Tras 13 días de juicio, el fiscal federal Jonathan Gottfried sometió, el lunes, el caso contra Félix Verdejo Sánchez por cargos relacionados con el asesinato de Keishla Rodríguez Ortiz.

Durante el proceso, el gobierno federal presentó 31 testigos, que incluyeron al coacusado y convicto por cargos relacionados al feminicidio, Luis Antonio Cádiz Martínez, así como a familiares de la víctima y expertos. Además, se introdujo como evidencia una gran cantidad de mensajes de texto, fotos, vídeos y documentos.

Con la prueba presentada, el Ministerio Público espera probar al jurado -compuesto por tres mujeres y nueve hombres- que el exboxeador cometió los cuatro cargos imputados: “carjacking” que terminó en la muerte de una persona, secuestro que terminó con la muerte de una persona, asesinato de un menor por nacer -ya que Rodríguez Ortiz tenía de tres a seis semanas de embarazo- y portación de un arma de fuego durante la comisión de un delito violento.

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Un gran jurado federal acusó, además, a Cádiz Martínez, quien admitió culpa en noviembre y alcanzó un acuerdo de cooperación con la fiscalía.

Último testimonio detalla ubicación de celulares del exboxeador

El último testigo del Ministerio Público fue del agente especial del FBI, Matthew Wilde, quien es experto en análisis de localización de dispositivos.

Con su testimonio, se introdujo como evidencia un documento que presentaba las localizaciones del teléfono registrado de Verdejo Sánchez, así como de uno que tenía prepagado, el de Rodríguez Ortiz y el de Cádiz Martínez.

Esta evidencia corroboraría parte del testimonio vertido por Cádiz Martínez respecto a la ruta que supuestamente tomaron los coacusados el día del crimen, la mañana del 29 de abril de 2021.

El teléfono registrado de Verdejo Sánchez tuvo activaciones -es decir, que envió o recibió una llamada o un mensaje de texto- en el Parque Central, donde Cruz Manuel “Pensa” García Figueroa testificó haber entrenado al exboxeador el día de los hechos. Luego, se registró cerca de la casa de Cádiz Martínez, en el residencial Luis Llorens Torres, y, posteriormente, en el residencial Villa Esperanza, donde vivía la víctima.

También se localizaron los teléfonos de Verdejo Sánchez y Rodríguez Ortiz en el puente Teodoro Moscoso. Las horas de las activaciones coincidían con las veces que se captó, en las cámaras de seguridad, a la guagua Dodge Durango del exboxeador entrando y saliendo de la vía.

Asimismo, se ubicaron los dispositivos móviles yendo a la playa de Isla Verde, cerca del restaurante Auténtico. Allí es que Cádiz Martínez testificó que él y Verdejo Sánchez rompieron el teléfono de Keishla y el teléfono prepagado del exboxeador, y luego los tiraron al agua.

Aunque el teléfono prepagado -que fue activado el 31 de marzo de 2021- no estaba a nombre de Verdejo Sánchez, el experto pudo precisar que pertenecía al exboxeador dado a que hizo un análisis de ambos teléfonos en los que, por un mes, siempre estaban en la misma localización general. Esto, indicó, corresponde a una de dos razones: que los dispositivos pertenecen a la misma persona o que alguien le estaba siguiendo.

Registros de llamadas evidencian comunicación entre la víctima y el acusado

El informe que preparó el agente Wilde detalla que entre el teléfono registrado de Verdejo Sánchez y el de Rodríguez Ortiz se hicieron sobre 110 llamadas entre el 1 y el 27 de abril de 2021.

Aunque no se registraron llamadas desde ese teléfono al de la víctima, el 28 de abril de 2021 sí hubo unas 10 llamadas entre el teléfono de Rodríguez Ortiz y el prepagado de Verdejo Sánchez. Igualmente, hubo otras tres comunicaciones el día del feminicidio: a las 7:10 a.m., a las 7:27 a.m. y a las 7:37 a.m.

Los registros, además, muestran seis llamadas que habría hecho Verdejo Sánchez, desde su teléfono oficial, al número de Keishla, después de destruirlo. Según el testimonio de Cádiz Martínez, él mismo habría dado esa sugerencia al exboxeador para que pareciera que también estaba buscado a la víctima tras su desaparición.

Vuelven a sentar a experta en toxicolgía

La doctora Luz Silva Torres, decimocuarta testigo del Ministerio Público, se sentó nuevamente en la silla en la tarde del lunes.

En su primer testimonio, que fue admitido como experta en toxicología forense, la doctora certificó que el análisis toxicológico que condujo al cuerpo de Rodríguez Ortiz, como parte de su trabajo en el Instituto de Ciencias Forenses, dio positivo a fentanilo, xilacina y etanol.

Este resultado chocaba con el testimonio que dio Cádiz Martínez, en el que detallaba que habrían inyectado a Rodríguez Ortiz con una jeringuilla llena de heroína, que compró en un punto de venta de drogas aledaño a su casa, y que luego ‘cocinó’ en una cuchara con agua.

Las preguntas de la fiscal Jeantte Collazo iban dirigidas a saber si luego de preparar el fentanilo y la heroína con agua y calor, las drogas se mantendrían solubles. En ambos casos, la respuesta de la doctora Silva Torres fue afirmativa.

“Una vez la droga ha sido diluida en el agua, no va a afectar esa solución. Se mantiene líquida. Eso basado en mi experiencia empírica de más de 27 años de la agencia”, aseguró.

Igualmente, dijo que es “muy común” que se venda fentanilo como heroína. “Al ser drogas de la misma familia, los efectos son los mismos así que el usuario no vería una diferencia”, dijo al establecer que el fentanilo es una droga más fuerte que la heroína.

El juez Pedro Delgado Hernández recesó los trabajo hasta mañana, martes, cuando se espera que la defensa de Verdejo Sánchez -a cargo de los licenciados Gabriela Cintrón Colón y Jason González Delgado- haga una petición de absolución perentoria. De no concedérsele, entonces procederían a presentar la evidencia de la defensa.