Tras horas de búsqueda en un pozo séptico de Toa Alta, producto de una confidencia en el caso del niño Rolandito Salas Jusino, las autoridades informaron que no hubo hallazgos relacionadas a la desaparición.

El teniente José Rosa, director de la División de Homicidios de Bayamón, indicô que no se encontró evidencia de que en el.pozo séptico de la residencia hubiesen restos humanos.

Agregó que durante la revisión del expediente del caso se percataron que no habían investigado esa confidencia por completo y luego de reentrevistas a testigos decidieron hacer la búsqueda.

El teniente no quiso revelar si el padrastro del menor vivió alguna vez en esa casa para la fecha de la desaparición del menor.

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A su vez, hizo un llamado a la ciudadanía a que colabore de manera confidencial en la pesquisa.

A solo tres meses de cumplirse 20 años de la misteriosa desaparición del niño, las autoridades llevaron a cabo hoy, jueves, esta nueva búsqueda en Toa Alta.

La confidencia estaba incluida en el expediente del caso en poder del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón, hace unos cuatro años, pero no se había indagado al respecto para descartarla o buscar evidencia y, durante una revisión de los documentos, se decidió organizar la búsqueda en el pozo séptico ubicado en una finca.

En el esfuerzo participaron buzos de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) entre otras unidades.

El caso cobró nuevamente notoriedad a finales del mes diciembre del año pasado luego de que el cantante de género urbano Bad Bunny dedicara una canción en su primer álbum X100pre a la desaparición de Rolandito.

Antes de la desaparición, su progenitora, cuando llegó a su hogar, se topó con su expareja que estaba hablando con un vecino a pesar de que estaba en violación a una orden de protección.

Él fue a entregarle algo a ella y le dijo para pedirle que le permitiera llevarlo a comprar una bicicleta, pero no recibió la autorización y le exigió que abandonara el lugar.

De salida, un niño de la vecindad aseguró que un hombre en una guagua negra, similar a la camioneta del expadrastro, Roberto Gotay Valcárcel, lo llamó y lo montó en el vehículo. 

Al percatarse de que el nene no estaba, su mamá comenzó a llamar a Gotay Valcárcel para que se lo devolviera, sin embargo, a pesar de que indicaba que iba a regresar a la urbanización para conocer lo que sucedía, tardó más de lo previsto.

Por esa razón, tanto las autoridades como sus padres han señalado como sospechoso a Gotay Valcárcel, expareja de la mamá de Rolandito, Iris Jusino Seguinot; sin embargo, nunca se le han radicado cargos por esos delitos, pero sí cumplió una sentencia de 10 años de cárcel por violencia de género. También fue arrestado en Florida por violar las condiciones de su probatoria y no notificarlo al Registro de Ofensores Sexuales.

El camionero ha negado a través del tiempo que tenga vínculos con el secuestro del menor.

Frente a la angustia de vivir sin su primogénito y único hijo, su padre Roberto Salas, al igual que la progenitora, sienten en su corazón mediante que fe que profesan que todavía su hijo está con vida esperando a ser encontrado. 

Fueron incontables vigilas, búsquedas y excavaciones que resultaron infructuosas. La verificación de confidencias investigadas tanto en Toa Alta, Corozal, en las fincas de dos hermanos de Gotay Valcárcel del barrio Unibón en Morovis en el 2003 y 2206, en Estados Unidos, así como en la República Dominicana, entre otros lugares, que solo demostraron que el niño se desvaneció sin dejar rastro.

Hasta el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) se unió a la pesquisa, reclutó a la investigadora del CIC de Bayamón y colaboró con el análisis de evidencia sin lograr encontrarlo. 

En el 10 de noviembre del 2010, agentes del Negociado Especial de Investigaciones (NIE) allanaron una residencia en el barrio Cucharillas de Cataño, en la que ocuparon restos de uno de los altares de la familia alegando que habían recibido confidencias hace varios meses de que en esa casa utilizaban los huesos del menor desparecido para rituales de santería. La supuesta evidencia resultó ser restos de animales que se conservan como parte de rituales de varios de los miembros de la familia que practican la religión del Palerismo.

Así luciría Rolandito hoy día. (Suministrada)
Así luciría Rolandito hoy día. (Suministrada)

En el verano del 2014, la Policía Internacional en Puerto Rico (Interpol) recibió nuevas confidencias y entrevistaron a una persona provista por familiares que supuestamente tenía nueva información, pero nunca se revelaron los resultados. 

Durante una entrevista el verano pasado con Primera Hora, su progenitor, que ha encabezado diferentes iniciativas internacionales para llamar la atención al caso de su hijo ante la sospecha de que pudo haber sido trasladado fuera del país, denunció la falta coordinación y el ansia de protagonismo de las agencias perjudicaron la pesquisa.

La recompensa de $80,000 por la información que ayude a dar con el paradero de Rolandito sigue vigente, según lo confirmó su padre.

Salas rememoró que la última vez que compartió con el niño fue la semana antes de su desaparición porque había fiestas patronales, hasta el día 6 de julio que su madre lo llamó para recogerlo entre las 7:00 y 8:00 p.m., ya que irían al día siguiente a un pasadía familiar a la playa.

Veinticuatro horas más tarde recibió una llamada de su madre para indicarle que el nene no aparecía y junto a su hermano llegó hasta la urbanización, donde se unieron a la búsqueda que realizaban los vecinos junto a la Policía con la idea de que podría encontrarse en la residencia de algún vecino.

“Confío mucho en Dios que se dará ese encuentro”, aseveró Salas.