagebién, una propuesta como esta no tendría sentido porque “uno de los retos más grandes que tiene Puerto Rico en este momento es el reto demográfico”. La Isla necesita, explicó, un aumento en su población productiva, un alza en el grupo trabajador que es el que sostiene a la población en crecimiento y a la población envejeciente.
“Es una idea contraria a lo que necesita el País. Si el País se está vaciando, ¿cómo vamos a pedir que nazcan menos personas?”, indicó Fernós Sagebién haciendo alusión al dramático incremento en la emigración de puertorriqueños.
Con él coincidieron la mayoría de los ciudadanos entrevistados durante un sondeo realizado ayer por Primera Hora.
“Controlar la natalidad perjudicaría la economía de Puerto Rico. Habría menos gente, menos contribuciones, menos dinero para los sistemas de Retiro”, opinó Ernesto González, de Hato Rey.
Nace menos gente
La idea también parece alejada de la realidad de una Isla donde no solo están emigrando miles de ciudadanos anualmente, sino que están naciendo menos personas.
Según la demógrafa Judith Rodríguez, son muchos los que ya han bajado la composición familiar por la crisis económica.
Este dato fue avalado por Nancy Vega, directora ejecutiva del Registro Demográfico, quien dijo que el promedio de disminución anual de nacimientos en los últimos cinco años en la Isla había sido de aproximadamente 1,800 y, para el 2015 la cifra se elevó a 3,281.
Rodríguez analizó los datos de las mujeres que dieron a luz en el 2014. Uno de los indicadores que observó fue el de las que tienen un plan médico privado y las que tienen el del Gobierno. En ambos grupos hubo una disminución dramática de alumbramientos.
“No hay duda que los factores económicos por sí solos, cuando hay un problema económico y fiscal como el que tenemos aquí, hace que la gente recapacite inmediatamente, haga ajustes y reduce el número de hijos”, sostuvo.
“La situación económica verdaderamente está demostrado que tiene un poder bien grande en que la gente haga unos ajustes, porque el primero de los ajustes que hace es pensar que en este momento no se pueden casar, no pueden comprar casa, no pueden tener hijos o reducir la cantidad de hijos que pensaban tener”, comenta la experta.
Rodríguez señaló además que muchas mujeres están en la fuerza laboral, y que no son pocas las familias que emigran para mejorar su vida, y les conviene un núcleo familiar pequeño.
Con esto también coincidió el economista José Alameda, quien sostuvo que “las sociedades cambian, cambia la situación económica, la economía general… la mujer participando en la fuerza laboral y el alto coste de la vida ha llevado a tener menos hijos; obviamente ahí es que viene las condiciones económicas que determinan lo que se llama un control de natalidad, control en el sentido de que no van a tener muchos hijos. Antes se decían que los hijos eran activos de producción…”.
Alameda dijo que lo mejor para ejemplificar los cambios en la situación económica, cultural y social del País es el cierre de escuelas y la reducción del número de estudiantes.
“Ahí obviamente hay un elemento de reducir fiscalmente esa presión en el sistema de educación. Pero la pregunta es si se ha reducido, porque la estructura burocrática no necesariamente ha ido a la par con esta reducción”, señaló.
Mencionó que “las condiciones económicas y sociales les imponen a las parejas tener menos hijos y esto potencialmente genera menos presión en el aspecto fiscal, al gasto del Gobierno. Pero la pregunta es si esa estructura de Gobierno es lo suficientemente ágil como para ajustarse a los cambios que se están dando”, cuestionó.
El economista también mencionó como un factor agregado a la situación que vive el País el encarecimiento de los alimentos. “Son más caros porque hay un problema de abasto mundial de alimentos y los precios se disparan… Otra de las cosas que hay que ver es que los niños y la sociedad cambian y la cuestión tecnológica cambia, y entonces puedes decir que vas a necesitar menos (ante una cantidad menor de hijos) pero no, ahora ese muchacho necesita una computadora, un iPhone, y vas a tener una serie de cosas que necesita para ponerse al día”, dijo.