Fajardo. El juicio contra Jensen Medina Cardona - acusado de asesinar a Arellys Mercado Ríos en una marina de Fajardo, continuó hoy con la declaración del tercer testigo de la defensa, un profesor universitario de justicia criminal que ha ejercido como perito de reconstrucción de escenas de accidentes de tránsito, pero no tiene acreditación para analizar evidencia digital.

El Ministerio Público, a través del fiscal de distrito Yamil Juarbe, se opuso tenazmente a que Edgar J. Tirado Pérez, fuera admitido como testigo de defensa del caso y como perito para analizar las imágenes extraídas de las cámaras de seguridad de Villa Marina, el lugar donde ocurrió el crimen el 18 de agosto de 2019. Por estos hechos, Medina Cardona está acusado de asesinato en primer grado y dos violaciones a la Ley de Armas.

Aunque el hombre admitió que no contaba con las cualificaciones para manejar evidencia digital, la jueza Gema González permitió que se sentara en el banquillo.

Antes, Tirado Pérez explicó que como parte de su preparación académica estudió en el Institute of Police Tecnnology and Management (Florida), que tiene un bachillerato en criminología y una maestría en asuntos públicos con concentración en ciencias forenses. Además, es profesor de justicia criminal de la Universidad Ana G. Méndez y es propietario de la empresa de seguridad Sigma Securities Services & Forensic Consultant.

Aunque resaltó que ha participado de simposios y ha aprobado cursos alusivos a las reconstrucciones de escena utilizando evidencia científica, admitió que no cuenta con una preparación exclusiva en manejo de evidencia digital. Sí especificó que ha trabajado en más de 40 casos civiles o criminales como perito en reconstrucción de escenas de accidentes de tránsito.

“Si es para certificarlo como reconstructor de escenas de tránsito, que es lo que dice el resumé, con eso no tenemos problemas, pero tenemos reparo severo que se cualifique a esta persona como perito digital. En ningún momento ha dicho aquí ni ha presentado credenciales de que tenga la competencia para analizar y llegar a conclusiones de evidencia digital... tenemos objeción severa a que se cualifique como perito en evidencia digital”, dejó establecido Juarbe a la magistrada que aceptó al testigo como perito tanto en reconstrucción de escenas como en manejo de evidencia digital.

Como parte de su testimonio el profesor universitario dijo que fue contactado por la defensa desde abril para analizar cinco discos compactos que contenían las imágenes extraídas de las cámaras de seguridad de villa marina. Desde entonces, advirtió a los abogados que extraer vídeos de una grabadora análoga NVR (Network Video Recording) y trasladarlas a un pendrive o a un DVR (Digital Video Recorder) provoca que se degraden las imágenes y que no se perciban tan claras como si se pudieran ver en su estado original.

Posteriormente, en julio, Tirado Pérez fue contactado nuevamente por los abogados para analizar la grabadora NVR que se utilizó para extraer las imágenes de las cámaras de seguridad de la marina donde ocurrió el asesinato, pero el proceso se llevó a cabo el pasado 20 de agosto en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) en San Juan. La máquina se mantiene bajo la custodia del ICF como parte de los procesos de investigación.

A preguntas del licenciado Jorge Gordon, el profesor dijo que el 20 de agosto se dedicó a “clonar” por un periodo de más de 12 horas el contenido de la grabadora NVR, la cual tenía dos discos duros. Especificó que se extrajeron imágenes grabadas en 25 de 32 cámaras instaladas en el lugar y aclaró que desconoce por qué razón la noche del asesinato -el 18 de agosto de 2019- no funcionaron las otras siete cámaras.

Parte del contenido de esas imágenes clonadas en su estado original fueron presentadas en sala con un equipo NVR que compró el testigo. Lo que busca la defensa es demostrar que los vídeos presentados en el juicio se degradaron al cambiarlas de formato durante el proceso de extracción de sistema análogo a digital.

Para hacer la comparación, primero se presentó en sala un extracto del vídeo presentado por la fiscalía durante el juicio, correspondiente al momento en que llega al muelle de la marina la embarcación donde Arellys y sus amigos viajaban. Minutos después, se ve a un sujeto correr hacia el área donde estaba el grupo de amigos y se desarrolló una confusa discusión que culminó con el asesinato de la víctima.

Luego, se puso un extracto del mismo momento, pero con las imágenes clonadas del NVR que presentó como prueba la defensa. Ciertamente, se veían más claras, aun cuando se amplío la escena en un 200%.

“Aquí se ven contornos, bordes... aunque amplíe hay menos pixelados”, dijo el testigo sobre la diferencia en calidad de imágenes presentadas entre las fiscalía y las que llevó hoy la defensa. “Se puede ver, incluso, más detallado el movimiento de las personas... cómo se doblan y cómo caminan”, agregó Tirado Pérez.

Posteriormente, el abogado Gordon pidió que se mostrara en sala las grabaciones de la cámara 31 de la marina, las cuales corresponden a la caseta del guardia de seguridad. Estas imágenes en particular nunca habían sido presentadas en el juicio.

La fiscalía tuvo reparos diciendo que el propósito del profesor era evaluar la calidad de imágenes y no el contenido de lo que capturaron los vídeos para contrastarlo con lo que haya declarado algún testigo del Ministerio Público durante el juicio.

Los fiscales aluden a que los abogados tuvieron a su disposición a los testigos del estado, pero declinaron utilizarlos y en otros casos se estipularon los testimonios.

Aun así la jueza permitió que se transmitiera en sala varios minutos de grabación de lo que ocurrió en la caseta del guardia, precisamente, en el mismo periodo en que Arellys fue asesinada. Gordon no tuvo preguntas para su testigo y nunca se aclaró, por petición de la fiscal Dianette Aymat, cuál era la pertinencia de transmitir el pequeño filme.

El contrainterrogatorio a Tirado Pérez quedó pendiente para el próximo miércoles 27 de octubre, luego que los fiscales expresaran que para estar mejor preparados necesitan entrevistar al experto en evidencia digital que trabaja en el ICF, con quien tienen previsto reunirse mañana.

Asimismo, los abogados del acusado pidieron que se llame como testigo de defensa a Eric Matta, el guardia de seguridad que trabajó en villa marina la noche del asesinato de Arellys. El guardia de seguridad, que ya no labora en Villa Marina, testificó en el juicio en abril.

En aquel entonces, Matta aseguró que vio a Medina Cardona entrar a la instalación marina momentos antes de que escuchara una detonación y le informaran que habían asesinado a una mujer que resultó ser Arellys.

Dijo que el hombre era de tez blanca, vestía un “pantalón de playa” y que no tenía camisa.

“Anoté su nombre. Puse Jensen. Eso fue lo que me indicó”, agregó el guardia de seguridad en el interrogatorio que se le hizo hace seis meses cuando figuró como testigo del Ministerio Público. El hombre agregó que registraban la entrada de todo vehículo que no tuviera el sello que lo relacionada con algún bote que estuviera en la marina.

De hecho, en aquella ocasión y a preguntas del fiscal Eduardo Beale, el guardia de seguridad dijo que pudo ver al conductor del vehículo a poca distancia, porque solo les dividía la ventanilla de la caseta.

Señaló que pudo observar el rostro del conductor por su lado izquierdo y destacó que tenía “una barba arreglada”.

Matta sería el quinto testigo de la defensa. El cuarto en lista es el exnovio de la víctima, Josué Figueroa. Ambos deben acudir al tribunal de Fajardo el miércoles, a las 9:00 de la mañana.