En las manos de 10 mujeres y dos hombres quedará la decisión de liberar o encarcelar de forma definitiva a la empleada doméstica Aida de los Santos, acusada de asesinar a su jefa Georgina Ortiz Ortiz, el 17 de agosto de 2010.

Cuatro suplentes -tres hombres y una mujer- también escucharán la prueba que el ministerio público, representado por las fiscales Elba Acevedo e Ítala Rivera Buonono, presentará para tratar de probar su teoría de que De los Santos, de 57 años, mató a la esposa del ex juez Carlos Irizarry Yunqué, de 72 años, en concierto y común acuerdo con otra persona que todavía no ha sido identificada por las autoridades.

De los Santos enfrenta un cargo de asesinato, que contempla una pena de 99 años de cárcel, y otro de violación a la la Ley de Armas.

Arropada con un abrigo grueso, De los Santos siguió con atención la conclusión del proceso de selección de jurado, que se llevó a cabo en la sala 1105, del Tribunal de San Juan. La selección de jurado empezó el pasado 20 de marzo.

Hoy, como a lo largo del proceso para escoger a las personas que la juzgarán, la empleada doméstica vistió su uniforme de presa color mostaza y unos mocacines de tela negra. Lucía medias blancas, pelo recogido en un moño y las patas del patalón dobladas hasta los tobillos.

Apoyada en un bastón y libre de las esposas de sus pies y de una mano, cojeó hasta sentarse al lado de sus abogados Lucille Borges Capó, Aarón Fernández, Jesús Peluyera y Juan Nevárez.

En algunas ocasiones, la menuda mujer escuchó a los abogados Borges Capó o Fernández susurrarle palabras al oído o acercarse para echarle el brazo. Pero siempre se mantuvo atenta a las respuestas que los candidatos a jurado ofrecieron a las preguntas de la jueza Eloína Torres Cancel, los abogados o la fiscal Acevedo.

Al lado izquierdo de la sala, se sentaron los testigos del caso, entre ellos el hijo de la víctima, José Palau, los policías que investigaron el caso y algunos de los empleados del Condominio Laguna Terrace, del Condado. Irizarry Yunqué encontró el cuerpo de su esposa en el suelo al llegar a su apartamento la tarde de 17 de agosto, según algunos testigos que declararon en la vista preliminar.

El ministerio público presentó una lista de 50 testigos, pero la magistrada pidió a las partes que dialogaran para ver cuántos testigos se podían estipular. Ante esta petición, la licenciada Borges Capó adelantó que se podrían estipular algunos testigos que participaron en la cadena de custodia de la evidencia.

El público, que hoy era escaso, se sentó al lado derecho del salón de sesiones, cercano a una pizarra que tiene el pensamiento: “no juzgues cada día por lo que cosechas, sino por las semillas que siembras”.

Durante el proceso de interrogatorio individual que realizó a los potenciales jurados en el día de hoy, varios indicaron que por la información que habían leído en los medios de comunicación entendían que De los Santos era culpable de la muerte de su jefa o que tenía alguna conexión con el crimen.

Una doctora, que informó que conoció al exjuez y a su primera esposa, afirmó que tenía su opinión formada sobre el caso.

“Tengo la capacidad intelectual. No sé si la emocional”, respondió a una pregunta de la jueza Eloína Torres Cancel sobre su capacidad para juzgar el caso solo por la evidencia que desfile en sala.

La pediatra también respondió con una pregunta un tanto filosófica sobre si era posible servir de jurado y evitar escuchar las noticias que se difundirán del caso durante el proceso del juicio.

“No entiendo su respuesta”, soltó la jueza molesta.

Al final del proceso, la pediatra, que caminaba con un bastón, quedó fuera del jurado.

Pero, luego, la jueza pareció más relajada cuando otro candidato a jurado aceptó que se sentía nervioso, pero después de la primera ronda de preguntas comentó “ya me estoy acostumbrando a estar aquí”. En ese momento, Torres Cancel sonrió, luego de haber mantenido su rostro serio y rígido durante la mayor parte del proceso.

El hombre, que formaba parte del coro del su iglesia, también quedó fuera del jurado.

La mayor parte de los potenciales jurados también afirmó que solía leer El Nuevo Día en su versión electrónica o en papel y aseguró que no tenía una opinión formada sobre la manera en que la Policía y el Departamento de Justicia manejaron este caso.

Otros aseguraron que no tendrían ningún problema en encontrar a De los Santos no culpable de tener duda razonable tras evaluar la evidencia del caso.

En el día de hoy, la defensa y el ministerio público escogieron a los últimos tres miembros que faltaban del jurado y a los cuatro suplentes.

 Así las cosas, quedan pendientes tres asuntos que dilucidar antes del inicio del juicio el próximo 29 de abril.

Las partes se reunirán para estipular algunos testigos y los abogados de la defensa visitarán el Instituto de Ciencias Forenses para identificar y certificar la autenticidad de una evidencia digital que planean usar durante el juicio. Los abogados también deben presentar y marcar otra evidencia que se proponen presentar en el proceso judicial.

Tres días antes del juicio, el 26 de abril, la defensa y el ministerio público se presentarán ante la jueza Torres Cancel para una vista sobre el estado de los procedimientos para garantizar que no quedan asuntos pendientes.

El juicio arranca el 29 de abril, después de un receso por una condición médica de la acusada, con las instrucciones que la jueza Torres Cancel ofrecerá al jurado, la teoría de los hechos del ministerio público y el inicio del desfile de prueba.