Indignación con sentencia por actos lascivos
No pasará un solo día de cárcel.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Un agrónomo de 74 años de edad fue sentenciado a seis años de probatoria por cargos de actos lascivos contra una menor de edad, durante una audiencia en el Tribunal de Caguas en que retumbó el llanto de la víctima y otras expresiones de indignación de familiares de la perjudicada.
Avilés Rivera, identificado como Luis Avilés Rivera, residente de Cidra, no emitió ninguna declaración antes de que el juez Ricardo Marrero Guerreo acogiera la pena recomendada por un técnico sociopenal del Departamento de Corrección.
La víctima, una adolescente de 15 años, lloró al escuchar que el hombre no cumpliría cárcel, mientras sus familiares emitían comentarios, como por ejemplo, “no es justo”, “cómo es posible”.
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“Yo me tomé la justicia en mis manos. Realicé mi propia investigación. Le entregué evidencia a la Fiscalía sobre este hombre. No le deberían haber dado probatoria”, indicó la madre de la perjudicada, quien se acercó a los medios de comunicación para expresar su indignación por la pena, luego de concluir la vista de sentencia.
La familia de la perjudicada se mudó a Estados Unidos en el 2012, pero advino en conocimiento de un patrón de maltrato a que fue sujeta la menor en el 2013. La investigación preliminar apunta a que el agrónomo victimizó a la menor por varios años, desde que ésta tenía nueve años de edad.
La madre, cuyo nombre no será revelado para no identificar a la víctima por asociación, indicó que su familia tuvo que incurrir en gastos de pasaje y hotel para darle seguimiento al caso, que culminó en la vista de sentencia de hoy, martes.
La mujer, de 39 años de edad, agradeció el apoyo que recibió del fiscal Néstor Acevedo, el representante del Ministerio Público asignado al caso, y de la agente Migdalia Dávila, adscrita a la división de Delitos Sexuales de Caguas, quien encabezó la investigación criminal. Sin embargo, tronó contra el sistema de justicia de Puerto Rico.
“Como madre me siento satisfecha por haber llevado este caso y por haber insistido para que se hiciera la justicia, pero la justicia de Puerto Rico me falló”, indicó la ciudadana, visiblemente afectada.
Avilés Rivera, que fue procesado bajo el Código Penal de 2004, era elegible a una pena diferida, a pesar de los cargos graves que se sometieron en su contra. Esto, porque hizo admisión de culpabilidad durante una audiencia celebrada el pasado 18 de junio por cinco cargos de actos lascivos que le fueron reclasificados.
El agrónomo tendrá que cumplir con una serie de condiciones como parte de su sentencia diferida. Por ejemplo, el sujeto tendrá que participar de un programa de alcohol y sustancias controladas, no podrá acercarse a la víctima y tendrá que registrarse en la lista de ofensores sexuales.
Pero, a pesar de la gravedad de los delitos imputados, el individuo se encontraba en la libre comunidad, tras prestar una fianza de $25,000.
Mientras se dictaminó el fallo, la víctima quebró en llanto y tuvo que ser escoltada fuera de la audiencia mientras ciudadanos ajenos al proceso se expresaron en contra de la pena.
Avilés Rivera salió de la audiencia junto a dos mujeres jóvenes, que rehusaron identificarse, y un alguacil, mientras familiares de la víctima y agentes adscritos a la División de Delitos Sexuales miraban al convicto con semblantes que delataban su disgusto.
El fiscal del caso reiteró que la pena contemplaba una sentencia diferida y que el juez emitió su falló dentro de los parámetros establecidos por ley.
“En este caso, las partes se reunieron y llegaron a ese acuerdo, reclasificando el cargo. Es una sentencia suspendida, ya que podía clasificar por el informe presentencia del oficial sociopenal. Así se recomendó”, dijo el fiscal.