La identificación de todas las víctimas de la masacre de tres adolescentes y dos adultos, divididas en dos escenas criminales en Carolina y Piñones era la pieza que faltaba para conectar ambos casos e iniciar una pesquisa a fondo que comenzará en las áreas sur, este y la zona metropolitana de manera simultánea para recorrer las posibles rutas en busca del esclarecimiento del caso que mantiene consternado al país.

Los tres jóvenes ejecutados durante la madrugada de ayer, martes, en el Camino Campeche del barrio Martín González, debajo del puente de la Ruta 66, en Carolina, fueron identificados hoy por sus padres como Iván Alfonso Morales Rivera, de 15 años, Dartaneon Pablo Figueroa Navarro, de 18 años, ambos de Guayama y Erik Johan Batista Trinidad, de 27 años, quien vivió hasta hace unos cuatro a cinco meses en Río Grande y estaba residiendo en Arroyo.

Batista Trinidad había sido fichado en noviembre de 2016 por violación a la Ley de Sustancias Controladas, a la Ley de Armas de Fuego y fuga por cortarse un grillete electrónico. Se desconoce la disposición de los casos.

Mientras que, este medio supo que el adolescente figuraba como persona de interés en la pesquisa de la masacre ocurrida el 10 de abril en el sector López Nieves del barrio Guamaní, en Guayama motivada por el narcotráfico.

“Vamos a comenzar desde el sur hasta el área metropolitana porque ellos son de allá, por eso tenemos que empezar a trabajar de allá, hemos identificado cámaras llegando a la residencia donde se encontraban las jóvenes para ver si podemos identificar la guagua (en la que encontraron los cadáveres de las dos adolescentes), si hay otro carro que les sigue, que ruta tomaron para seguir trabajando con las cámaras de las autopistas. Es un caso que va a tomar tiempo”, advirtió el coronel Roberto Rivera Miranda, comisionado auxiliar de Investigaciones Criminales.

El FBI se une a la pesquisa por el asesinato de las niñas en Piñones.
El FBI se une a la pesquisa por el asesinato de las niñas en Piñones. (Twitter)

La excepción sería que algún arrestado por otro delito exprese que tiene conocimiento de lo ocurrido y quiera cooperar o que uno de los sospechosos confiese los hechos, agregó, ya que su objetivo principal es conocer cómo y porqué llegaron en la zona metropolitana.

El coronel entiende que los menores de edad, incluyendo al de 18 años, se conocían, con la excepción del adulto, quien se presume fue el que los convenció para que abordaran su camioneta en el sector Las 500 del barrio Pitahaya en Arroyo.

“Los tres menores y el que recientemente cumplió los 18 años, eran conocidos y el de 27 es el menos conocido porque llevaba menos tiempo residiendo allá. Si él los convenció para hacer algo allá esa parte es la que vamos a descubrir”, puntualizó Rivera Miranda.

La portavoz del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Limary Cruz Rubio, confirmó que se encuentran trabajando “mano a mano con la Policía de Puerto Rico y nuestro enfoque en este momento es entender lo que le pasó a esas dos niñas.

A su vez, hizo un llamado a la ciudadanía para que colabore con la pesquisa llamando al teléfono (787) 987-6500 o puede dejar una pista en el enlace http://tips.FBI.gov.

Primero, a eso de las 4:47 a.m. de este martes, patrulleros localizaron en el estacionamiento de un negocio en el kilómetro 1.4, en Piñones, donde estaban los cadáveres de las entrañables amigas adolescentes Naya Paola Ramos López, de 13 años, de Arroyo, en el asiento del frente y Tanaisha Michelle De Jesús Curet, de 15 años, en la parte posterior de una camioneta marca Toyota Tacoma, color anaranjado, que fue hurtada a un comerciante mediante la modalidad de “carjacking” el domingo pasado en la urbanización Jardines del Caribe, en Ponce.

Mientras se investigaba esta escena, a las 6:23 a.m., una mujer llegó al cuartel ubicado en la Ruta 66, para notificar que vio tres cadáveres a orillas de la carretera.

El vínculo entre ambos casos ya se había establecido porque la madre de Tanaisha, Maribel Curet, cuando se despertó ayer y no las encontró en su hogar donde pernoctaba Naya Paola, le dijo a su hijo lo ocurrido y este comenzó a llamarlas a sus teléfonos celulares y uno de ellos fue respondido por un hombre que les dijo que lo había encontrado debajo de un puente mientras recogía latas en el barrio Martín González, en Carolina. Donde estaba la escena del triple asesinato.

Uno de los ángulos investigativos es que el crimen podrá relacionarse con una pandilla dedicada a cometer “carjackings” en el área sur ya que al menos en uno de los casos presuntamente se utilizó como señuelo a una joven que estaba detenida simulando que se le había dañado su automóvil en la carretera PR-10, del barrio Santa Rosa, en Ponce, la madrugada del 15 de julio, para cometer el hurto a mano armada del vehículo que acercara para ayudarla, en este caso una grúa.

El gruero alegó que vio una mujer a la orilla de la carretera en área del paseo fuera de un vehículo, compacto color rojo, que le hizo señas para que se detuviera, porque tenía desperfectos mecánicos.

El gruero le pidió que moviera el auto para escuchar cual era el ruido y un hombre lo agredió y, mediante amenaza e intimidación, le llevó la grúa Ford 550 modelo Super Duty del año 2015 color rojo, tablilla GP2724 en ruta hacia Adjuntas.

“Estamos corroborando, ese caso se va a estar investigando también para asegurarnos si guarda relación, porque puede ser otra muchacha. Todo aquel que vio a esas dos niñas y yo las vi sin saber su edad siempre dije que no tenían la mayoría de edad y me sorprendí con 15 y 13 años”, exclamó el funcionario.

Erik Johan Batista Trinidad es una de las víctimas de la masacre ocurrida en el barrio Martín González, en Carolina, la cual está conectada con el doble asesinato de adolescentes, en Piñones.
Erik Johan Batista Trinidad es una de las víctimas de la masacre ocurrida en el barrio Martín González, en Carolina, la cual está conectada con el doble asesinato de adolescentes, en Piñones. (Suministrada Policía de Puerto Rico)

Rivera Miranda se reiteró en que no hay un motivo establecido. “Yo no voy a cerrar nunca la posibilidad de lo que es (trasiego de) drogas y armas porque me levanta suspicacia que desde Arroyo llegaran hasta acá”.

La teoría del secuestro de las menores no tiene peso, detalló, debido a que todo apunta a que los menores se conocían y decidieron salir juntos sin sospechar su trágico desenlace.

Los investigadores han continuado ocupando para su análisis vídeos de seguridad de las rutas que conducen a ambas escenas en busca de pistas de otros vehículos utilizados por los gatilleros para escapar.

A su vez, reveló que descartaron supuestas confidencias que resultaron ser información para desviar a los agentes la dirección de la pesquisa. Se mantiene la incógnita sobre si llegaron hasta Río Grande.

“Ya las descartamos porque cuando vimos tanta cosa específica uno veía que era una falacia, así que estamos trabajando con otras que están llegando que tienen más peso y se ven mucho más serías”.

También se espera por el análisis balístico que realizarán en el laboratorio del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para conocer si se utilizaron las mismas armas de fuego en ambas escenas donde se recuperó alrededor de un centenar de casquillos al menos de tres calibres diferentes.

Si tiene información que ayude al esclarecimiento de estos crímenes puede llamar a la línea confidencial del Negociado de la Policía al (787) 343-2020.