Control de acceso, puestos de vigilancia y reglas escritas eran algunos de los elementos que, según las autoridades federales, distinguían a una organización criminal que operaba en el residencial Rafael López Sicardó, en Río Piedras, y a la que aseguran haber desarticulado hoy.

Según la Agencia Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), la investigación comenzó como la de cualquier otra organización de venta de drogas, pero en poco tiempo quedó al descubierto una sofisticada operación que llamó su atención. Esta madrugada, finalmente, los agentes de la DEA diligenciaron 41 órdenes de arresto contra los miembros de la ganga durante un operativo que también impactó a otro grupo de narcotraficantes en el residencial Los Peña, también en Río Piedras.

Aunque operaban por separado, las autoridades federales estiman que cada una generó $10 millones durante un periodo de 10 años. Contra los presuntos miembros de la ganga de Los Peña, las autoridades emitieron 42 órdenes de arresto.

"Es interesante, porque en todos los casos encontramos algo más de estas organizaciones (que se dedican al narcotráfico). Creo que es la primera vez que tenían unas reglas tan rígidas por escrito", expresó la jefa de la fiscalía federal en Puerto Rico, Rosa Emilia Rodríguez, en conferencia de prensa.

La Fiscalía federal acusó a Gregorio Cárdenas Márquez, alias Tío, de dirigir la organización que mantenía el control de la venta de drogas en López Sicardó. Cárdenas Márquez había cumplido una sentencia de cárcel, después de que fuera hallado culpable por participar de otra organización narcotraficante, en el sector La Perla del Viejo San Juan, a principios de la década de 1990.

Rodríguez destacó que, entre las reglas, los miembros de la ganga no podían cambiar sus turnos sin autorización de los jefes, el que no estuviera de turno no debía estar en los alrededores y los veladores tenían "scanners" con los que escuchaban la frecuencia de la Policía para saber cuándo se acercaba una patrulla.

En cuanto a las reglas de venta, según el pliego acusatorio, los vendedores solo podían vender un máximo de dos tipos de droga.

"No debían quitarle los chavos de la mano a los clientes, dejando que ellos se los dieran, para así esperar a que el cliente pidiera todo lo que quería, antes de cobrarles", agregó Rodríguez, citando otra de las reglas. "Tampoco podían pelear entre ellos", comentó.

En la acusación, también se menciona que en el residencial se llevaban a cabo juegos de baloncesto en los que participaban equipos de cada punto de droga que vestían uniformes del color con que se identificaban los narcóticos que vendían.

Por su parte, el jefe de la DEA en Puerto Rico, Pedro Janer, señaló que la ganga mantenía un control estricto de las actividades dentro del residencial.

"Los criminales utilizan esa metodología. Les dicen a los residentes cuándo entrar y cuándo salir. Revisan los carros que entran, y utilizan medidas violentas para imponer su operación eliminando la competencia", sostuvo Janer. "Hay muchas personas buenas en estos residenciales, que se sacrifican todos los días para echar sus familias adelante. Con estos arrestos, ya no están expuestos a las amenazas de estos criminales", agregó.

De acuerdo con la fiscal a cargo del caso, Teresa Zapata Valladares, como parte de sus operaciones, los miembros de la ganga de López Sicardó controlaban el acceso al residencial con un portón que manejaban manualmente.

"Ese mismo vigía tenía un radio de comunicación que usaba para comunicarse con los tiradores, con los 'runners' y con los dueños de punto, cuando venía la policía", explicó Zapata Valladares. "En ocasiones, venía un carro de policía, cerraban el portón, el policía se tenía que bajar, abrir el portón, montarse otra vez y entrar al residencial", precisó.

Además, destacó Rodríguez, esa organización también se le considera responsable por el envío de "grandes cantidades" de drogas a Estados Unidos utilizando "mulas", como se le conoce a las personas que llevan las sustancias en su cuerpo o equipaje en vuelos comerciales.

De esa organización, acusaron por narcotráfico a 41 personas. Diez de ellos enfrentan un cargo adicional por utilización de armas de fuego.

 Zapata Valladares dijo que en el caso de la ganga en el residencial Los Peña, la estructura no era tan sofisticada, pero "también utilizaba la intimidación para mantener el control, tanto los miembros de la organización, como de las personas que no eran miembros de la organización".

Allí fueron acusados 42 personas por narcotráfico y 10 enfrentan un cargo adicional por armas.

 "En López Sicardó, se distinguían por el tráfico de ‘crack’ y en Los Peña por el tráfico de heroína", dijo Janer.

De hecho, Janer comentó que bautizaron el operativo como "Isla de los Zombis" porque hace unos meses National Geographic realizó un reportaje con ese nombre sobre el narcotráfico en Puerto Rico y se presentaba a adictos a heroína en el residencial Los Peña.

"Lo que se ve es que cuando estos adictos, llegan a comprar su droga, llegan al portón, que está controlado por los traficantes, compran y caminan como autómatas por el residencial", precisó Janer.

Las autoridades señalaron que ambas organizaciones empleaban violencia dentro y fuera del residencial. Durante transcurso de la investigación, se ocuparon 25 armas de fuego, según la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas inglés).

"Esas armas se están analizando en el Instituto de Ciencias Forenses, ya que creemos que estas dos organizaciones son responsables de varios crímenes violentos en el área metropolitana", afirmó Ríos. "Estamos seguros de que se van a poder esclarecer varios de esos crímenes violentos", anticipó.