El director del Negociado de Vehículos Hurtados, el teniente coronel Gerardo H. Oliver Franco reveló hoy que la abuela, la bisabuela y un tío de una de las adolescentes asesinadas durante la madrugada del 25 de julio en una guagua hurtada en la carretera PR-187, en Piñones, Loíza, fueron citadas como parte de una investigación en curso que no está relacionada con los crímenes de las menores.

Durante la noche de ayer, lunes, el agente Juan A. Rivera Rodríguez, adscrito a la División de Vehículos Hurtados de Guayama diligenció una orden de arresto en la residencia de la familia localizada en el barrio Jobos, del mencionado municipio, donde se ocupó una guagua hurtada. En la casa se incautaron 17 bolsitas con cierre a presión que contenían marihuana.

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“Llega a nuestro conocimiento que en la residencia había un vehículo hurtado, lo verificamos y solicitamos una orden de allanamiento (a través del fiscal Marcos Algarín) y ocupamos la guagua”, detalló Oliver Franco.

El vehículo fue descrito como una guagua Toyota Tacoma, color crema, de un modelo adelantado que fue hurtada el 22 de octubre en el área policíaca de San Juan.

Mientras se diligenciaba la orden, llegó a la residencia un hombre de 51 años, que es hijo de la octogenaria y reside en el lugar. Este entregó voluntariamente 8 cápsulas de “crack” que tenía en su poder. El hombre iba acompañado por un pasajero de 31 años el cual también fue detenido como parte de la investigación.

Además, se incautó el automóvil Mitsubishi Lancer, color azul, que no tiene gravamen.

“Esta intervención no es parte de la investigación del asesinato de las menores, es pura casualidad”, respondió el funcionario al ser cuestionado por este diario.

Las mujeres y el hombre se identificaron como familiares de la menor asesinada Nahia Paola Ramos López, de 13 años, aclaró.

Se ocupó para investigación una embarcación, cuyo número de serie del manufacturero se encontraba sobrepuestos.

Sobre la posibilidad de que puedan desmantelar a una organización criminal dedicada a cometer “carjackings” y hurto de vehículos, este indicó que todavía están comenzando a levantar evidencia.

Las adultas mayores fueron citadas para una fecha posterior porque se está ampliando la investigación y el hombre de 51 años al que se le ocupó la droga deberá comparecer mañana para radicar cargos. Ninguno posee expediente criminal.

Las menores Tanaisha Michelle de Jesús Curet, de 15 años, y Nahia Paola Ramos López, de 13, fueron baleadas en el interior de una guagua Toyota Tacoma de 2018 y color anaranjado, que fue hurtada mediante “carjacking” a un comerciante en Ponce.

El crimen de las jovencitas se vincula con el triple asesinato reportado el sector Campeche del barrio Martín González, cerca del expreso PR-66, en Carolina, ya que la investigación de la División de Homicidios de Carolina reveló que salieron juntos de Arroyo.

La pesquisa que lleva a cabo la División de Homicidios de Carolina y el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) ha revelado que las menores llegaron junto a las otras víctimas a un residencial de Carolina donde presuntamente sus amigos efectuaban una transacción para la compra de armas donde los asaltaron, estas fueron secuestradas y asesinadas supuestamente para ser eliminadas como testigos.

Las otras víctimas fueron identificadas como Dartaneón Pablo Figueroa Navarro, de 18 años; Iván Alfonso Morales Rivera, de 15 años y Eric Johan Batista Trinidad, de 27 años.

Morales Rivera figuraba como persona de interés en la segunda masacre del año reportada el pasado 10 de abril frente a un negocio en el sector López Nieves del barrio Guamaní, en Guayama, la cual fue motivada por el narcotráfico y la venganza de parte de la organización del fugitivo federal Nelson Torres Delgado, apodado “El Burro”.

Se investiga si alguno de ellos participó en el “carjacking” de la camioneta en la que fueron ejecutadas las menores.

La semana pasada el Negociado de Investigaciones Federales (FBI) y del Negociado de la Policía de Puerto Rico, arrestaron a un mozo de cuadra en el Hipódromo Camarero, en Canóvanas, empleado por el dueño de un caballo y se buscan a un segundo trabajador, que podrían estar relacionados con la investigación del crimen de las jovencitas.