En la continuación del juicio contra Félix Verdejo, una expareja del exboxeador declaró que en el 2013 se realizó un abortó meses después de haber quedado embarazada en medio de una relación amorosa entre ambos que se extendió por cuatro años.

Amanda Colón, además, destacó que fue víctima de abuso físico por parte del acusado por el homicidio de Keishla Rodríguez Ortiz.

Colón relató que su relación con Verdejo comenzó cuando eran adolescentes y, que, con cierta frecuencia, tenían relaciones sexuales.

“Era mi vecino. Nos veíamos todos los viernes al salir de la escuela del Albergue Olímpico (en Salinas). Nos veíamos en mi casa o en la de él. Además de la relación amorosa, le hacía las tareas para que pasara de grado mientras él se concentraba en el boxeo”, dijo.

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“Su carrera en el boxeo iba muy bien. Era fructífera, estaba bien concentrado en ese momento. Entre las cosas que me mencionaba era ir a las Olimpiadas, algo que logró y, además, decía que quería ser como (Floyd) Mayweather, cosas así”, agregó.

Colón recordó se encontraba en la residencia de Verdejo cuando ocurrió la primera agresión física.

“Estábamos teniendo relaciones, cuando terminamos, bajé porque era una casa de dos pisos y él (Verdejo) salió totalmente desnudo. Lo moví hacia la parte de la cocina de la casa. Cuando estábamos en la cocina, me dio una bofetada”, sostuvo.

También declaró que, en otra ocasión, Verdejo le escupió en la cara mientras comía un pedazo de bizcocho.

Colón señaló que para enero de 2013 se entera que está embarazada y aseguró que era del exboxeador.

“Era con la única persona con quien estaba en ese momento. Lo llamé. En esa primera llamada había muchas personas presentes, así que no podíamos hablar. Me dijo que hablaríamos después. Cuando le dije, estaba sorprendido. Le dije que lo iba a tener, pero él dijo que no. Hizo referencia de cómo le iba a afectar eso en el boxeo, que tenía una novia, estaba loca y no lo iba a tener”, mencionó.

De acuerdo con Colón, se comunicaron al día siguiente y Verdejo le ofreció $300 para terminar el embarazo.

“Comenzamos a discutir, él decía que no lo podía tener, que eso iba a afectar su carrera, acababa de firmar un contrato, que no podía tener y tenía que abortar. Al siguiente día volvió a llamar, pero cambió su técnica. Comenzó a decir cómo teniendo el bebé ‘me iba a afectar en mi carrera profesional’. Básicamente la conversación fue que tenía que estudiar, era muy joven, tenía que ir a la universidad. Le respondí que podía resolver, que él no se tenía que preocupar. Se molestó nuevamente y volvimos a colgar la llamada”, recordó.

Colón manifestó que acudió a un laboratorio, acompañada por Yashira Verdejo, hermana del acusado, para confirmar el embarazo.

“La próxima vez que lo vi (a Verdejo) fue cuando fui a su casa para recoger los $300 para el aborto. Mi plan siempre era tener el bebé, así que usé el dinero para ir a un ginecólogo. Pasaron varias semanas hasta que se enteró que no me había hecho el aborto. Me llamó molesto preguntando por qué no me hice el aborto y dónde está su dinero. Comenzó a insultarme, que le daba asco, fea, sucia, le provocaba náuseas, era una vergüenza, que el bebé saldría feo y el hecho de estar embarazada era un castigo”, lamentó.

Sin embargo, Colón eventualmente decidió no tener el bebé.

“Mi mamá me levantó una mañana y me dijo que tenía que abortar porque no quería que fuera una estadística más. Me dijo que no era fácil ser una madre soltera, sin estudios, sin un padre presente y no quería que tuviera el hijo de alguien que me trataba como una cualquiera. Me sentí súper mal. Al sol de hoy siempre quise tener a mi bebé y me arrepiento de lo que hice. No tuve el valor ni el coraje de decirle que no a mi mamá porque ella estaba correcta”, dijo.