Familiares de las víctimas de la matanza de cuatro miembros de una familia en Guaynabo recibieron con alivio hoy, miércoles, la sentencia de más de 254 años de prisión impuesta a Christopher Sánchez Asencio, aunque se quedaron esperando una disculpa del convicto por el atroz crimen.

“Se ha hecho justicia al horrendo crimen que se cometió. Entendemos que es suficiente (la sentencia). Es un joven que tiene que cumplir prácticamente toda su vida en la cárcel por una mala decisión que tomó”, expresó Alfredo Ortiz Díaz, cuyo hermano, Miguel Ortiz Díaz, quien era el casero de Sánchez Asencio, fue ultimado a tiros en su residencia en Guaynabo junto con su familia, mientras suplicaban clemencia a sus agresores, entre la noche del 17 de noviembre de 2014 y la madrugada siguiente.

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Junto al militar retirado, quien era profesor en la American Military Academy, perdieron la vida su esposa, Carmita Uceda Ciriaco; su suegra, Clementina Ciriaco López. Posteriormente, el hijo mayor de Ortiz Díaz, Michael Ortiz Uceda, de 15 años, fue asesinado en un paraje en el barrio Guaraguao de Guaynabo, mientras el benjamín de la familia, otro adolescente de 13 años, fue lanzado por un puente, tras ser golpeado y atacado con un cuchillo. A pesar de que sus agresores lo dieron por muerto, el menor sobrevivió.

Don Alfredo, en cuyo rostro se dibuja aún el sufrimiento por la pérdida de su hermano y otros miembros de la familia, lamentó que el convicto no expresara arrepentimiento, antes de que se le dictara la condena. 

“Esperaba oir por lo menos un perdón a la familia por el daño que causó, y a su propia familia porque no solamente ha sido a la nuestra. Por lo menos, debió haber demostrado un poco de arrepentimiento por lo que hizo”, expresó a la prensa al salir junto a otros familiares del Centro Judicial de Bayamón.

Antes de imponerle la pena, la jueza Vivian Durieux Rodríguez preguntó al convicto si haría uso de su derecho a expresarse y éste respondió en la negativa con una mueca.

Para Don Alfredo Ortiz Díaz, el 2015 ha sido un año de mucha tensión y de mucha tristeza para su familia. “Las reuniones nuestras ya no son iguales sin mi hermano”, sostuvo compungido.

Sin embargo, no quiso hacer comentarios sobre el juicio que encara en febrero de 2016, el coacusado por los crímenes, José Bosch Mulero. “Sí queremos agradecer a la Fiscalía por todo el trabajo. Fue un proceso largo, pero bien organizado y nos sentimos satisfechos con el trabajo”. También reconoció el trabajo del abogado defensor, a pesar “de que era un caso difícil”.

Dijo que el niño de 13 años que sobrevivió a la matanza y quien es el testigo principal en el caso, “está muy bien” y se mantiene en comunicación con la familia. “Él se ha adaptado a su nueva vida, es una nueva vida para él”, indicó. 

El adolescente reside fuera de Puerto Rico con un hermano mayor.

Clara, otra de las hermanas de Miguel Ortiz Díaz también agradeció el trabajo de la Fiscalía de Bayamón. “Estamos todos dándole gracias, primero a este padre Celestial y después a este equipo de la Fiscalía. Estamos contentos porque se hizo justicia”, sostuvo. 

“Gracias al pueblo de Puerto Rico por sus oraciones, que aún necesitamos para el segundo caso”, sostuvo otra de las hermanas Ortiz Díaz. En la vista de hoy también estaban, Sonia, Paquita y Magda Ortiz Díaz. Otras dos hermanas del finado militar no acudieron al tribunal, una por razones de salud y otra porque vive fuera de Puerto Rico. 

Habla desde Perú otra víctima

De igual forma, Rosario Uceda, familiar de Carmita y Clementina, se expresó satisfecha desde Perú con la sentencia aunque dijo que “desgraciadamente nada me va a devolver a mi familia”.

“Cuando le pida perdón a Dios… espero que cada día que pase encerrado se dé cuenta que lo que hizo estuvo mal, que mató a una familia que era inocente. No sé qué pasó en ese momento por su cabeza. Sólo espero que Dios lo perdone…”, dijo Uceda en una entrevista vía telefónica con la emisora Radio Isla.

“Simplemente trato de no pensar en esa persona y espero que algún se dé cuenta que hizo sufrir a muchas personas, porque no solamente fue a mi familia. Lo que quiero es que Dios llene de bendiciones a todas las familias involucradas en este caso para que, con el tiempo, puedan ser felices porque esto es como una espinita que cada vez, que cada vez, que una la recuerda está en el corazón”, sostuvo la mujer, quien tuvo que viajar a Puerto Rico hace un año para identificar a sus familiares muertos y lamentó no haber podido asistir al juicio de Sánchez Asencio.

Sobre el juicio contra Bosch Mulero, dijo que también espera “una sentencia justa” porque dijo que ambos “son responsables” de los hechos. “Para mí los dos son autores, ingresaron (a la residencia de las víctimas), se pusieron de acuerdo y por la forma y las tácticas, los dos son responsables de los hechos”, indicó Uceda.

“Soy un ser humano y me perdonan si mi error es que no soy capaz de perdonarlos en un 100 por ciento porque todavía todas las noches me pregunto por qué a mi familia, qué mal hicieron ellos, cuándo se equivocaron. En último caso les hubieran robado, pero los hubieran dejado vivos, si ellos les pedían clemencia”, añadió.