Unos 482 casquillos y fragmentos de balas fueron recogidos en la escena, en el negocio La Tómbola y áreas aledañas, disparadas de forma inclemente e indiscriminada, durante la masacre en la que perdieron la vida ocho personas y otras 20 resultaron heridas.

Así lo declaró la investigadora del Instituto de Ciencias Forenses, Marisol Rodríguez, en el juicio capital que se sigue contra Alexis Candelario y David Oquendo Ríos por crimen organizado, en el Tribunal Federal, en Hato Rey.

El piso de la sala del juez federal José Fusté, frente al estrado, se convirtió en una alfombra en la que se desplegaron el total de balas, casquillos, proyectiles y blindajes preservadas en bolsas plásticas transparentes y sobres de estraza, recopilados en la escena el 17 de octubre de 2009.

Ese día se celebraba la fiesta de apertura de La Tómbola, cuando sujetos con armas automáticas dispararon a mansalva.

Pero en la escena también se encontraron casquillos de pistolas de tres calibres diferentes. En el argumento de apertura, el abogado boricua de Candelario, Francisco Rebollo, sostuvo que el dueño del negocio también disparó.

En el segundo día de juicio, la investigadora Rodríguez identificó los vídeos que tomó de la denominada masacre. En estos se observan los casquillos de balas, proyectiles de calibres asociados a rifles de asalto AK-47 y AR-15, y casquillos de balas de pistolas de tres calibres: nueve milímetros ,.40 y .45. Había tres cuerpos en el exterior del negocio y tres adentro.

A petición del fiscal federal, Bruce Hegyi, la investigadora explicó las imágenes del área frente al negocio, la calle Progreso, calle Los Bravos, la parte posterior, lateral, la entrada de frente al negocio, el área de juego y billar, y dentro del negocio, incluyendo los baños.

Una escena impactante es la de una mujer que aparece boca arriba con la cara bañada en sangre. Otra imagen es la de un hombre tirado cerca de un lavamanos –que ha trascendido que es Pedro Semprit, el hijo del dueño del negocio–, con su cuerpo de lado, encogido casi en posición fetal.

Rodríguez aseveró que “el jurado, integrado por ocho mujeres y tres hombres, puede utilizar los números para ubicar la procedencia de las balas en la escena”.

El abogado experto en pena de muerte, David Ruhnkie, llevó a la testigo a aceptar que en una escena las piezas de evidencia que se recogen no necesariamente las encuentran en su lugar de procedencia, ya que los carros le pasan por encima y las aplastan, las personas les caminan por encima y las patean, tirándolas a 20 pies de donde cayeron.

Ruhnkie hizo hincapié sobre la diversidad de casquillos encontrados en la escena,