Luis Cádiz Martínez, presunto cómplice por el homicidio de Keishla Rodríguez Ortiz, declaró a preguntas del Ministerio Público que el primer intercambio que tuvo con Félix Verdejo para lidiar con el embarazo de la víctima fue el 28 de abril de 2021 durante un encuentro en el patio interior del residencial Luis Llorens Torres.

Verdejo llegó a las 12:02 de la madrugada.

“Dijo que estaba pasando por unos problemas con su esposa (Eliz Santiago Sierra). Tuvieron una pelea porque, no sé concretamente cómo, pero que (Eliz) se había enterado que (Verdejo) tenía una persona embarazada. Él dijo que no quería perder su familia y me preguntó cómo lo podía ayudar para que pudiera abortar ese bebé”, relató Cádiz Martínez.

En ese momento, Verdejo no identificó a Keishla Rodríguez como la persona embarazada.

Cádiz Martínez aseguró que trató de convencer a Verdejo para que asumiera la responsabilidad y las consecuencias, sin embargo, el exboxeador le insistió que necesitaba ayuda dado a que su interés era preservar la familia.

“Dijo que lo ayudara para abortar ese bebé. Que no quería perder su familia y me preguntó qué se puede buscar para que se pueda abortar ese bebé. Le dije que pastillas, drogas, no sé. Nunca había experimentado eso”, dijo.

El testigo destacó que Verdejo le dijo que comprara lo necesario y que, al día siguiente, regresaría para buscarlo.

Cádiz Martínez detalló que poco después de las 7:00 a.m. del 28 de abril acudió a un punto de venta de drogas dentro del residencial Luis Llorens Torres para comprar tres bolsas de heroína. Regresó a su apartamento para procesar la droga antes de colocarla dentro de una jeringuilla.

Verdejo se comunicó con el coacusado mediante mensaje de texto a las 7:28 a.m. del 28 de abril para dejarle saber que iba de camino a recogerlo. El exboxeador lo esperó en el gazebo del residencial.

“Nos montamos en la Durango y le di la jeringuilla envuelta en una servilleta. Nos fuimos para el residencial Villa Esperanza a buscar a Keishla. Antes de esa fecha no había visto a Keishla ni qué carro conducía. El propósito de buscar a Keishla en Villa Esperanza era para tratar de que abortara el bebé, tan pronto se aguantara la guagua, tratar de hablar con ella”, sostuvo.

Aseguró que en ese momento todavía no se había nada articulado un plan de cómo se le iba a inyectar la heroína.

“Llegamos a Villa Esperanza y Félix estuvo tratando de comunicarse con Keishla y, como no le contestaba el teléfono, entramos a Villa Esperanza. Cuando pasamos por donde Keishla estacionaba el carro, no estaba. Mientras salíamos, una persona que reconoció a Félix lo saludó y sus palabras fueron que ‘espero que, si pasa algo, no piensen que fui yo’”, recordó Cádiz citando las palabras de Verdejo.

Los acusados procedieron a localizar un laboratorio para que Keishla fuera a realizarse una prueba de embarazo en presencia de Verdejo.

“Llegamos al estacionamiento en un laboratorio cerca del residencial Villa Esperanza. Félix llamó a Keishla y ella le dijo que se estaba haciendo las uñas. Félix le dijo que quería estar presente durante la prueba, que por qué no lo esperaba. Escuché de las palabras de Félix que ella se estaba haciendo las uñas y fuimos al lugar. Cuando llegamos, ya ella había terminado y, por lo poco que escuché, es que iba directamente a buscar a su sobrino (Alex Anthony Zavala Rodríguez)”, sostuvo Cádiz Martínez.

Según el testimonio del coacusado, Verdejo estaba determinado a terminar con el embarazo antes de que Keishla se lo informara a su familia durante una fiesta de cumpleaños de Alex Anthony, quien es ahijado del exboxeador.

“Le dije que lo deje así, que enfrente las consecuencias como un hombre”, indicó Cádiz Martínez a lo que Verdejo respondió que tenía que hacer algo porque no quería perder su familia.

Luego, ambos fueron al Puente Teodoro Moscoso para “ubicar las cámaras de seguridad”.

Todavía no había un plan dicho, pero ir al Puente fue idea de Félix. Una vez localizamos dónde estaban las cámaras, regresamos a Llorens. En el camino estaba texteando con su esposa (Eliz). Fuimos a comprar unos sandwiches, él se fue y me fui para mi car wash para trabajar”, mencionó.

Cádiz Martínez aseguró que Verdejo se quedó con la jeringuilla que le entregó.

Verdejo regresó al residencial Luis Llorens Torres el 28 de abril de 2021 a las 4:00 p.m. y Cádiz Martínez se encontraba lavando un auto.

“Se estaba comunicando con Keishla a través del (teléfono) Andriode. Escuché cuando ella le preguntó por su teléfono y él le dijo que lo estaban arreglando. Quedaron en verse al otro día a las 7:00 a.m. Me dijo que todo estaba ready, que ya tenía todo listo para encontrarse al siguiente día (con la víctima)”, recordó.

Según Cádiz Martínez, el expúgil regresó al residencial en algún momento durante la noche del 28 de abril.

Fue frente a mi apartamento (que se encontraron). Tuvimos una conversación de lo que iba a hacer el jueves con Keishla, cómo inyectarle la droga y lanzarla por el Puente Teodoro Moscoso. Solo teníamos un plan de inyectarla y luego tirarla en el Teodoro Moscoso. Introducirle la droga, amarrarla y luego tirarla”, dijo en contradicción con lo testificado minutos antes.

Cádiz Martínez explicó que encontró un bloque de construcción cerca del zafacón y, a su vez, que los alambres de metal los tenía, dado a que en el pasado hizo trabajos de construcción.

“Piqué el alambre en tres pedazos y los puse en la guagua de Félix. Después de poner el alambre de metal en el carro, Félix me dijo que mañana (el 29 de abril) esté listo. Después de eso, me fui a janguear, a beber, fumar y meterme las pastillitas que me metía. Decidí ayudarlo para aparentar ser leal, de verdad que no sé por qué lo hice”, concluyó Cádiz Martínez.

El fiscal Jonathan Gottfried solicitó una consulta al estrado antes de que el juez Pedro Delgado Hernández despachara a los miembros del jurado hasta este jueves a las 9:00 a.m.