El juicio contra el muralista Juan Luis Cornier Torres, alias Manwe Uno, acusado por el asesinato de la joven sangermeña Valerie Ann Almodóvar Ojeda, ocurrido en diciembre de 2018, arrancó hoy en la sala 606 ante el juez Daniel R. López González en el Centro Judicial de Ponce.

El proceso que estuvo retrasado durante más de dos años por diversas controversias cuenta con unos 25 testigos y más de 900 piezas de evidencia, mediante las cuales el Ministerio Público intentará probar más allá de toda duda razonable, un cargo por asesinato en primer grado y otro cargo por violación a la Ley de Armas.

La primera testigo llamada en sala fue Zaida Ojeda, madre de la occisa, quien narró los sucesos previos a la desaparición de su hija que era estudiante de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica en Mayagüez, a quien vio por última vez el domingo, 16 de diciembre de 2018.

Ese día, según Ojeda, Valerie Ann salió de su casa en San Germán hacia la vivienda que compartía con su compañero consensual, Osvaldo Andrés Antonmmattei Pesavento, ubicada en la urbanización Quintas de Monserrate en la Ciudad Señorial, pues asistiría a un taller de máscaras en el Museo de Arte de Ponce a las 2:00 de la tarde.

“Ella se fue de la casa a las 10:00 de la mañana a buscar a Osvaldo porque él tenía una actividad el sábado y se le quedó el carro. El lunes, ella bajó en la mañana a coger el examen final de inglés en la Universidad Católica de Mayagüez y, como a las 10:16 me comunico, me dijo, ‘mami, estoy bajando para casa porque no me dieron el examen… me lo cambiaron para miércoles”, relató.

“Le dije que tenía algo de comer, que comiera y se llevara. Como a las 11:19 me llama y dice ‘mami voy a casa de mi amiga Génesis porque se me quedó el cable del teléfono. Ella se quedó un rato conversando con Génesis quien le dice si le puede dar pon al Hospital Metropolitano y luego, cogió para su casa en Ponce”, expuso la testigo sobre la conversación que tuvo con su hija mediante mensajes de texto.

En medio de su testimonio, la mujer, visiblemente compungida estalló en llanto durante varias ocasiones.

“Nosotras nos comunicamos (pero), al ella llegar a Ponce no tuve comunicación en el trayecto. De noche, como a las 6:55 el señor Andrés Antonmmattei, yo le digo Andy, me envió un mensaje diciendo que Valerie no ha llegado y son las 7 de la noche

Me entró un nerviosismo y la llamé en varias ocasiones y nada, parecía que el celular estaba apagado”, sostuvo.

Durante la conversación, también por mensajería de texto, la madre de Valerie Ann reveló a Antonmmattei Pesavento que le había puesto un GPS a la guagua de su hija, porque no confiaba en la seguridad que ofrecía la Ciudad Señorial.

“Al pueblo de Ponce le tengo un terror y por eso le puse el GPS. Verifico, hablo con mi esposo, verificamos el teléfono y en ocasiones había movimiento de la guagua y llamo a Osvaldo y le digo, ‘voy a verificar y te digo dónde está ella”, acotó al señalar que el sistema electrónico ubicaba el vehículo de Valerie Ann “entre el MC Donald y Walgreens de la Avenida las Américas de Ponce”, dijo.

“Por la mañana (martes, 18 de diciembre) Andy me llama y me dijo ¿sabes de ella? Y me dijo ‘yo espero que esté bien y respirando’, y yo dije ‘wow’, dijo la mujer quien nuevamente rompió en llanto ante el fiscal Ildefonso Torres Rodríguez, al validar las fotos marcadas como evidencia del caso.

Asimismo, mencionó que al revisar la trayectoria del vehículo que utilizaba su hija, modelo Pathfinder del 2001, “aparece que la guagua subió y bajó varias veces para el área del lago Garzas en Adjuntas”.

“El miércoles, (19 de diciembre), mi esposo verifica la noticia en el teléfono y dice que encontraron a una mujer en el lago Garzas y él me dijo: ‘es de mi hija’”, lamentó al destacar que a esa fecha había alertado a la ciudadanía sobre la desaparición de Valerie Ann mediante su página de Facebook.

Es entonces que validan en la universidad que su hija no fue a tomar el examen final de inglés, así que acudió al cuartel de San Germán para presentar una querella formal.

“Osvaldo me envía una foto con un señor que decía que era Manwe Uno, diciendo que ese señor la estaba amenazando (a Valerie Ann) … nunca en mi vida lo había visto”, admitió.

Luego, durante el interrogatorio, el abogado José Colón Pérez, retomó la declaración jurada de la fémina quien admitió en varias ocasiones que no confiaba en el novio de su hija.

“¿La primera vez que Andy se comunica con ella porque Valerie no está en la casa fue el 17 de diciembre?”, preguntó Colón Pérez a la madre de la occisa quien señaló que “no era costumbre de Andy (llamarla) cuando Valerie se iba por cualquier razón”.

“En una ocasión la llamó porque tuvieron una pelea y su madre la buscó porque habían tenido una discusión”, expuso el letrado sobre un incidente ocurrido meses antes del asesinato, que fue validado por la fémina al admitir que su hija estaba en “estado histérico”, por una situación de salud crítica que terminó en el Hospital Panamericano por una semana.

“Las discusiones eran por celos… era obsesivo, si ella bajaba de Ponce a San Germán y ella no se comunicaba, se volvía desesperado y rápido llamando… la tenía súper controlada’… si salía era con él, y cuando salía para la universidad también. Era una obsesión la que tenía con ella. (Valerie) se sentía hostigada”, confesó su madre.

Así las cosas, el abogado insistió en que la fémina manifestara lo que pasaba por su mente con respecto a la desaparición de Valerie Ann.

“En su mente, la última persona que debía estar con ella era Osvaldo Andrés”, continuó el abogado al señalar que “el lunes 18 de diciembre el primer texto que recibe (la madre de Valerie) es de Osvaldo, a las 7 a.m.”.

A las 7:23 envió tres mensajes corridos: “espero que esté bien y esté respirando”, fue el tercer mensaje que recibió la progenitora de la joven asesinada por parte del compañero consensual.

Según Zaida Ojeda, luego de ser entrevistada en el cuartel de San Germán, instruyó a Osvaldo Andrés que debía presentarse allí, pero no le mencionó que era considerado sospechoso de la desaparición de la joven teatrera.

“Se tardó un poquito… eran como las 5 de la tarde porque él decía que tenía que esperar a su mamá y a su abogado”, sostuvo la fémina mientras señaló que luego de eso, no tuvo más contacto con el hombre quien es farmacéutico, hasta que le envió un mensaje para recoger las pertenencias de su hija.

Según, Zaida, “ella (Valerie) me había dicho el sábado, ‘mami, te tengo que decir algo, estuve con otra persona porque tenía problemas con Andy y necesitaba saber si era yo la que estaba fallando’”.

Como segundo testigo, el Ministerio Público llamó al compañero consensual de la occisa, un farmacéutico de 36 años quien resaltó que llevaba más de tres años en su relación con Valerie Ann.

En su testimonio, el hombre manifestó que su discusión con la joven meses antes del crimen fue porque ella le confesó que le había sido infiel con Manwe Uno, un grafitero de quien dijo solo había visto una vez cuando la muchacha salió de una actividad en una discoteca de Ponce.

“Ella no estaba comiendo bien, Valerie… es que yo trataba de darle (cereal) con almendras. La veía tan triste que no sabía lo que le estaba pasando. Nos sentamos en la mesa y le agarro las manos, y le digo, ‘baby, ¿qué es lo que está pasando? Ella me dice, ‘te las pegué con Manwe’”, afirmó.

Cornier Torres enfrenta dos cargos: uno por asesinato en primer grado y otro por violación a la Ley de Armas, ya que el Ministerio Público archivó el cargo por destrucción de evidencia el pasado martes, 1 de junio de 2021.