La casa que se esconde en las profundidades del lago Carraízo, Trujillo Alto, y que solo queda parcialmente al descubierto en períodos de sequía extrema como el que se experimenta en porciones de la Isla hace meses, ya no se ve, según describe Don Fausto Miranda, residente de El Conquistador, una de las urbanizaciones cercanas a la represa.

La vieja estructura, que quedó bajo agua con la construcción del embalse entre finales de la década del 40 y principios de la del 50, sirve de referencia para los vecinos de la zona, así como para visitantes que llegan curiosos a ver la dramática baja en los niveles del cuerpo de agua.

Relacionadas

Sin embargo, lo que apreciaban hoy, sábado, es que las lluvias asociadas a la tormenta Erika que se reportaron desde la mañana del jueves han tenido un saldo positivo.

“Ahora no se ve. Se ve bien arriba, así que ha subido bastante”, contaba Miranda, reunido con otros vecinos en la lechonera El Lago, justo frente a las instalaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), en Trujillo Alto.

Las observaciones de Miranda, residente del área por los pasados 48 años, fueron confirmadas por la directora de la región norte de la AAA, Doriel Pagán Crespo, quien precisó que el aumento desde el jueves ha sido de 2.54 metros. La ganancia significó que el viernes el presidente ejecutivo, Alberto Lázaro, revirtiera el plan de racionamiento para los abonados que se sirven de este embalse a la fase 2, permitiéndoles contar con el servicio cada dos días. El cambio comenzará a implementarse el 4 de septiembre.

“Ahora contamos con 90 días de reserva para poder servir el agua”, estableció la ingeniera sobre el embalse que sirve a cerca de 160,000 abonados y que al mediodía de hoy, sábado, se encontraba en un nivel de ajustes operacionales, a 36.73 metros. Su nivel de seguridad es entre los 39.50 y los 41.14 metros.

Sin embargo, un recorrido por La Plata hace ver que las lluvias que llegaron a este cuerpo no fueron tan generosas. Sigue siendo evidente el contraste del terreno seco y agrietado en todas las partes que deberían estar cubiertas de agua y que establecen la distancia entre el nivel actual y un nivel óptimo, donde se encuentran los árboles más grandes.

“Esperábamos más lluvia, pero como todo el mundo sabe, no llegó. Aun así las escorrentías nos ayudaron a recuperar el nivel a 35.96 metros, que tenemos hoy (sábado)”, señaló sobre el aumento de 1.32 metros.

Mientras, la fase 3 del racionamiento para los 140,000 abonados que se sirven de este cuerpo ha sido aplazada. Ahora, el período de servicio es de 40 días, según estimó, un tiempo que es corto y que también denota cuán crítica es la situación.

“Deberíamos llegar a unos 43 metros para estar cerca del área de seguridad. El área que está descubierta, que no tiene árboles, es la que deberíamos recuperar para llegar al nivel óptimo del embalse”, demostró.

Pagán Crespo recordó que el año pasado, cuando las condiciones amenazaban con obligar a la AAA a implementar un plan de racionamiento, un solo período de lluvia dejó acumulaciones de hasta nueve pulgadas que permitió la recuperación de los cuerpos. Comoquiera, consideró que una recuperación paulatina, como la que podría significar la suma de las lluvias de esta semana con las que están por llegar, también sería una buena noticia.

“Lo importante es que la lluvia llegue”, apuntó. “Pero no podemos hacer pronósticos a base de algo que no ha llegado porque de la misma manera, han pasado eventos atmosféricos con los que esperábamos una cantidad de agua y no fue así. Tenemos que esperar”.

Insiste en la conciencia ciudadana

La ingeniera destacó que mientras la AAA coordina esfuerzos de dragado con los municipios, es necesario que los patrones de consumo de agua entre los ciudadanos se modifiquen para la conservación del recurso.

Consideró que del racionamiento por la sequía de 1994, la población no ha aprendido sus lecciones. “Pero creo que este evento sí nos ha enseñado a todos. Todavía nos falta mucho más por modificar hábitos de conducta sobre el uso del agua”, observó.

En el proceso, la AAA ya ha multado a 40 comercios y a 81 residentes por encontrarse desperdiciando el recurso.

Frente a Carraízo, mientras tanto, Don Fausto también reflexionaba sobre este asunto con su vecino, Pedro Luis Montañez, quien reside en el sector El Nueve desde que nació, hace 71 años.

“Hay que vivir con lo que hay. Si uno no tiene, no puede hacer más na’ más que resolver”, decía al tiempo que se tomaba una cerveza con su amigo.