Exesposa de Cosculluela describe extenso patrón de violencia al que alegadamente la sometió el cantante
El reguetonero enfrenta enfrenta 13 cargos por violaciones a la Ley 54 de Violencia Doméstica y otros por violaciones a la Ley de Armas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
En la continuación de la vista preliminar contra José Fernando Cosculluela Suárez, nombre completo del artista urbano Cosculluela, su expareja Jennifer Fungenzi Jaques describió múltiples incidentes que formaron parte del extenso patrón de abuso al que alegadamente la sometió el cantante.
Fungenzi Jaques, una empresaria de la industria de la moda, relató una serie de eventos acontecidos entre el 17 y 23 de abril de este año, incluidos una agresión en la que Cosculluela Suárez la ahorcó y la amenazó de muerte, y otro ocurrido luego de la celebración del cumpleaños de uno de los dos hijos pequeños que la pareja procreó, en el que el reguetonero habría realizado un disparo en el balcón frente a la habitación de la mujer y forzado su entrada a la residencia.
Como parte del interrogatorio del fiscal Miguel Hornero Colón, Fungenzi testificó, en relación a esta última agresión, que Cosculluela Suárez había abandonado la fiesta cumpleaños a la que asistieron amigos y familiares, presuntamente molesto ante la presencia de uno de los invitados. Más tarde en la noche del 20 de abril, cuando ya Fungenzi Jaques se encontraba en su casa de Palmas del Mar, se percató de la presencia de la guagua Cadillac Escalade de Cosculluela Suárez merodeando en el área, lo que fue seguido por un intercambio de mensajes de texto con su expareja. En ese momento, Fungenzi Jaques se encontraba en la habitación principal de la residencia, en el segundo piso, junto a una amiga de nombre Krystal, a quien le había pedido que la acompañara, mientras que en otro cuarto estaban la hija adolescente de la empresaria y una amiga.
“Estábamos texteando, yo estoy en la cama con mi amiga, y (Cosculluela Suárez) me dice ‘apea a la puta esa de mi cama’. Le digo, de qué tú hablas y le digo a mi amiga que cómo José sabe que estoy en la cama contigo. Él escribe y dice ‘deja de hablar de mí’. Yo estaba asustada, porque cómo él sabía que mi amiga y yo estábamos acostadas en la cama y hablando de él”, testificó la mujer. “Acto seguido, suena un tiro en el balcón (frente) al balcón de mi habitación”.
En la sala de la jueza Yumayra Serrano Murceo, del Tribunal de Humacao, Fungenzi Jaques dijo que la detonación provocó que su hija entrara corriendo asustada a la habitación del segundo piso. A continuación, mientras las tres salían del cuarto y se refugiaban en la habitación de la menor –donde también se encontraba la amiga de la adolescente–, Cosculluela Suárez habría golpeado la puerta que conecta la habitación con el balcón donde presuntamente disparó con un arma de fuego.
Posteriormente, según el testimonio, Cosculluela Suárez accedió a la casa y, desde la primera planta, exigió por mensaje de texto que Fungenzi Jaques –quien se encontraba en el cuarto de su hija– bajara. Ante la resistencia de su entonces esposa, Cosculluela Suárez habría amenazado con matar a la perrita de Fungenzi Jaques, al enviarle una imagen en la que agarraba a la mascota mientras sostenía un arma de fuego.
De acuerdo con Fungenzi Jaques, el 23 de abril Cosculluela Suárez le envió otra foto que lo mostraba portando la misma arma, junto a mensajes en los que advertía que mataría a un amigo gay de la mujer.
La empresaria, de otra parte, relató otro acto de agresión física acontecido el 17 de abril en su habitación, luego de un intercambio verbal en el que Fungenzi Jaques le expresaba su deseo de dejar atrás la relación de pareja.
“Le dije que no podíamos seguir así, porque la verdad no funciona, que siempre hacía lo mismo, que nunca iba a cambiar. Me empezó a decir cosas y le dije ‘sígueme aprovechando porque aún soy tu esposa, pero el día que me divorcie voy a estar con el hombre que yo quiera’. (…) Me agarró por el cuello y me decía que se lo dijera nuevamente (y se lo repetí). Ahí me apretó, me ahorcó, me tiró contra el piso, me tiró un pote de champú encima. Él me paraba y me tiraba contra el piso. Cuando pude liberarme de él lo empujé en el clóset, donde hay como un hueco donde cayó resbalado”, relató Fungenzi Jaques, cuyo testimonio fue interrumpido repetidamente por la jueza, quien le pedía que hablara de forma más pausada.
El patrón de violencia de género habría continuado en las semanas siguientes. Fungenzi Jaques sostuvo que el 8 de junio, día antes de que se oficializara el divorcio entre las partes, al encontrarse con Cosculluela Suárez abrió la puerta del vehículo de la mujer, “desmontó una pieza del lado que yo manejo y sacó una grabadora”.
“Ahí me decía que esa grabadora tenía no sé cuánto tiempo, que se iba a saber todo de mí, que iba a virar la tortilla, que iba a decir que nos dejamos porque fui infiel a él. (…) Dijo que iba a hacer una canción con esa grabadora, que la iba a regar para que todo el mundo supiera quién yo era”, manifestó la testigo, quien mencionó que el artista también le había advertido que había colocado grabadoras y dispositivos para rastrear la ubicación en los vehículos de personas allegadas a ella.
La decisión de presentar denuncias criminales, dijo Fungenzi Jaques, la tomó “a las dos o tres semanas”, cuando advino en conocimiento de que sus teléfonos, incluyendo el que utilizaba para asuntos de negocios, habían sido “hackeados”.
En un breve encuentro con los medios durante un receso, el fiscal Hornero Colón se abstuvo de precisar cuántos testigos llamarán a declarar en la etapa de vista preliminar, pero en sala trascendió que el ministerio público cuenta, entre sus piezas de evidencia, con 3,100 mensajes de texto intercambiados entre el cantante y Fungenzi Jaques. En muchos de ellos, según surgió del testimonio de su exesposa, Cosculluela Suárez realizaba amenazas directas, tales como la advertencia, en una ocasión, de que la iba a “jaltar a tiros” si no se montaba con él en un vehículo.
Ante las denuncias de Fungenzi Jaques, Cosculluela Suárez enfrenta 13 cargos por violaciones a la Ley 54 de Violencia Doméstica y otros por violaciones a la Ley de Armas. De acuerdo con las denuncias, el primer incidente señalado por la víctima data del 23 de marzo de 2019.
Específicamente, Cosculluela Suárez enfrenta cinco cargos al Artículo 3.1 (maltrato); un cargo por el artículo 3.2(a) (maltrato agravado por irrumpir en la morada de una persona pese a existir una orden de protección); dos cargos por el Artículo 3.2(i) (maltrato agravado contra una mujer embarazada); cinco cargos por el Artículo 3.3 (maltrato mediante amenaza), y dos cargos por violaciones a los artículos 6.09 (portación, posesión o uso ilegal de armas largas) y 6.14 (disparar o apuntar armas de fuego) de la Ley de Armas.
El exponente del género urbano es representado por los licenciados Carlos Aponte Nieves y Yanitsia Irizarry, exsecretaria de la Familia.