“Yo llevaba a Pablo a la escuela”. Entre las decenas de curiosos que acudieron ayer al Tribunal de Instancia de Bayamón, para ver si tenían suerte y entraban a la sala 704, donde se le impondría la sentencia a Pablo Casellas,  hubo una que lo embargaba la  tristeza y el deseo de volver a ver a “Pablito”, a quien llevaba a la escuela cuando era pequeño.

Víctor Manuel Fernández no pudo entrar a la sala del juez  José Ramírez Lluch, quien presidió el proceso judicial contra Casellas,   por la limitación de espacio en un juicio que atrajo mucho interés público.

Fernández reveló que en 1974 fue chofer del juez salvador Casellas, quien entonces ocupaba el cargo de Secretario de Hacienda.

“La verdad es que es triste lo que  ha sucedido y no voy a entrar en detalles”, dijo, al ser abordado por Primera Hora.

¿Qué opina de la sentencia?

“Es que yo quiero ser neutral. Pero simplemente, cuando eran niños, yo los llevaba a San Ignacio. Al colegio”, dijo con referencia a Pablo y a su hermano Sandy.

“Y si lo hizo, que pague”, agregó,  aludiendo a la condena de 109 años de prisión impuesta por el magistrado.

¿Cómo recuerda a Pablo Casellas de niño?

“Lo recuerdo cuando niño, porque después no tuve contacto más. Los llevaba a San Ignacio. Estuve un año y medio con ellos”.

Comentó que más que inquieto o travieso, Pablo Casellas era gracioso. Relató también que a veces, salían tarde y había prisa y Pablo abría la puerta del carro para entrar a la casa nuevamente.

“Niño al fin”, dijo.

¿Lo sorprendió la acusación?

“Sí, grandemente. Son dos familias. Las dos están sufriendo. Yo, que soy padre, esposo, abuelo y bisabuelos con mis  65 pa' 66, lo sé.  Es triste... Es triste. Inclusive ella, Paredes,  trabajaba con mi hijo en la compañía de seguros. Ni mi hijo sabía que trabajé con Casellas”.

¿Se va con pesar?

“Sí. Quería  llegar a tiempo para poder entrar. Cuando lo dejé de  ver a él y a Sandy eran pequeños. También recuerdo a su madre, Carmen Ana Toro”.