Ponce. El capitán Moisés Colón Rivera y el inspector José Madera Rodríguez negaron ayer haber disparado el día que asesinaron a tres policías en la Comandancia de Ponce. 

Ambos fueron el noveno y décimo testigos de cargo en el juicio por jurado que se ventila contra Guarionex Candelario Rivera en la sala 505 del Tribunal de Ponce, ante la jueza Carmen Otero Ferreiras. 

El expolicía está imputado de matar a tiros al comandante Frank Román Rodríguez, la teniente Luz M. Soto Segarra y la agente Rosario Hernández de Hoyos el 28 de diciembre de 2015.

Madera Rodríguez, comandante de la zona de Ponce, declaró que en algún momento después de las 9:00 a.m. estaba en una oficina del sexto piso cuando escuchó ruidos “secos” y luego una ráfaga de disparos. 

Al llegar a la puerta de la oficina de Soto Segarra dijo haber visto varios orificios de disparos en el cristal y que cuando entró se topó con el teniente Javier Requena forcejeando con Candelario Rivera.

Narró que Requena le pidió ayuda para controlarlo, que decidieron lanzarlo al suelo y le quitaron un revólver que tenía escondido en la cintura.

Madera Rodríguez agregó que se mantuvo custodiando a Candelario Rivera, mientras Requena fue a revisar a la teniente Soto, su esposa, quien estaba muerta.

El abogado Armando Pietri le preguntó a Madera Rodríguez si había disparado y respondió que no.

Le mencionó que él era el único con un arma Smith & Wesson y cuando iba a preguntar por un casquillo la fiscalía objetó y fueron al estrado.

Pietri insistió en preguntarle si disparó y el inspector dijo: “Hasta la muerte, no”.

Colón Rivera relató que ayudó a Madera Rodríguez a esposar a Candelario, y agregó que el capitán Carlos Cruz desarmó a Requena y le entregó el arma para que la custodiara; a las 8:17 p.m. se la entregó a los forenses.

Madera Rodríguez y Colón Rivera llevaron a Candelario a la División de Drogas, donde se hizo un perímetro y se instruyó impedir la entrada de Requena.

Pietri también le preguntó a Colón Rivera si había disparado su arma, si Requena le había disparado a Candelario, y si ambos le habían dado patadas; el testigo aseguró que no.

Colón Rivera indicó que en la celda le ocupó a Candelario dos abastecedores con 15 balas cada uno calibre .40 y que el detenido tenía heridas de bala en la espalda, en el brazo y en el omoplato.