La relación entre Yexeira Torres Pacheco y Roberto Quiñones Rivera era una "disfuncional", aseguró hoy Iris Pacheco Calderón.

En el segundo día del juicio que se sigue contra Quiñones Rivera, acusado por el asesinato de la bailarina y coreógrafa del rapero Miguelito, la mamá de la víctima aseguró que el hombre también trataba de manipularla y de interferir en sus proyectos profesionales.

"Él peleaba por cualquier tontería o estupidez", afirmó la mujer, que quien mostraba algunas dificultades al hablar como secuela de un derrame cerebral que sufrió en mayo del 2012.

Ante el juez Francisco Borelli Irizarry, del Tribunal de Carolina, explicó que la pareja comenzó a convivir en septiembre de 2010 en el apartamento en el condominio Vizcaya en Carolina que ella y su exesposo, Víctor Torres Santiago, pagaban para sus hijas Yexeira y Jeanderish.

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Dirigida por las preguntas de la fiscal Alma Méndez Ríos, quien representa al Ministerio Público junto a la fiscal Sonia Polanco Viera, indicó que la convivencia comenzó inicialmente cuando su hija ofreció "albergue" al acusado luego que lo botaron con el perro de su apartamento.

En julio del 2011, la pareja se mudó a una casa alquilada en la urbanización Villa Carolina.

Relató que el 18 de octubre de 2011 Yexeira pernoctó en su tienda Candela Urban Wear porque necesitaba espacio para pensar.

La madre contó que su hija menor le indicó llorosa que el acusado la "asfixiaba" y que fingía ataques epilépticos o del corazón cuando salía a sus compromisos artísticos.

Yexeira también le reveló que su novio había intentado ahorcarse esa semana y que ella lo había salvado.

"Se estaba ahorcando. Yo no sé qué hacer. Tengo tanto miedo", indicó Pacheco Calderón que su hija le contó.

"Yo le dije que tenía que dejar a Roberto. Que él era rencoroso y vengativo", agregó.

Indicó que Yexeira pernoctó nuevamente en su tienda el 19 de octubre, pero que el 20 se marchó con Quiñones Rivera, quien llegó a buscarla al lugar.

"Ese día Roberto cumplía años", afirmó.

Narró que vio a su hija por última vez el 22 de octubre. Ese día la muchacha llegó a la tienda, que su padrastro Israel Serrano administraba, con su novio y estaba "contenta".

"Quería que viéramos que estaba guiando la guagua de Roberto por primera vez", apuntó.

"Después de ahí no la vi más su señoría. Ay Dios santísimo", agregó en otro momento ahogada en llanto.

Pacheco Calderón apuntó que la noche del 24 de octubre habló con su hija por última vez y que en la conversación ésta le dijo que estaba contenta porque al día siguiente empezaría prácticas de baile con unos artistas nuevos.

Señaló también que el 30 de octubre logró comunicarse con el acusado quien en tono hostil le dijo "yo no quería que las cosas fueran así, pero Yexeira tenía que aprender y si le pasó algo bien merecido lo tenía".

En su testimonio, ofreció detalles de las gestiones que realizó para buscar a su hija, como entrar a su casa en Villa Carolina el 29 de octubre. Descubrió que en el lugar no había pertenencias del acusado. Solo estaban las cosas de Yexeira.

Durante su testimonio, Pacheco Calderón describió a su hija como una joven trabajadora con proyectos de vida a largo plazo y ofreció detalles de su relación con la benjamina de la familia.

Recordó que su hija completó un bachillerato en Justicia Criminal en la Universidad del Este.

"Ella quería ser abogada y tenía ambiciones de ser jueza", afirmó en una sala casi vacía.

El licenciado Jorge Gordon Menéndez, quien junto al licenciado Orlando Cameron Gordon representa a la defensa, objetó insistentemente y sin éxito las preguntas del Ministerio Público argumentado que procuraban llevar al récord y al ánimo del juez prueba de referencia inadmisible. También cuestionó su pertinencia.

Quiñones Rivera enfrenta un cargo de asesinato y un cargo de destrucción de evidencia por supuestamente desaparecer el cuerpo de Yexeira entre el 24 y el 29 de octubre de 2011 para que no se usara en el proceso criminal en su contra.

El juicio sigue mañana con la continuación del testimonio de Pacheco Calderón.