El Departamento de Justicia no ha recibido información sobre la ubicación de los restos de la bailarina Yexeira Torres Pacheco, de parte de su novio, el expolicía Roberto Quiñones Rivera acusado por su asesinato, a cambio de una rebaja de sentencia, según lo reveló hoy la Jefa de Fiscales, Melissa Vázquez Sandoval.

“El Departamento Justicia no ha recibido información alguna de parte de Roberto Quiñones ni se ha contemplado en ningún momento otorgarle una rebaja de sentencia”, respondió la funcionaria en declaraciones escritas.

Durante la noche del miércoles, un teniente del Negociado de la Policía recibió una llamada anónima en la que un hombre informaba sobre una presunta osamenta que estaba en un área aledaña al residencial Monte Park, en Río Piedras.

A pesar de que no se trató de una confidencia sino de una llamada anónima de una fuente desconocida, el personal del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Carolina acudió ayer hasta un solar baldío que cubre unas cinco cuerdas ubicadas en la parte posterior del residencial, para confirmar o descartar si existía alguna evidencia que los llevara a localizar a Torres Pacheco, quien desapareció a sus 23 años de edad, el 24 de octubre del 2011.

Mientras, que anoche el director del CIC de Carolina, capitán Edwin Padilla, explicó que acudieron a verificar una información que les llegó a través de terceros y la dirección que les fue ofrecida los llevó hasta una estructura abandonada dentro del residencial público.

Al preguntarle si se trató de información suministrada por la entonces pareja de la víctima en busca de alguna rebaja de en su sentencia como se había rumorado a través de las redes sociales, Padilla respondió categóricamente que “nadie ha hablado con él”.

Los agentes del CIC y personal de la División de Servicios Técnicos tomó fotos del lugar para profundizar en la pesquisa como corresponde.

En septiembre del 2014, Quiñones Rivera y quien se dedicaba a la tapicería de embarcaciones, fue sentenciado por el juez Francisco Borelli Irizarry, del Tribunal de Carolina, a 99 años de prisión por el un cargo de asesinato en primer grado, y a tres años por destrucción de prueba, por la muerte de quien era su novia.

A pesar de que no se encontró el cuerpo de la joven, la prueba forense reveló que hubo tortura dentro la guagua tipo van Ford Econoline, modelo del 1993, propiedad del imputado, por lo que el caso sentó precedentes.