Hermano de Miguel Cáceres revive su viciosa muerte
A casi 13 años del caso de brutalidad policiaca, el dolor sigue vivo en la familia tras el fallecimiento de George Floyd.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Armando Cáceres no puede ver el vídeo que recoge los angustiosos momentos en que el ciudadano afroamericano George Floyd, ya esposado en el piso, ruega por su vida al policía Derek Chauvin, cuando lo presionaba con una rodilla en el cuello hasta causarle la muerte por asfixia.
Esos últimos momentos de Floyd le recuerdan cuando su hermano, Miguel Cáceres, le imploraba desde el suelo al policía Javier Pagán Cruz que no lo matara.
“¡No me mates, que tengo hijos!”, fueron las últimas palabras de Miguel Cáceres, según los testimonios que desfilaron en corte.
“No puedo ver ese vídeo (de Floyd), me duele mi hermano…, me duele cómo lo mataron viciosamente”, lamentó Armando Cáceres al revivir aquel 11 de agosto de 2007 cuando el ciudadano, que era líder recreativo, encabezaba una escolta de motoras para un quinceañero en el barrio Punta Santiago en Humacao y fue intervenido en la vía pública por Pagán y los también policías Carlos Sustache y Zulma Díaz de León.
Estando ya reducido a la obediencia, el agente Pagán le disparó más de tres veces a Cáceres, el último tiro en la cabeza, lo que fue captado por un videoaficionado.
Pagán Cruz, entonces agente de la Unidad de Operaciones Tácticas (UOT), fue convicto en 2008 de asesinato en primer grado y violación a la Ley de Armas y cumple una cadena perpetua de 109 años de cárcel.
Posteriormente, y después de múltiples apelaciones, Sustache y Díaz procesados por no hacer nada por evitar el crimen, fueron exonerados por un jurado, de cargos de asesinato en la modalidad de cooperadores.
“Esto me recuerda mucho a mi hermano Miguel, que murió así… tirado en el piso, boca abajo. Cuando veo el vídeo de lo que le hicieron a Floyd, no puedo y lo tengo que cambiar porque la muerte de mi hermano cambió mi vida. Nosotros siempre estábamos juntos. Éramos inseparables. Él era el más allegado a mí. Planificábamos las fiestas familiares y todo eso se acabó”, relató Armando Cáceres, en entrevista con Primera Hora.
Armando tiene dos hermanos más, un varón que vive en Estados Unidos y una mujer en la Isla.
“El vídeo de Floyd tiene mucha similitud con la muerte viciosa de mi hermano, quien tirado en el piso pedía ayuda y los otros policías no hicieron nada por evitarlo. Sustache estaba al frente y, como en el caso de Floyd, hay un policía asiático que lo que hizo fue tapar para que la gente no viera el abuso”, manifestó.
“Siempre dije y diré que los otros oficiales, que en el caso de mi hermano no hicieron nada, al igual que en este caso, son hasta más culpables porque pudieron evitar lo que estaba sucediendo. Ellos pidieron una ambulancia para Pagán, porque estaba herido en una pierna y a mi hermano lo dejaron tirado en la carretera”, subrayó Cáceres.
Dijo que de un incidente como ese “uno nunca se recupera” y sostuvo que la viuda, Evelyn Ramírez Lluveras y sus hijos, se mudaron a los Estados Unidos.
“La vida continúa, pero esa familia se destruyó. Se fueron de Puerto Rico todos”, sostuvo.
Relató que hasta hace poco mantenía comunicación con ellos, pero dijo que recientemente su teléfono fue “hackeado” y perdieron contacto. “Cuando hablábamos siempre evitaba recordar lo de mi hermano”, indicó.
Dijo que en un principio, el caso “estaba cuadrado” a favor de los tres policías y opinó que el agente Pagán Cruz fue hallado culpable por la presión pública, pues el vídeo del incidente recorrió el mundo.
“Estaba todo planchao para que todos los policías salieran bien. Primero, no querían aceptar el vídeo ni al testigo, que eran las pruebas más importantes”, recordó Cáceres.
Dijo también que por sus insistentes reclamos de que se hiciera justicia, él también fue objeto de persecución.
“A mí me fabricaron casos, me fastidiaron la vida, pero yo le dejo mis problemas a Dios para que él sea el que reparta fuete. Esa es la justicia divina”, sostuvo.
El hombre de 50 años actualmente está desempleado y gestiona el Seguro Social por incapacidad, pues en 2017 perdió el riñón derecho por un tumor y ahora espera por una operación de las rodillas.
Contó que era vendedor y trató de montar un negocio, pero no prosperó.
“Tenía un negocito, pero se me cayó. Perdí todo con el huracán María. Me quedé en la calle”, aseguró. Además, dijo que era luchador profesional y también se tuvo que retirar.
“Cada vez que sale un caso así, de abuso policiaco, nos recuerda lo sucedido a mi hermano y de la manera en que se trabajan algunos arrestos. Si a la persona ya lo tienen en obediencia no hay por qué seguir pisándolo. Eso se ve tanto allá (Estados Unidos) como acá, los siguen apretando. Muchas veces son policías que han tenido problemas antes y el Estado no les da importancia, son bombas de tiempo”, expresó.
Aunque está de acuerdo con los reclamos de los manifestantes en contra del racismo a luz del caso de Floyd, Cáceres se manifestó en contra del vandalismo. “Romper negocios de gente inocente no debe ser, las protestas no deben llegar al vandalismo”, indicó.
A pesar de que los otros policías salieron airosos, dijo que no les guarda rencor.
“Ni odio ni rencor porque eso consume, pero eso sí, fue una muerte totalmente viciosa. Ni el gobierno ni la ley van a cambiar y eso va a seguir empeorando”, afirmó.
La muerte de Cáceres también llegó hasta el Tribunal Federal con una demanda por violación de derechos civiles contra la Policía que ganó la familia por un monto de $11.2 millones, pero Cáceres dijo que “fue un engaño”.
“Ni a los hijos, ni a la familia les dieron un centavo, ¿pero, quién iba a pagar, los policías?”, dijo.
¿Cómo usted sigue recordando a su hermano?, preguntamos.
“Era mi mejor amigo, un hombre dadivoso, buen hijo, buen padre. Era humilde y ayudaba a cualquier persona sin interés alguno. Su muerte fue un abuso, fue triste”, culminó Armando Cáceres.