Evo Morales pide a rivales políticos la "pacificación" de Bolivia
En su opinión, "pasarán a la historia como racistas y golpistas".
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
La Paz. El expresidente Evo Morales deslindó su responsabilidad por el caos que vive el país tras su renuncia y culpó a los líderes de la oposición de haber orquestado un golpe de Estado para derrocarlo con las protestas que convulsionaron al país tras las polémicas elecciones del 20 de octubre.
“Los golpistas que asaltaron mi casa y la de mi hermana, incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros... ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe”, dijo por Twitter el exmandatario el lunes.
Relacionadas
Asimismo, instó hoy a los opositores Carlos Mesa, su contrincante en las presidenciales, y al líder cívico Luis Fernando Camacho, ´"que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo".
Morales, quien este domingo anunció su renuncia tras dos semanas de protesta en las calles por quienes le acusan de fraude electoral, tildó en su cuenta de Twitter a ambos opositores de "discriminadores y conspiradores".
En su opinión, "pasarán a la historia como racistas y golpistas".
La Paz amaneció en tensa calma tras una noche de violencia. Mientras la gente festejaba en las calles la renuncia del Morales se registraban saqueos, asaltos y ataques a la propiedad privada, principalmente en La Paz y la ciudad vecina de El Alto. La policía no había normalizado el patrullaje en las calles desde que se amotinó contra el gobierno.
Cerca del palacio presidencial, un manifestante dijo estar celebrando que Bolivia era “libre”.
Turbas atacaron y saquearon comercios e incendiaron las casas de exautoridades y líderes opositores. Una flota de más de 30 autobuses municipales del transporte público fue incendiada. En la madrugada la policía salió para repeler la acción de los grupos vandálicos.
Bolivia entró el lunes en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia del mandatario, presionado por el ejército y semanas de protestas masivas. También renunciaron todas las autoridades llamadas a sucederlo, según la constitución.
La situación es tal que no hay fecha para que se reúna la Asamblea Legislativa, que debería elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los titulares del Senado y de la Cámara de Diputados también dimitieron.
El comandante de la policía, general Yuri Calderón, reconoció el lunes que esa fuerza no pudo abastecerse debido a los “múltiples focos de conflicto” en La Paz y la vecina ciudad de El Alto y anunció la llegada de agentes de otras ciudades para ayudar a controlar el orden público.
Las calles seguían sin patrullaje policial el lunes en la mañana. En otras ciudades se mantenían los bloques callejeros opositores. En Santa Cruz, bastión de la oposición, el líder cívico Luis Fernando Camacho llamó a mantener el paro por dos días más hasta que el Legislativo elija al sucesor de Morales.
Tras la renuncia del mandatario también dimitieron el vicepresidente Álvaro García, que a la vez era presidente de la Asamblea Legislativa. La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de Diputados, Víctor Borda, renunciaron también a sus cargos.
“Se ha consumado un golpe cívico, político y policial”, dijo Morales en su renuncia.
No estaba claro si los legisladores se reunirán el lunes en sesión extraordinaria porque el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), controla casi dos tercios de la Asamblea y es necesario para el quórum.
Políticos y opositores insistieron en que el traspaso de poderes debe ser constitucional. “La Asamblea debe elegir al sucesor, no puede haber otra salida que no sea constitucional”, declaró el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
El analista constitucional William Bascopé califico a la situación de “emergencia” por la “jugada perversa (del gobierno saliente) que está llevando al país a la incertidumbre”, tras las renuncias en cascada. También los ministros de Estado han dimitido.
Bascopé dijo que la Asamblea Legislativa tiene la obligación constitucional de no dejar un “vacío y dar certezas al país”.
Ante la sucesión de renuncias, la senadora opositora Jeanine Añez, segunda vicepresidenta del Senado, reclamó para sí la sucesión. “Estaré el lunes en La Paz para asumir formalmente la responsabilidad siguiendo el orden de sucesión con el objetivo de convocar a nuevas elecciones”, declaró a la televisora Unitel en domingo en la noche.
Otros líderes opositores han sugerido convocar a una “junta de notables” para que asuman el gobierno transitorio. La constitución prevé que en caso de renuncia del presidente, asume el vicepresidente y de no ser así el presidente del Senado o en último caso el presidente de los Diputados.
“El camino hacia nuevas elecciones no será fácil en este entorno. Todavía no está claro quién asumirá el cargo de presidente interino y cuándo se celebrarán elecciones. Se necesitan cambios en la autoridad electoral y la asistencia de observadores para que cualquier nuevo proceso electoral se desarrolle sin problemas”, dijo a AP Fiona Mackie, directora para América Latina de The Economist.
Mackie dijo que es probable que el país regrese a la inestabilidad política anterior a la asunción de Morales en 2006, lo que haría “más difícil abordar los crecientes desequilibrios económicos”.
Morales gobernó 13 años y 9 meses y buscaba un cuarto mandato, pero las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre desataron semanas de protestas. La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó las irregularidades de los comicios después de una auditoría electoral.
El paradero del mandatario era desconocido, aunque en su renuncia dijo que regresaría al Chapare, en el centro del país y donde todavía es presidente honorífico de los cocaleros. Televisoras mostraron imágenes del mandatario aterrizando en el aeropuerto de Chimoré el domingo en la tarde poco antes de su renuncia.
El jefe policial desmintió las palabras de Morales sobre una orden de detención en su contra. El ex gobernante denunció en su cuenta de Twitter que era objeto de una persecución policial.
Cuatro personas perdieron la vida y más de cien resultados heridas en violentos choques entre opositores y seguidores de Morales tras las elecciones entre acusaciones de fraude electoral.
El informe de auditoría electoral la OEA encontró irregularidades y puso en cuestión la primera mayoría de votos que reclamó Morales. Ese informe desencadenó los hechos que precipitaron la dimisión del mandatario.
“Al principio la mayoría de la gente creyó en él como indígena. Era una persona más humilde y accesible, pero durante estos 14 años cambió”, dijo en el aeropuerto de Santa Cruz la lingüista de 43 años España Villegas, mientras esperaba un vuelo a La Paz. “Él logró luchar contra la pobreza, levantó la economía, pero tal vez sus asesores lo no aconsejaron bien. Y él no respetó el voto del pueblo”.