Un gran jurado federal acusó ayer, martes, a dos contrabandistas por el asesinato del agente Michel O. Maceda, quien falleció el 17 de noviembre de 2022 tras un enfrentamiento en altamar a varias millas de la costa de Cabo Rojo.

Se trata de Osvaldo Hernández Camacho, alias Shaq u Oso, y Edgardo Luis Matos Santos, alias Bebi, quienes enfrentan cargos por cometer un asesinato relacionado con un arma de fuego para cometer un delito de narcotráfico y por el asesinato de un oficial federal para cometer un crimen de narcotráfico.

“Aunque es un caso que conllevaría la pena de muerte, el gobierno ya ha decidido que no va a proceder como un caso de penas de muerte. Pero, eso no quiere decir que es un caso menos importante para nosotros y la acusación refleja la severidad”, comentó en conferencia de prensa el fiscal federal para el Distrito de Puerto Rico, W. Stephen Muldrow.

Según el pliego acusatorio, el dúo “a sabiendas e intencionalmente causaron la muerte de una persona mediante el uso de una o más armas de fuego” con la ayuda de Joseamid Vázquez Torres (conocido también como El Pana, El Capi, y José), por lo que con “con dolo y premeditación, asesinaron ilícitamente a Michel Maceda”.

El fallecimiento de Maceda ocurrió cuando él, acompañado de dos de sus colegas, interceptaron con una embarcación, en la que viajaban Matos Santos y Vázquez Torres para efectuar una inspección rutinaria. Al llegar, los oficiales ataron ambas lanchas y exigieron ver la identificación de Vázquez Torres, dueño de la embarcación. Acto seguido, Vázquez Torres presuntamente se movió hacia el timón y comenzó a disparar, instigando el intercambio de disparos entre la tripulación y los oficiales, hiriéndolos a todos. A consecuencia de esto, murió Maceda y Vázquez Torres.

Durante su interrogatorio, Matos Santos alegó que conoció a Vázquez Torres en octubre de 2022. Aparentemente, Vázquez Torres le ofreció trabajo con paga, pero para esto tenía que llegar a un muelle en Lajas el 17 de noviembre para zarpar entre las 4:30 a.m. a 5:00 a.m. hacia Guánica. Aunque ambos abordaron la embarcación que presuntamente estaba cargada con contrabando de narcóticos, Matos Santos alegó en aquel entonces que no vio la droga ni dónde la guardaron.

Maceda, quien tenía 44 años, era agente de Operaciones Aéreas y Marítimas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) desde el 11 de abril de 2016, cuando comenzó su carrera como agente de Patrulla Fronteriza en Douglas, Arizona. Luego, fue transferido a Operaciones Aéreas y Marítimas el 31 de enero de 2021. Antes de unirse al CBP, fue Marine en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Su cuerpo fue trasladado a Miami, donde reside su familia. Le sobreviven sus padres, una hija y un hermano.

¿Cómo operaba su negocio de narcotráfico?

En el esquema que provocó la muerte de Maceda, están también implicadas otras tres personas que aparentemente estaban involucradas en este negocio de tráfico y posesión de drogas.

Además del cargo por el asesinato de Maceda que pesa contra Hernández Camacho y Matos Santos, el pliego acusatorio señala igualmente a Nelson Rivera Suárez (Papo), Xiomarie Marrero Álvarez (Xiomy) y Yahaira Santos Castillo (Yaja).

El documento dicta que todos, de una manera u otra, eran partícipes del traslado de cocaína a Puerto Rico y su venta en la Isla, por lo que recibían pagos monetarios provenientes del tráfico de drogas.

Para aparentar ser legítimos y ocultarse de las autoridades, operaban varios negocios para así lavar el dinero obtenido por las transacciones del narcotráfico. Los negocios incluían uno de venta, instalación, reparación y mantenimiento de aires acondicionados y electrodomésticos; de transporte de petróleo; de instalación de sistemas eléctricos y generadores; un restaurante; y una empresa de administración.

“Los acusados y sus conspiradores aceptaron, en varias ocasiones, proyectos de trabajo en los que no obtendrían ganancias, para poder mezclar las ganancias de su operación de narcotráfico…(aparentando) así que las ganancias del narcotráfico parezcan obtenidas legítimamente”, dice la acusación.

Con el fin de lograr esto, los acusados y conspiradores abrían cuentas bancarias, tanto personales como corporativos, para manejar las finanzas de los negocios y de la venta de drogas. Utilizaban dinero de transferencias electrónicos para promover sus operaciones narcotraficantes, al igual que invertían en criptomonedas, armas, municiones, propiedades de bienes raíces, viajes internacionales, cirugías estéticas, gastos fúnebres y mejoras a hogares y negocios.

Destinaban los fondos, además, para la continuidad de sus operaciones ilegales, por lo que compraron motores para embarcaciones, terrenos vacíos para utilizarlos como sitios de lanzamiento y reunión para el contrabando marítimo; vagones para el uso de almacenamiento y reuniones; vehículos; y equipo de pesca para “dar la apariencia que el propósito real de “sus aventuras marítimas de narcotráfico era, de hecho, pesca recreativa en aguas profundas”.

“Los acusados y sus conspiradores (hacían) transferencias electrónicas de cuentas bancarias personales a cuentas bancarias corporativas y viceversa para disfrazar la fuente y la naturaleza de los fondos”, lee el pliego acusatorio.

Para comunicar sus esquemas, usaban aplicaciones cifradas, lenguaje codificado para evitar ser detectados por las autoridades y enviaban mensajes de voz con instrucciones sobre cómo lavar con éxito las ganancias de su operación de narcotráfico.

Todos, dicta la acusación, enfrentan cargos por conspirar para importar sustancias controladas a los Estados Unidos desde otros lugares, incluyendo la República Dominicana, por conspirar para distribuir y poseer con la intención de distribuir sustancias controladas y otro por conspirar para poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a bordo de una nave hacia los Estados Unidos de los estados unidos. La acusación detalló que se trataba del transporte de cinco kilogramos “de una mezcla o sustancia que contenía una cantidad detectable de cocaína”.

Por otra parte, Hernández Camacho, Rivera Suárez y Matos Santos son señalados por importar sustancias controladas a los Estados Unidos, desde otros lugares incluyendo la República Dominicana, por poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada y por poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a bordo de una nave hacia los Estados Unidos.

Hernández Camacho, Matos Santos, Marrero Álvarez y Santos Castillo también son señalados por poseer un arma de fuego para cometer un crimen de narcotráfico. Hernández Camacho y Marrero Álvarez enfrentan cargos por conspiración para cometer lavado de dinero. Solamente Marrero Álvarez es acusada de obstruir con la justicia cuando retiró dinero de la cuenta JX Petroleum LLC del Banco Popular para “impedir e inferir con los procedimientos del Tribunal del Distrito de Puerto Rico. Además, Marrero Álvarez y Hernández Camacho son acusados de conspirar para cometer lavado de dinero.

Es por esto que los Estados Unidos confiscará bienes obtenidos, de manera indirecta o directamente, como resultado del narcotráfico. Esto incluye $10,000,000; varias embarcaciones, terrenos en Lajas y Carolina; automóviles; cuentas bancarias; siete armas de fuego; y 689 cartuchos de armas de fuego de calibre 9mm, 5.56, .40 y .45.