A dos meses de iniciado el juicio contra Roberto Quiñones Rivera, acusado por la muerte y desaparición de su novia Yexeira Torres Pacheco, el Ministerio Público ha sentado a 39 de sus 67 testigos.

Hoy, en el día 35 del proceso criminal, la fiscal Alma Méndez Ríos informó al juez Francisco Borelli Irizarry, del Tribunal de Carolina, que renunciaba a los testimonios de los investigadores forenses Brenda Plá Díaz y Edwin Vázquez Rodríguez.

Plá Díaz y Vázquez Rodríguez acompañaron al investigador forense David Betancourt Quiñones, del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), durante el segundo examen que realizó a la van blanca del acusado el 13 de diciembre de 2011. Plá Díaz tuvo a su cargo el análisis de los patrones de sangre, mientras que Vázquez Rodríguez documentó el proceso en fotografías.

Al realizar los anuncios, por separado, la fiscal señaló que ambos testimonios se trataban de prueba acumulativa. "El tema sobre análisis e interpretación de patrones de sangre lo cubrió el agente Noel Colón (González)", apuntó sobre el testimonio de Plá Díaz.

También señaló que pesó en su determinación que la testigo, que camina con cierta dificultad, sufrió un accidente laboral que le provocó una neuropatía periferal. "Sería una testigo especial, que requeriría unas medidas especiales. Recesos periódicos, meriendas periódicas y otras medidas de acomodo razonable", apuntó. "No queremos exponerla al rigor de un testimonio extenso", agregó.

Como resultado de la renuncia de esta testigo, el informe que preparó no se sumará a la evidencia que el magistrado evaluará para determinar si Quiñones Rivera es culpable o no culpable de la muerte de la bailarina.

En su testimonio hace un mes, Colón González dijo que la "fuente" que dejó las manchas de supuesta sangre en la guagua del acusado se encontraba en el asiento del pasajero cuando recibió un golpe que salpicó el fluido hacia la ventana del vehículo.

Indicó que hubo un evento que llevó a esa fuente a crear una frotación indirecta en la parte superior del espaldar del asiento del pasajero y que provocó un flujo pasivo de sangre en la parte inferior de dicho asiento. También señaló que en la cabina del vehículo se observaba un patrón de arrastre.

Pero el testigo admitió a preguntas de la defensa que no era un perito en análisis de patrones de sangre y que el 10 de noviembre de 2011 cuando examinó la guagua su prioridad era la identificación de manchas de sangre.

Además, señaló que no midió las manchas de sangre, un elemento importante para analizar patrones de sangre, y que no rindió un informe sobre sus hallazgos.

 Indicó que la petición para realizar un análisis de patrones de sangre la recibió posterior a la evaluación física del vehículo.

Hasta el momento el Ministerio Público, representado por las fiscales Méndez Ríos y Sonia Polanco Viera, solo han renunciado a tres testigos.

Previamente había renunciado al testimonio de la agente Luz Falero Andino, del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Carolina.

La defensa, compuesta por los abogados Jorge Gordon Menéndez y Orlando Cameron Gordon, hoy estipuló el testimonio de la seróloga Mireya Hernández Arroyo, que analizó para efectos de DNA la prueba de saliva realizada a Javier Sánchez Salamán, sobrino del acusado.

También estipuló el testimonio de Carmen Rijos Ramos, quien recibió y tramitó para análisis la muestra de saliva de Quiñones Rivera.

En la mañana, la defensa, además, estipuló la cadena de custodia de interna de las 57 piezas de evidencia que recibió la seróloga Carmen Tirado Neris.

A raíz de esta estipulación dos o tres técnicos del ICF no tendrán que sentarse a declarar sobre el recibo y trámite de dichas piezas.

Fuera de sala, la fiscal Méndez Ríos afirmó a este medio que Colón González tenía los credenciales para declarar como un perito en patrones de sangre. "La preparación es igual (a la de Plá)", aseguró.

No quiso adelantar cuántos testigos finalmente sentará a declarar antes de someter su caso, pero anticipó que el testimonio de la seróloga Tirado Neris podría extenderse una semana.

El juicio continúa mañana.