Lloran el asesinato de maestro retirado en Cayey
Fue baleado en medio de un asalto el domingo por la mañana.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Maestro, predicador, músico y un ejemplo a seguir. En fin, un “ser humano extraordinario”.
Así fue que describieron a Fidencio Alicea Arroyo, de 79 años, quien fue asesinado durante un asalto que ocurrió el domingo por la mañana, en el kilómetro 22.6 de la carretera PR-184, en el barrio Guavate, en Cayey.
Según reportó Noticentro (WAPA), Alicea Arroyo- residente del barrio Santa Marta, en Caguas- se destacó por ser activo en la iglesia adventista a la que asistía y por promover las actividades de la iglesia, especialmente las que estaban dirigidas para los jóvenes.
“Esto ha sido una sacudida”, lamentó el pastor adventista Cosme Báez a las cámaras televisivas. “La iglesia está conmovida en este momento, por ese lamentable suceso. Ha sido bien duro, no solamente para la familia, sino para toda la iglesia adventista en Puerto Rico”, agregó.
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La Policía había informado que, a eso de las 10:34 a.m. Alicea Arroyo, acompañado de su esposa de 60 años, transitaba por la vía cuando un auto los interceptó. Dos personas desde el interior anunciaron un asalto y dispararon varias veces.
Los impactos de bala le ocasionaron la muerte a Alicea Arroyo, mientras que su compañera resultó con una laceración en una pierna. La fémina, al momento, está en condición estable.
“(Alicea Arroyo) era un ser humano extraordinario, realmente que reflejaba el carácter de Jesucristo en todo el sentido de la palabra”, resaltó Báez a Noticentro.
“Esa es la primera pregunta que nos hacemos: ¿por qué alguien tan especial, bueno, tiene que pasar por algo así?”, cuestionó.
De acuerdo al reportaje del medio televisivo, las autoridades dependerán de las informaciones que les lleguen para avanzar la investigación, mientras también anlalizarán vídeos de las cámaras de seguridad que hay en el área.
El agente Jesús Torres, adscrito a la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Caguas, la fiscal Dalinés Hernández y personal del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) se encargaron de la pesquisa.