Dos años de angustia. Dos años de dolor insoportable. Dos año sin entender. Dos años de muchas preguntas y ni una sola respuesta.

Por primera vez, Ramonita Contreras, madre de Lorenis Karen Mejías Contreras y abuela de Néstor y Jeremy, quienes fueron salvajemente asesinados en San Juan Park, decidió hablar sobre el horror de encontrarlos a los tres muertos muy juntitos.

“Fue una cosa horrible como yo los encontré en el piso bañados en sangre, ejecutados como si fueran criminales”, relató la mujer en una entrevista exclusiva en su residencia.

“Al niño me le cortaron la yugular, a Jeremy, y la boquita –parece que quería gritar– y le cortaron (y señala con su dedo índice una línea desde la comisura de la boca hacia afuera). Eso fue lo que yo vi. Al tratar de agarrar a mi hija, me agarraron y no vi más nada. Solamente vi brillar al niño (por la sangre)” , dijo sin poder contener el llanto.

“Hasta los huesitos les rompieron”, indicó con evidente dolor en su rostro.

Los hechos ocurrieron el sábado, 19 de marzo de 2011. Ese día Ramonita y su hija iban a comprar las últimas cositas que faltaban para el baby shower que celebraría al día siguiente en honor al bebé que esperaba Lorenis Karen, quien estaba en su octavo mes de embarazo.

A pesar de que había huellas de pisadas y huellas dactilares en la escena, todavía no se han radicado cargos.

La fiscal de distrito de San Juan, Melissa Vázquez, declinó un pedido de entrevista de este diario y se limitó a decir vía correo electrónico que el caso seguía bajo investigación.

Eso mismo es lo que les dicen a los familiares de la víctimas una y otra vez desde el horrendo suceso.

“Mi esperanza es que no se quede impune porque yo nunca vi a mi hija en nada malo. Siempre ella andaba conmigo, con los nenes... a ella todo el mundo la quería mucho. Ella no tenía problemas con nadie y ella siempre era alegre, donde- quiera hacía una parada... siempre estaba con sus hijos, a todos los deportes ella los llevaba”, recordó.

Con más razón es que en su mente siempre ronda el mismo pensamiento: “¿Por qué?”.

“Eso es lo que yo quiero saber el porqué, por qué, por qué” y mira a todos lados tratando de llegar a una conclusión.

Ramonita confirmó que el nene más chiquito de Karen, Jeremy, llevaba días nervioso, sin querer ir a la escuela, tras un incidente meses atrás un tanto confuso en que echó a la basura una droga que encontró en las inmediaciones del complejo residencial y que supuestamente le pertenecía a uno de los vecinos.

Sin embargo, no hay certeza de que ese haya sido el móvil del triple asesinato.

A estas alturas, el desespero y la sed de justicia es tanto que Ramonita les escribió a puño y letra una carta al gobernador, Alejandro García Padilla, y otra al secretario de Justicia, Luis Sánchez Betances, para reclamarles que el caso no quede como una estadística más de asuntos sin resolver.

“No hay nada positivo, me lo tienen estancado... ya queremos cerrar esta agonía”, reza la carta enviada al secretario de Justicia.

“Que no se me quede impune por favor”, le ruega también al mandatario.

Pocos días después, Ramonita recibió una contestación a nombre de José Capó Rivera, jefe de los fiscales, pero firmada por Damaris Jover Santiago. En la misma le indican que tienen el mismo interés de que los responsables “sean procesados criminalmente”, pero la comunicación no arroja luz sobre algún posible avance en la pesquisa ni le informan nada nuevo.

Mientras tanto, Ramonita acude cada vez que puede al cementerio de la capital, donde están enterrados, juntos, como el momento de sus muertes, su hija y sus nietos.

Y en cada fecha, Ramonita se esmera en decorar las lápidas con adornos alusivos a la época. Ahora hay canastas con pequeños huevos de Pascua y conejos sonrientes que se mezclan con las flores. Hace poco más de un mes les puso globos rojos y corazones por el Día de San Valentín y en verano piensa llevarles adornos alusivos a la playa.

Es su forma de mantenerse velando por ellos, ante el silencio de las autoridades.

¿Por qué decidió hablar ahora?

El dolor. Cuando yo veo esto todos los días en mi cuarto así (y señala una foto de Lorenis junto a Néstor y Jeremy, yo hablo con ellos. Yo los siento conmigo y no es fácil. Cuando cumplen sus años, a veces yo les hablo y digo: ‘Mira, Karen, esto’, me siento como si estuvieran... Yo espero en Dios, y yo lo sé, que estas lágrimas que estoy derramando no se las deseo a ninguna madre. Saber que le hicieron esto a tu hija, y menos a una persona embarazada con estos dos niños, como los destrozaron... no es fácil”, dijo en desahogo.

Ramonita recuerda que ella misma vivió por 28 años en el complejo San Juan Park y por eso no entiende cómo es que ningún vecino ha dicho lo que escuchó o algo que lleve hasta los autores del crimen.

“Todo lo que tú haces se oye, hasta las pisadas de los perritos cuando van y los tacos, todo. Yo fui buena vecina, buena madre y buena abuela, que ayuden”, pidió a los posibles testigos.

Su hermano, José Contreras, quien es tío de Karen y se siente abuelo de los nenes, se unió al llamado para que cualquier persona que tenga información llame a la Policía.

“Tan maldito y cruel es el que hace las cosas como el que encubre. Que se acuerden que lo mismo que estamos pasando nosotros les puede pasar a ellos... Nosotros queremos que nos ayuden”, exclamó el tío.

Al mismo tiempo, hizo un llamado a la población correccional para que “le saquen la verdad” a los dos hombres que se han mencionado como personas de “interés” y a quienes se les tomó pruebas de ADN, José Gilberto Martínez Serrano, quien cumple sentencia por dos asesinatos posteriores, y Dewin Sánchez Serrano, alias “Hueso”, a quien se le imputó dispararle a su compañera en frente de la hija de ella. Se desconoce el resultado de las pruebas.

“Yo exhorto a que los confinados que están adentro que son padres que tienen madres y hermanas que nos ayuden a esclarecerlo porque ellos saben hacer la justicia”, dijo.

Este 19 de marzo, mientras esperan por el milagro de la verdad, la familia realizará una misa íntima.