Le piden a Ana Cacho que hable
Cacho, señalada como sospechosa del asesinato de su hijo de ocho años ocurrido en su hogar de Dorado del Mar el 9 de marzo de 2010, se mostró llorosa.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Bayamón. Con semblante serio y sin mirar a los lados, Ana Cacho llegó al cementerio Porta Coeli, en Bayamón, con flores en sus manos y se dirigió a la tumba de su hijo Lorenzo González Cacho.
Acompañada por sus padres Amneris Yvette González y Carlos Cacho, la madre del pequeño asesinado hace dos años se arrodilló y le dejó un florero adornado con un camión de juguete y claveles rojos, margaritas amarillas y un girasol. Su madre llevó un arreglo similar y lo dejó a los pies de la tumba.
Cacho, señalada como sospechosa del asesinato de su hijo de ocho años ocurrido en su hogar de Dorado del Mar el 9 de marzo de 2010, se mostró llorosa y se abrazaba a su padre, mientras su madre seguía arrodillada ante la tumba de su nieto.
En un momento dado, Cacho se distanció de sus padres y se acercó a personas curiosas que habían llegado hasta allí para rendir respetos a Lorenzo y les dijo: “si se quieren acercar a orar, están bienvenidos... en confianza”.
Un señor que no quiso ser identificado le cuestionó: “Ana, ¿cuándo vas a hablar?”
Cacho regresó a la tumba y de las poco más de diez personas que habían allí, solamente se les unió una señora que tampoco quiso decir su nombre.
Los cuatro unieron sus manos y realizaron una breve oración. La señora se distanció.
Apenas estuvieron unos diez minutos en el camposanto.
Al salir, se le preguntó cómo se sentía al cumplirse dos años de la pérdida de su hijo.
“Destrozada, como todos los días desde hace dos años”, respondió luego de dar un paso hacia atrás y virarse, como si fuera a llorar.
“Justicia para mi hijo. No se dejen engañar, pueblo de Puerto Rico. Ya está bueno. Pido justicia para Lorenzo y para mis hijas”, se limitó a decir Cacho, mientras su padre le halaba por la mano para irse.
“Pero habla tú también”, le decían las personas a su alrededor, que le cuestionaban por qué a dos años del crimen, no ha dicho quién lo mató mientras estaba bajo su cuidado en su hogar y en presencia de sus dos hijas, de seis y 15 años. Ana Cacho perdió la custodia de las niñas a los 21 días de ocurrida la muerte de Lorenzo porque el Departamento de la Familia decidió y los tribunales ratificaron que tanto ella como su familia manipulaban a las menores para que no hablaran de lo que vieron la noche del crimen de Lorenzo.
Ella solamente agregó: “Dios los bendiga”.
El padre del niño, Ahmed Alí González, prefirió no ir ayer al cementerio por la presencia de los medios de comunicación, pero sí fue en días recientes con sus hijas, de quienes tiene la custodia desde hace poco más de un año, y le escribieron mensajes que dicen: “Te amo mucho, Lorenzo”.
Decenas de personas de dentro y fuera de la Isla se dieron cita al camposanto para orar por Lorenzo.
Entre ellos estaba Maggie López, de Cataño, quien llevó a sus tres nietos a ver la morada de Lorenzo.
“Mi mamá está aquí y este caso me inspira mucha ternura. Buscaba la tumba y no la encontraba y hoy (ayer) vine decidida a encontrarla y ellos estaban locos por ver la tumba. Ellos oyen mucho del caso en televisión y la gente hablando y querían venir, por curiosidad”, manifestó la abuela de Alexis Santana, de 13 años, y de Ariana y Frankie Sena, de cinco y cuatro años, respectivamente.
Con una camisa que expresaba: I came all the way from the Bronx to seek justice for Lorenzo, Mayra Robles opinó que “ya es hora de que se haga justicia y se arresten a los cuatro ya”, refiriéndose a los identificados como sospechosos o personas de interés, Ana Cacho, Jesús Genaro Camacho, William Marrero y Arnaldo “Naldy” Colón.
Por la mañana, el grupo de apoyo denominado “Justicia para Lorenzo” realizó una vigilia ante el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Dorado, donde se certificó la muerte del niño. Oraron por él y clamaron por la niñez.