El comisionado de la Policía, Joseph González Falcón, aceptó el “reto grande” de administrar una agencia que no controla su presupuesto, que está sujeta a la Reforma de la Policía, con miles de agentes por jubilarse en las próximos seis meses y que no cuenta con los recursos que tenía cuando era el agente especial a cargo del Negociado Federal de Investigaciones (FBI).

El funcionario, que no ha organizado aún su “staff”, se presentó como intolerante a la corrupción, defensor de los derechos civiles y comprometido con cumplir con las leyes de Puerto Rico en defensa del pueblo y su Constitución, subrayando la importancia de las relaciones con el gobierno federal.

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No expone sus opiniones y solo se rige por las políticas públicas establecidas sobre temas neurálgicos, como la pena de muerte o la eliminación sobre el derecho a la fianza, entre otros.

“Puedo quedarme afuera criticando o puedo hacer la diferencia, pero decidí unirme para hacer una diferencia”, reflexionó durante su primer día de trabajo tras ser confirmado ayer por la legislatura.

El Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) es parte del Departamento de Seguridad Pública que controla toda la administración y el presupuesto, lo que ha agravado la crisis de recursos.

No obstante, tiene como prioridad el reclutamiento de cadetes, crear incentivos para que permanezcan en el Negociado y lograr, finalmente, que tengan un retiro digno. Para ello, necesita que se asigne un presupuesto con fondos recurrentes para pagar los beneficios y el salario de los nuevos policías y contar con el aval de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF).

Esta idea va unida a la de seguir impulsando que mejoren las condiciones del retiro, sostuvo.

Además, piensa devolver el respeto al uniforme y la figura del policía como servidor público, enfocándose en la juventud, uniendo voluntades entre la comunidad, organizaciones sin fines de lucro, la empresa privada y las agencias de gobierno concernientes.

“Algo que todo el mundo, no importa el partido, color, está de acuerdo, es que necesitamos una policía que se respete y que pague... creo que el momento es ahora para enfocarnos en esto y traerle el respeto otra vez al uniforme (como un modelo a seguir)”, expresó González Falcón al comparar que muchos niños admiran a los dueños de puntos, que genera ganancias para tener carros y accesorios de lujo.

Al preguntarle al comisionado si considera que Antonio López Figueroa se quedó corto en cumplir con las expectativas al pretender mejorar la imagen de la agencia, limar asperezas con la ciudadanía y fomentar el trabajo en conjunto con las agencias federales, que era -precisamente- la agenda del pasado cuatrienio, respondió que no porque ahora cuentan con más recursos que benefician a la isla por ser un punto estratégico en el Caribe.

“No, reconozco los logros que ha tenido Antonio López, ahora la diferencia en la nueva administración de los Estados Unidos es que el enfoque de esta administración está en el narcotráfico y con las organizaciones criminales transnacionales que están operando en el extranjero. Hemos visto la orden ejecutiva del presidente de los Estados Unidos, designando estas organizaciones como organizaciones de terrorismo y eso va a ser un enfoque. Ya estamos viendo a nivel federal, moviéndose para enfrentar esas amenazas”, puntualizó.

Sobre el futuro de López Figueroa en la agencia en la que desarrolló toda su carrera, planteó que en este momento se encuentran en el proceso de transición y que será su decisión si desea continuar laborando como coronel en su posición de carrera, en el Negociado.

“Tenemos un equipo con coroneles con un montón de experiencia, la mayoría de 30 años o más. Me tengo que sentar y analizarlo y poner a la persona correcta en la silla correcta”, respondió cuando se le preguntó si, por sus elogios, lo convertiría en su mano derecha.

Sostuvo que su equipo de trabajo no está integrado todavía, aunque afirma que no le tomará mucho tiempo su análisis, ya que admite que no duerme.

Nunca ha contado con una escolta y todavía se encuentra tratando de entender la razón por la que tiene que aceptar una como comisionado.

“No, en el FBI no tenía escolta, aquí me estaban explicando en el día de hoy, todavía estoy tratando de entender el por qué, es que el rol también es diferente. Como comisionado de la Policía te expones más, estás afuera más, los problemas son diferentes, hay que trabajar con la ciudadanía mano a mano. Hay unas diferencias, menos escritorio, más de la calle, esto no para, esta es una dinámica bien diferente, no era que no tenía el trabajo, pero es una jurisdicción más limitada”, respondió el funcionario.