Juan Carlos Meléndez Serrano, uno de los dos convictos por lo que se conoció como la masacre de Trujillo Alto, ocurrida en 1989 llegó a su hogar este martes en la noche luego de pasar unos 25 años encarcelados por este crimen, que el hombre sostiene no cometió.

El encuentro se dio cerca de la 8:00 p.m. cuando el hombre llegó en a su casa, ubicada en Trujillo Alto, a bordo de una guagua de la Unidad Especializada de Investigaciones y Arrestos (UEIA) de la Oficina de Servicios con Antelación a Juicio (OSAJ). Cuando uno de los vecinos del lugar, que esperaba en la esquina de la calle, identificó el auto, comenzó a correr para dar la buena noticia. Los amigos y familiares que aguardaban afuera de la residencia, junto a miembros de la Prensa, dejaron salir las emociones que por tanto tiempo contenidas.

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(jose.candelaria@gfrmedia.com)
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Lo que vino a continuación fue un festival de sollozos y llanto de alegría, abrazos prolongados y muchos “Te amo”. En esos gestos, parecían querer recuperar el tiempo que Meléndez Serrano pasó tras las rejas. De hecho, hasta una de sus hijas estuvo presente durante la llegada de su padre, gracias a la maravilla de la tecnología. En cuanto lo vio, comenzó a gritar de pura felicidad, mientras su padre le decía “Nos vemos pronto”, “Tráeme los nietos pa conocerlos” y “Besos”.

Pero los únicos emocionados no eran los amigos y familiares. Meléndez Serrano se ahogó en llanto cuando se le preguntó qué significaba el momento que vivía.

“Esta es una oportunidad que, gracias a Dios, de comenzar una nueva vida para -primeramente- aclarar todo esto (el crimen por el que se le acusó) de una vez y por todas”, expresó con los ojos húmedos.

“Lo primero que voy a hacer es conocer a todos mis nietos. Son 14 y cuatro adoptivos”, agregó mientras seguía recibiendo besos y abrazos. 

Al recapitular sobre la experiencia vivida, declaró que aprendió a “no perder la esperanza, no perder la fe”.

En cuanto al caso, Meléndez Serrano expresó que el culpable del crimen por el que fue acusado y condenado a 300 años, va a aparecer.

“Esto no se puede quedar así. Engañar a una familia haciéndole creer que nosotros éramos los culpables de los hechos, y nosotros no somos los culpables de los hechos”, dijo.

“El culpable va a aparecer porque la mano de Dios está en el asunto. No hay nada oculto de parte de Dios, que no salga a la luz”, agregó el hombre que no perdía oportunidad para extender sus manos para tocar a sus familiares y amigos.

“Lo importante es que la verdad aparezca. Nos acribillaron de una forma terrible haciéndole creer al pueblo que nosotros somos los culpables, y nosotros no somos los culpables, aunque la familia de ella (Haydée Teresa Maymí Rodríguez) no quiera buscar la verdad. Nosotros vamos a seguir luchando para que la verdad se sepa. Sea de la manera que sea, vamos a demostrarle a la familia de Haydée Teresa Maymí que nosotros no somos los autores los hechos. Se aprovecharon del dolor y el sufrimiento de ellos (la familia de Maymí Rodríguez) para hacerles creer que nosotros éramos los culpables”, reiteró.

(jose.candelaria@gfrmedia.com)
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Meléndez Serrano, junto a Antonio Ramos Cruz, fue excarcelado este martes bajo fianza, luego que la jueza Berthaida Seijo Ortiz, del Tribunal de Primera Instancia de Carolina, resolvió concederles un nuevo juicio luego de determinar que en este caso ha aparecido prueba nueva que no estuvo disponible durante el proceso de acusación y juicio, ocurrido a principios de la década de 1990.

Meléndez Serrano y Ramos Cruz fueron convictos por el asesinato de Rodríguez y sus dos hijos, de tres y cinco años, el 26 de junio de 1989 en su casa en la urbanización Lomas de Trujillo Alto.

(jose.candelaria@gfrmedia.com)
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Desde que fueron acusados en 1991, han señalado que son inocentes. No fue hasta que entró en vigor la Ley de Análisis de ADN Post Sentencia (Ley 246) en diciembre de 2015, que ambos le solicitaron al Departamento de Justicia pruebas de ADN mitocondrial para comparar el material genético hallado en la escena del crimen con el de ellos.

Posteriormente, un análisis concluyó que los peticionarios no eran los donantes del material genético que se utilizó durante el juicio.

Este caso, al igual que el José A. Caro Pérez, Nelson Ruiz Colón y Nelson Ortiz Álvarez, los llamados “Inocentes de Aguada”, fue gestionado a través del Proyecto Inocencia, de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana.

De hecho, Meléndez Serrano manifestó que su caso es igual sigue el mismo libreto del proceso que siguió contra Caro Pérez, Ruiz Colón y Ortiz Álvarez, quienes fueron hallados culpables por el asesinato de Glorimar Pérez Santiago.

“Yo siempre le digo a los testigos que declararon en contra nuestra que si verdaderamente amaban a esos niños, y eran amigos de Haydée Teresa Maymí, tienen que hablar y decir la verdad. Que digan la manera en que los obligaron a declarar”, dijo el hombre, quien no quiso mencionar nombres de posibles sospechosos del crimen que en ese entonces conmocionó al País.

Derroche de sentimientos

Recostado sobre un auto que estaba estacionado frente a su hogar, Narciso Meléndez Pérez, el padre de Meléndez Serrano, habló un momento con los medios.

Con sus ojos humedecidos, agradeció la oportunidad de tener a su hijo nuevamente consigo, y manifestó que su hijo es inocente.

“Desde el primer día, yo dije que eran inocentes. Y me mantengo todavía que son inocentes”, expresó Meléndez Pérez, quien al igual que su hijo, entiende que este caso es similar el de Aguada y les pidió a las autoridades que investiguen para que encuentren a los culpables.

“Gracias a Dios y a la justicia. Dicen que justicia tardía, no es justicia. Pero sí es justicia, cuando se hace justicia y cuando la persona está viva”, reflexionó.

Por su parte, Juan Luis Meléndez, hijo del convicto, señaló que ahora comenzará a conocer nuevamente a su padre, debido a que era muy pequeño cuando éste fue encarcelado.

“Vamos a pasar su cumpleaños, que es el 4 de julio, juntos. Yo siento una alegría muy adentro, aunque no soy una persona de expresar lo que siento. Sé que cuando éste en privado con él, lo voy a demostrar”, afirmó el hombre de 31 años y quien también cree en la inocencia de su padre.