Un hombre que se encontraba detenido en la celda del cuartel de Loíza mientras se investigaba una querella de agresión de su abuela se infligió golpes en el rostro y perdió un ojo.

De acuerdo a la querella, los hechos comenzaron a eso de las 3:30 p.m. de ayer, martes, cuando Jomer Serrano Rodríguez de 20 años, comenzó a gritar para que lo liberaran y a llamar a su abuela. Acto seguido se agredió la cabeza con el inodoro.

Un agente entró a la celda ya que estaba tendido sobre el piso y no respondía, pero al tocarlo por el brazo se volteó y le mordió la mano izquierda. Con la ayuda de otro policía lo lograron esposar para transportarlo al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Canóvanas ya que estaba sangrando mucho por el ojo izquierdo.

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El herido fue referido al Centro Médico de Puerto Rico, en Río Piedras, para que un especialista lo evaluara y quedó bajo la custodia de policías del precinto de Trujillo Alto, ya que eran los que investigaban la denuncia inicial, en la que hubo uso de fuerza, por lo que se quejó que tenía abrasiones y hematomas en la mano izquierda, y se le recomendó vacunarse contra el tétano.

Mientras se limpiaba la celda, dentro de una bata que llevaba puesta el detenido cayó un ojo. Posteriormente, el Dr. Saúl Irizarry Vázquez, de la Sala de Emergencias de la Administración de Servicios Médicos, determinó que no era posible someterlo a una cirugía para implantarlo.

Policías encontraron a una mujer de 63 años con traumas en el rostro, quemaduras en diferentes partes del cuerpo y heridas profundas en una pierna en su residencia del barrio Saint Just, en Trujillo Alto.

Los hechos por lo que había sido arrestado ocurrieron en la madrugada de este martes cuando los policías lo encontraron hablando incoherencias sobre religión y a su abuela tirada en el suelo de su habitación ensangrentada.

Después, los oficiales le insistieron en que debían entrar a la vivienda para corroborar lo sucedido por lo que el nieto presuntamente se tornó agresivo y mostró resistencia. Tras esta situación, le dieron comandos verbales, para que el mismo desistiera de su comportamiento, haciendo caso omiso y se utilizó el dispositivo de control eléctrico para lograr su detención.

Este se había negado a firmar las advertencias de ley ya que decía que era Jesucristo y que no tenía que hacerlo.

La perjudicada fue atendida en el lugar por paramédicos y transportada a la sala de emergencias del Centro Médico de Puerto Rico, en Río Piedras. La condición de la afectada fue descrita como una de cuidado.

Durante la investigación preliminar, que no ha culminado, la víctima alegó que fue su expareja quien la hirió.

El caso se remitió a la División de Agresiones del CIC de Carolina.