La satisfacción de los familiares de Wanda Ivette Camacho Meléndez, la mujer asesinada por su expareja en Ceiba en febrero pasado, duró poco tiempo. En principio, todos se mostraron aliviados en la mañana de hoy por la determinación de culpabilidad contra Alexander Rodríguez Vélez por asesinato en primer grado contra "Wandy", como le llamaban. Pero esa sensación se transformó a una de frustración cuando la defensa solicitó el arresto del fallo.

"El sistema le falló a mi hermana en todo momento porque él (Rodríguez Vélez) tenía grillete y ella tenía una orden de protección y no hicieron nada. Esperamos que no le falle nuevamente y que enmienden su error (manteniendo el fallo de culpabilidad por asesinato en primer grado)", manifestó molesta fuera de sala la hermana de la occisa, Rosa Camacho.

Luego de que la jueza María Inés Cartagena Colón, del Tribunal de Fajardo, emitiera el fallo de culpabilidad contra el acusado por asesinato en primer grado, dos tentativas de agresión y Ley de Armas, y expresara que "voy a dormir tranquila y tengo mi alma en paz" al entender que la fiscalía probó el caso más allá de duda razonable, el abogado Arcelio Maldonado, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), solicitó el arresto del fallo. Éste sostuvo que en el pliego acusatorio, el Ministerio Público no incluyó el elemento de la premeditación, algo esencial para probar un caso de asesinato en primer grado.

Esto significa que la jueza podría mantener su determinación, acoger la petición y encontrar a Rodríguez Vélez culpable por asesinato en segundo grado, o desestimar los cargos.

Las fiscales Rocío Gracia y Leilany Vargas no rebatieron la petición de la defensa por entender que era a destiempo.

La magistrada citó a las partes para discutir la moción y/o atender la lectura de sentencia el 10 de julio.

Esto provocó la molestia de los familiares y de la madre de la víctima, Rosa Meléndez, quien salió gritando del centro judicial.

"Yo espero que todos los cargos se mantengan. Él no tuvo el valor ni los pantalones en su sitio para matarla de frente, fue a traición por la espalda. Ella le tenía miedo y me decía, 'mamita, me acaba de llamar y me amenazó'", indicó Meléndez, quien criticó a las autoridades por no hacer nada cuando la ex pareja de su hija tenía un grillete y una orden de protección, por lo que se suponía que Rodríguez Vélez no se le acercara.

"Esto sigue agrandando el dolor. Volvimos a vivir la desesperación como familia... Que sea hombre suficiente para cumplir por lo que hizo", opinó Camacho.

Las hijas del hoy convicto, de 20 y 25 años, y su exesposa se mostraron llorosas al escuchar la decisión de la magistrada. Pero luego solamente dijeron que están "esperanzadas" de que el delito se rebaje a uno de segundo grado.

La pena de un asesinato en primer grado es de 99 años, mientras que de asesinato en segundo grado es de entre 15 y 25 años.

En su informe final, la fiscal Gracia recordó que el 13 de febrero pasado, Camacho, quien era enfermera graduada de 44 años y madre de dos hijos, fue al tribunal por un caso de violencia doméstica contra su ex pareja. Contra Rodríguez se encontró causa para juicio por violar la orden de protección y se le colocó un grillete.

Ese día, la víctima estuvo el resto del día con un amigo, Benito Díaz, hasta que a eso de las 5:30 de la tarde llegaron a Puerto del Rey Liquor Store, en Ceiba.

Poco después, llegó el acusado al lugar, tal como declararon testigos y se observó en los vídeos de las cámaras de seguridad del negocio.

"Llegó allí con un plan resuelto, con la intención inequívoca de hacer lo que iba a hacer", dijo la fiscal, refiriéndose a las cuatro puñaladas que le propinó a Camacho y que le ocasionaron la muerte.

"Son pocas las ocasiones que uno tiene la oportunidad de ver en imágenes un asesinato. Indigna, conmueve, no importa las veces que uno lo vea", añadió Gracia.

En su argumentacion final, el abogado no planteó la posibilidad de bajar el asesinato a segundo grado. Apeló a la dificil tarea que tenía la jueza.

"Para mí, como ser humano, me conmueve. Lo siento mucho porque es la pérdida de un ser humano. Pero, su decisión (la de la jueza) no es de tener pena, es basada en los hechos", dijo Maldonado.

"Aquí salieron a relucir las cosas que él (el acusado) perdió. Perdió su empleo, su carro, la vida", agregó.

La fiscal le ripostó que: "Aquí la vida no la perdió el acusado, la perdió doña Wanda".