Fajardo-Una técnica del Instituto de Ciencias Forenses declaró hoy que en la escena del crimen de la fiscal Francelis Ortiz Pagán, además de la sangre de la víctima, había “un perfil genético masculino” que no pudieron identificar.

La seróloga Raquel Castañeda dijo que estas manchas de sangre estaban en el guía del carro Mini Cooper en un escalón, en el marco de una puerta y en una pared de la residencia, así como en el edredón del cuarto de la niña de cuatro años concebida en el matrimonio de la fiscal y el abogado Fermín Arraiza Navas.

 

La especialista forense dijo que también había perfil genético masculino en una camiseta. Sostuvo que en todos estos lugares también había sangre de la víctima.

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“El mayor contribuyente (en las manchas de sangre) de la t-shirt era Ortiz Pagán, pero había presencia de sangre de otra persona que no se pudo determinar el perfil genético”, dijo Castañeda en el cuarto día del juicio por jurado que se sigue contra dos de los acusados por el asesinato de la fiscal Ortiz Pagán, en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan.

Sin embargo, Arraiza Navas declaró el pasado lunes desde la silla de testigos que se lastimó un dedo con el cristal del carro Mini Cooper cuando desesperado trataba de socorrer a su esposa mientras yacía baleada y malherida en el interior del automóvil.  El abogado testificó también que subió a la residencia de dos plantas para despertar a su pequeña hija, quien dormía en su habitación y la montó en el carro para llevar a Ortiz Pagán al hospital.

En el trayecto al automóvil se le explotaron dos gomas y pidió ayuda a unas policías que estaban en una gasolinera. En su testimonio, Arraiza Navas declaró que llevaba en brazos a su esposa en la patrulla que los condujo hasta el hospital de la Universidad de Puerto Rico en Carolina, donde poco después se certificó la muerte de la fiscal.

Los acusados son Daniel Vázquez Cubilete y Rafael Aponte Peña, quienes encaran cargos de asesinato, violaciones a Ley de Armas y a la Ley Vehicular. Se les acusa de ultimar de tres disparos a la fiscal en un supuesto intento de carjacking, pero después de balear a la abogada, cuando llegaba a su residencia en el barrio Guzmán Arriba, en Río Grande, los individuos se marcharon sin llevarse nada.

Según la investigación de las autoridades, el 19 de enero, los acusados y otros cómplices salieron a robar e interceptaron a Ortiz Pagán cuando se aproximaba a su residencia a bordo de un vehículo Mini Cooper.

Los acusados, de acuerdo con la Policía, formaron parte de un grupo delictivo dedicado al hurto de vehículos y esa noche  salieron “a cazar” para tumbarse un carro. De acuerdo con la teoría policíaca, eso  hicieron cuando dispararon y asesinaron a la joven fiscal.

El 28 de enero pasado el secretario de Justicia, César Miranda anunció el arresto de los primeros sospechosos del crimen y dijo que la investigación arrojó que el móvil  había sido un carjacking.

Posteriormente, el licenciado Arraiza Navas puso en duda esa argumentación al aseverar que el asesinato fue uno “de encargo”, vinculado a investigaciones de crimen organizado que tenía a su cargo y de irregularidades de personal en Justicia.

El balístico Alex Cintrón Castellanos declaró que levantó huellas de varias partes del auto Mini Cooper blanco y negro, modelo de 2012.

En la tarde se espera que declare un analista en huellas, también del Instituto de Ciencias Forenses.